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El ocaso de los Neo-Flagelantes

Estos nuevos flagelantes se caracterizan por una profunda distancia de la administración laguista y un total escepticismo acerca la posibilidad de proyectar un cuarto gobierno consecutivo de centro-izquierda.


Cinco años atrás debutó una forma muy peculiar de deliberación política. Un grupo de dirigentes políticos, orgullosos de la labor de gobierno desplegada, se organiza para emitir en forma conjunta un manifiesto de apoyo a los Gobiernos de la Concertación. Nada de críticas ni autocríticas. La única aceptable era la de no perseverar suficientemente en lo que se estaba haciendo. Nacen así los denominados «autocomplacientes». O complacientes a secas.



Esa declaración gatilla la respuesta de otro grupo de dirigentes que, a la luz de los resultados de las elecciones parlamentarias de 1997, estiman que la coalición gobernante había perdido un importante caudal de adhesión ciudadana y que ello se debía a errores en la forma de hacer política y a insuficientes logros en materia social. Estos son los «auto-flagelantes», expresión de caricatura que enuncia a los que se inmolan sin razón alguna.



A partir del año 2000, sin embargo, algo ha pasado en el escenario político que difícilmente se explica. Varios de los que ayer se complacían con las políticas de gobierno, hoy se solazan anunciando que nada dramático ocurrirá si la Concertación cede el liderazgo político del país a la derecha, o que se identifican con el Presidente Lagos … sólo si éste se decide a impulsar la agenda política de su preferencia, o comentando desde las graderías que el equipo de gobierno y las dirigencias partidarias no están a la altura de los acontecimientos.



En suma, podría entenderse que estos nuevos flagelantes se caracterizan por una profunda distancia de la administración laguista y un total escepticismo acerca la posibilidad de proyectar un cuarto gobierno consecutivo de centro-izquierda.



Llama la atención que vistosos «autocomplacientes» de ayer se hayan unido a la pléyade de los flagelantes. ¿Suscribirían hoy la misma declaración que los aglutinó durante la gestión del Presidente Frei?



Queda la impresión que algunos dirigentes políticos no advierten que el nuevo vigor de la Concertación radica en respaldar la Agenda Social anunciada por el Presidente de la República el 21 de mayo del año pasado, especialmente la implementación de la Reforma a la Salud y la creación del Sistema Chile Solidario.



Esta posible ceguera se extiende a no aceptar o no querer aceptar que el Presidente Lagos está llevando adelante uno de los gobiernos más exitosos de la historia de Chile y que por ello la mayoría de lo chilenos aprueba la conducción del Primer Mandatario, pese a las vicisitudes económicas y dolorosos escándalos de corrupción que con razón sacuden el sentido de justicia de todos los chilenos.



En el fondo, acontece que los «neo-flagelantes» toman distancia sicológica de la actual conducción política y se inhiben o marginan de ejercer un liderazgo constructivo. Este es el ocaso de los pesimistas, de los que dejaron de creer en la política y en sí mismos, de los que hacen apología del desánimo y sirven de profetas de la derrota. ¿En qué creen los neo-flagelantes?



En la antípoda, los mejores equipos de la coalición gobernante, los que en definitiva inmortaliza Bertold Brecht, están dispuestos a apoyar hasta el último día al Presidente Lagos, convencidos de los importantes logros de su gestión y de la importancia de perseverar en el diseño e implementación de políticas públicas al servicio de todos los chilenos. La hora actual es de los optimistas y de los exponentes de la centro-izquierda chilena que deseamos transformar nuestra sociedad en una perspectiva moderna de libertad, solidaridad, pluralismo e igualdad.



* Abogado. Magíster en Derecho Público Universidad Católica de Chile. Académico Universidad de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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