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Construyen un centro de rehabilitación para animales víctima de tráfico ilegal en el Amazonas Animales

Construyen un centro de rehabilitación para animales víctima de tráfico ilegal en el Amazonas

En el primer semestre de 2021 se decomisaron más de cinco mil animales vivos en Sudamérica, que se estima sería cerca del 10% de lo que se trafica. Según la ONU, este es el cuarto negocio ilícito más rentable del mundo, con ingresos que alcanzan más de $23 mil millones de dólares al año.


El mundo está en una carrera a contrarreloj. Los expertos advierten que, si no se toman medidas urgentes para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero, en 20 años la temperatura de la tierra va a aumentar 1,5 grados celsius. Esto provocará grandes desastres naturales como sequías e incendios forestales.

De hecho, ya se registran graves daños en la flora y fauna. El documental de Netflix “Nuestro planeta” capturó una de las escenas más impactantes de las consecuencias del cambio climático.

En las imágenes se puede apreciar a más de 200 mil morsas hacinadas en una de las playas del ártico ruso. Se vieron obligadas a buscar tierra firme, porque los hielos marinos que suelen utilizar para descansar, dormir y defenderse de los depredadores están desapareciendo. Pero en las costas no hay espacio suficiente para todas.

Por eso, muchas escalan altas rocas en busca de un poco de comodidad. Llegar a la cima no les resulta tan difícil, pero bajar se vuelve una odisea. Algunas se resbalan y caen, otras se lanzan, porque creen que el mar está más cerca de lo que parece. Lamentablemente, la mayoría no resiste el brutal golpe y muere en el descenso.

Cuando Romina Guardia, veterinaria de la Universidad de Chile, fanática de los documentales sobre naturaleza, miró las imágenes no pudo contener las lágrimas. Mientras la rabia se mezclaba con la tristeza se dijo a sí misma: “Tengo que hacer algo, tengo que ser parte de la solución”.

Con este cometido en mente, empezó a buscar voluntariados y encontró uno en Ecuador, en un zoológico de la Amazonía, donde reciben animales rescatados del tráfico ilegal de fauna silvestre. Al ver el importante trabajo que realizan en el recinto, se armó de valor y se inscribió en el proyecto.

Poco tiempo después, estaba instalada en el centro del país andino, en plena selva. Allí, conoció a Ramón, un mono bebé con el que formó un fuerte lazo.

En octubre de 2021, cuando llevaba cuatro meses como voluntaria, decidió irse del zoológico, porque le prohibieron seguir cuidando a su hijo primate. Si bien se fue del centro, siguió pendiente de él en todo momento. Cierto día, sus compañeros le contaron que lo trasladarían al Hospital de Quito, porque estaba enfermo. Saber que recibiría una mejor atención le dio esperanzas, pero su ilusión duró poco.

Horas más tarde le informaron que Ramón había fallecido antes de llegar al establecimiento. La noticia la dejó devastada. No podía creer que el monito que la había ayudado a salir de una fuerte depresión ya no estaba. Cada vez que recordaba su partida la embargaba una pena tremenda, sobre todo cuando pensaba que si hubiese recibido tratamiento a tiempo quizás se habría salvado.

La situación le afectó tanto, que tomó sus maletas y volvió a Chile. Pero cuando llegó a su país natal, se dio cuenta que podía aportar más en el Amazonas, así que nuevamente emprendió viaje rumbo a Quito.

En esta segunda aventura también vivió una experiencia dolorosa. Un habitante de Puyo le pidió que atendiera a un primate que estaba enfermo. Justo en ese momento ella se encontraba a once horas de la ciudad. En lugar de quedarse de brazos cruzados, realizó la gestión para que un colega lo revisara. Pero las condiciones climáticas no jugaron a favor, el río había crecido y tuvieron que esperar hasta el día siguiente para cruzar en canoa.

Desafortunadamente, el monito no resistió y falleció antes de llegar. Esta situación, que inevitablemente le recordó la historia de Ramón, la motivó a construir un centro de rehabilitación para animales que han sido víctimas de tráfico ilegal.

“Antes era solo una idea, pero ahí dije: ‘voy a abrir un centro, no voy a permitir que más animales bebés mueran cuando tienen toda una vida por delante y muchas posibilidades de rehabilitarse y reinsertarse”, señaló.

En los últimos meses, Romina ha logrado importantes avances en esta iniciativa: dos instituciones sin fines de lucro – Saving Monkeys Nonprofit y Yachana Foundation- le donaron un terreno de tres hectáreas, ubicado en la provincia de Napo, en una zona protegida de la Amazonía, y le ayudaron con el financiamiento de dos jaulas de preliberación animal, que ya están instaladas.

“En la Universidad Regional Amazónica Ikiam me dijeron que las jaulas están muy bien pensadas, porque tienen estructuras que otros centros no han considerado como los cubículos de seguridad para el personal y que al mismo tiempo impiden que los animales se escapen, un área de adaptación completa”, precisó.

Ahora la veterinaria está buscando fondos para construir lo que falta: una clínica, un área de cuarentena, una sala de nutrición y una casa para los trabajadores y voluntarios.

“Este proyecto va a salir por lo menos unos cien mil dólares. Quiero pedir ayuda a fundaciones de Europa, de Estados Unidos, ellos dan recursos para este tipo de proyectos. Además, hace poco me contactó una chica chilena y me está ayudando con una campaña”, indicó.

Este ambicioso proyecto- llamado Ramon´s Rescue Center en honor al monito que cuidó-  cobra gran valor, porque varias de las especies más traficadas viven en el Amazonas como la tortuga terrestre de Patas Rojas, la iguana verde o el loro cabeciazul. Estos y otros animales son capturados para consumir su carne, porque los quieren como mascotas o para extraer su piel y utilizarla en la industria de la moda.

Según la ONU, este es el cuarto negocio ilícito más rentable del mundo. Sus ingresos alcanzan los 23 mil millones de dólares al año. Solo es superado por el narcotráfico, el mercado negro de armas y la trata de personas. Las cifras en la región también son alarmantes.

En el primer semestre de 2021 se decomisaron en Sudamérica más de cinco mil animales vivos. Se estima que esto representa el 10% de lo que se trafica.

“Queremos ayudar a todo tipo de animales, principalmente, primates. Al principio creo que lo único que no voy a recibir son felinos, porque es muy caro mantenerlos. Además, es complejo su manejo, son animales muy agresivos. Y aves, porque necesitaría un aviario grande y eso es costoso. A futuro me gustaría hacer uno como el del Zoológico Metropolitano, porque ellas necesitan volar para rehabilitarse”, resaltó.

Centro de investigación en la Amazonía

El proyecto Ramon´s Rescue Center contempla la construcción de una clínica de alta complejidad para recibir animales de otros centros y realizar investigaciones junto a universidades. La egresada está gestionando una alianza estratégica con la Casa de Bello para que viajen hasta el recinto estudiantes y académicos.

“Tuve reuniones con las autoridades de Favet (Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias) antes de viajar y están interesados en venir. Tengo que firmar un convenio con una universidad de acá para que La Chile pueda enviar investigadores”, explicó.

Esta alianza con su alma mater la tiene muy contenta, porque en gran medida la iniciativa que está desarrollando en el Amazonas es gracias a la Casa de Bello, ya que durante su formación los docentes siempre le recalcaron la importancia de ser un aporte para la sociedad. “Los profesores nos decían que si éramos de la Universidad de Chile teníamos que ejercer ese rol social”, manifestó.

Otras iniciativas

Romina Guardia divide su tiempo entre el proyecto de construcción del centro de rehabilitación para animales y en vetclasschile, una pequeña empresa online de capacitaciones sobre Medicina Veterinaria, que creó junto a una colega de la Universidad de Chile.

Además, está apoyando al municipio de Puyo, ciudad donde vive, en la elaboración de un plan de tenencia responsable de mascotas.

 

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