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No toda la culpa fue de Peñaloza

No toda la culpa fue de Peñaloza

En varios ministerios han señalado que el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, sí había sido puesto en conocimiento previamente del cambio de criterio de la medición por la misma Dirección del Trabajo y que, incluso, recibió un informe en cuya portada se leía “cambio metodológico”.


El viernes 7 de enero tuvo que dejar su cargo como director del Trabajo, Mauricio Peñaloza, luego del bochorno que pasó el Gobierno al anunciar cifras de empleo que no coincidían con la realidad, las que debieron ser públicamente rectificadas: se dijo que el ítem de desvinculaciones por “necesidades de la empresa” en enero había disminuido considerablemente a solo 37.790, casi 10 mil menos comparado con la misma fecha del año anterior, pero lo cierto es que la cifra real había ascendido considerablemente a 132.551.

Desde el Gobierno se rectificó la cifra y se explicó que el error se debió a que la Dirección del Trabajo había cambiado el criterio para informar los datos. Si bien en la administración piñerista todos entienden que Peñaloza era el principal responsable político del bochornoso episodio, su salida del cargo dejó varias heridas abiertas, principalmente porque no habría sido el único culpable de lo sucedido.

En varios ministerios han señalado que el subsecretario del Trabajo, Fernando Arab, sí había sido informado previamente del cambio de criterio de la medición por la misma Dirección del Trabajo y que, incluso, recibió un informe en cuya portada se leía “cambio metodológico”.

No solo eso, en el Gobierno no son pocos los que aseguraron que el subsecretario no habría leído en detalle el informe y que eso habría sido la principal causante de la equivocación con las cifras, error que ahondó al difundirlas en redes sociales, para luego tener que corregirlas por la misma vía. Más mal cayó que solo Peñaloza pagara por esos platos rotos.

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