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Congreso transita por el gesto de la nostalgia

Hace pocos meses Tilo González anunció que después de cinco años Congreso retomaba las pitas grabación. Al fin habían recuperado la inspiración. Entraron al estudio auspiciados por ellos mismos, sin más garantía que la experiencia adquirida en las tres décadas de trabajo juntos. El resultado es La loca sin zapatos, una disco (Macondo) templado, prolijo y gaseoso que presentaran hoy y mañana (19 y 20 de diciembre) en el Teatro del Puente a las 21:30 hrs.


A estas alturas Pancho Sazo dice, medio resignado, que ya vienen de vuelta, y Tilo González testifica que no pueden vivir sin hacer música. Ellos son la dupla creadora de casi todos los temas del nuevo registro, uno que surge henchido de nostalgia urbana y colores que resultó ser terreno propicio para la reaparición de guitarras, tiple y el uso tenaz de cueros. Esta placa es el vivo retrato de sus padres, por esa mezcla de colores, sabores, texturas y los rasgoz adquiridos en los viajes personales y colectivos.




«La loca sin zapatos es cualquier reina de las si van a la tele no ganan los concursos. Este es un concepto de mujeres desconocidas que ganan en las canciones nomás. Es una especie de radiografía de ese tipo de personas que les gusta concursar y para quienes la única forma de ser feliz es salir en la tele", dijo Sazo, sin dar nombres ni apellidos cuando habla del título y primera canción del disco.



No sólo por la adulta melancolía resulta de colección esta placa, además, es un lujo que lo mejorcito en materia de intérpretes chilenos se reúnan en un mismo proyecto y logren mantenerlo en alta mar. Tal vez por ese toque profesional de Congreso no importa si los invitados son anónimos, como la Florencia, que canta hip hop en una cumbia, la bolerista Carmen Prieto que aparece en la percusión, el hijo de González, quien destaca en la guitarra y los músicos de una sección completa de cuerdas ded orquesta que "le dan color" clásico al tapiz musical.



Sí, Congreso viene de vuelta, al pasito del pulso que dan los años portan la experiencia y los recuerdos. Ese es el lenguaje que ahora traducen en evocaciones y tonos del amplio abanico de colores presentes en el registro, que va desde flautas irlandesas hasta instrumentos marroquíes. La forma es la misma, la canción pero elaborada hasta el más allá.



La loca sin zapatos es un disco para ser oído una y otra vez, degustando el éter agridulce por horas, ese que emana del tono menos festivo, más reposado y del acento directo en las letras, donde el tema es :amor y desamor.



«Finge que me amas/ Y abrázame fuerte/ Sueña que la suerte/ nos sonreirá», es parte del texto de Pasillo de amor.



"Acá hay viajes para la infancia, para delante, a la juventud, como el recuerdo del Rivoli un teatro de Valparaíso, se nos arrancó el viaje del concepto inicial", dijo Sazo, y González agregó: "Es un disco, que aunque está hecho en Santiago, tiene mucho de Valparaíso, de los recuerdos que uno tuvo en la infancia. Esta lleno de esos momentos que a uno se le vienen a la cabeza, de imágenes".



Congreso ahora, en una trecena de temas -con tres de ellos instrumentales- completa el mensaje que no abandona el tono latinoamericano-urbano. Un mambo abre el festejo melancólico y rítmico. Le sigue un pasillo de amor, el ritmo antiguo y vigente de los amores imposibles, impregnado del canto rasgado de Pancho Sazo y los colores sutiles en el piano de Jaime Vivanco. Es un ir y venir de cuerdas y canto sublime.




La seguidilla continúa con el sabor de una cumbia urbana, En la movilización, en que la intervención femenina adosa swing al carnaval popular que reclama por el triunfo del amor. Más adelante en Mi corazón trae la insistencia melódica y poco a poco la amplitud aparece, embosca y captura a los apresurados en un Congreso más delicado, lejano, universal que no transa el canto sideral e insiste en el uso de varias lenguas, como en Me dormiré sonriendo Ya ngai mweti.



El pulso no se detiene y transita por Arte de un pájaro, la canción a un recuerdo y el homenaje de Jorge Campos, Tilo González y Jaime Vivanco a Víctor Jara en una versión de Angelita Huenuman, en que algo oscuro ronda a la intención instrumental que aspira a superar el canto. Emerge el estilo de los prodigiosos en un terreno sólido de colores, con una buena base en improvisaciones adultas, precisas, sencillas.



Confirman una vez más que Congreso no hace disco para ocupar lugares en los rankings, y aun cuando por un tiempo sucumbieron ante las seducciones de los proyectos personales y no se sabía mucho, renacen dee las cenizas. Tal vez sólo sucedió que no estaban en los escenarios y por eso no producían o tal vez era todo lo contrario.




Entonces, aunque Tilo González diga, en una de las nuevas canciones: "Estoy a punto de tirar la toalla", ahora renacen con proyectos internacionales incluso, porque además del nuevo trabajo discográfico hace poco estuvieron en Bahía y en Estados Unidos, donde fueron seleccionados, entre los 60 grupos, para participar en un circuito de giras la Arts International y están en fase de negociación para ir al Festival de Nueva York a Paris, Vence, Bruselas y Milano y la distribución del disco en Estados Unidos y Francia.



Siguen siendo los habitantes de las calles del mundo, y dueños de los colores ancestrales y las rítmicas universales, que a pesar del resultado musical que predican, y de la raíz que significan en la identidad criolla, no logran vivir de la música, porque no todos comprenden que prefieren que «la mano iunvisible del mercado» ni los toque.



«Hemos estado un poco flojos, pero hemos estado tocando todos estos años. En la creación un disco obedece a la inspiración, aunque con esta postura, obviamente, algunos sellos nos miran con mucho recelo porque no saben con qué vamos a aparecer en el próximo disco. Entonces, no se atreven apostar mucho con el repertorio. Acá cuando un grupo no tiene un disco nuevo pareciera que no existiera. Nosotros, a pesar de que somos un grupo de treinta y tantos años, siempre caminamos de a poco. No somos de grandes noticias, la música habla por nosotros», contó Tilo González.



Los responsables del colorido del reciente registro fueron Sergio `Tilo´ González – (compositor, batería), Francisco Sazo (textos, voz), Hugo Pirovic (flautas), Jaime Atenas (saxos), Jaime Vivanco (piano y teclados), Jorge Campos (Contrabajo y bajos), Raúl Aliaga (percusión), Claudio «Pajarito» Araya (cuatro, guitarra).



Esta formación no se parece demasiado a aquella de las primeras actuaciones en la ciudad de Quilpue, donde nació esa la búsqueda de un nuevo lenguaje, un dialecto único que combinara las formas contemporáneas con los elementos étnicos un sonido urbano. Era un grupo que partía, como tantos otros, en los colegios. Congreso era el resultado de la fusión entre Los Masters, que hacían música popular, y Los Sicodélicos, un grupo más nutridos del plagio a Los Beatles.



Desde aquella revolución y sus flores hasta hoy en la ruta dejan una quincena de ediciones entre discos, cassettes y discos, como Estoy que me muero, Para los Arqueólogos del Futuro, Aire Puro, Pájaros de Arcilla, y por Amor al viento, el registro de celebración de los 25 años de vida. En todos los trabajos el sello social, la poética y la calidad musical se manifiestan, por ejemplo, en la música para ballet Los fuegos del hielo, concretada en 1992 y 1993 y estrenada por el Ballet de Santiago en el Teatro Municipal de Santiago de Chile, obra que también se mostró en el Festival de Itálica (Sevilla-España) y en el Opera de Budapest.



Se trata de una historia musical que se remite al corazón e invita a efectuar una arqueología amorosa en torno a los Fueguinos, los habitantes desconocidos del poderoso imperio sometido a los viajeros y exterminados por los blancos. La pieza se instala para la reflexión, como tantas otras de Congreso, los anfitriones del sueño y encanto.



También aportaron La Pichanga, otro de los trabajos de gran altura, en que laboran junto al antipoeta Nicanor Parra una pieza basada en la convención internacional por los derechos del niño, y se suma a Tierra Incógnita, Congreso, Viaje por la Cresta del Mundo, el cual incluye Hijo del Sol Luminoso, La Tierra Hueca y Viaje por la Cresta del Mundo, Pájaros de Arcilla (álbum instrumental), Estoy Que Me Muero, Congreso en Vivo, En todas las Esquinas y Cacharpaya.




Es posible que ese rasgo especial de Congreso y sus historias los haya hecho habitantes de las tierras notables y que ya se sientan abuelos, pero es seguro que el nuevo disco no es un simple producto comercial, sino que las voces de la dignidad musical de chilena, al parecer mejor evaluada fuera que en el interior de su propia geografía.









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Vea además:



«La loca sin zapatos»



Discografía de Congreso



Congreso recuperó la inspiración y volvió a las pistas(7 de octubre 2001)


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