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Los mapas del bullying

Jaime Retamal
Por : Jaime Retamal Facultad de Humanidades de la Usach
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Verdaderamente la palabra “bullying” señala nuestros atavismos educativos, es un signo más de toda la nueva mitología criminológica y biopolítica que las autoridades de gobierno han recreado para un sistema escolar como el nuestro, digamos competitivo para no decir neoliberalizante.


Nuestro país es uno de los primeros en Latinoamérica en incorporar el Sistema de Información Geográfico-Delictual, cuyo acrónimo SIG, es conocido por el Ministerio del Interior, por Carabineros y la PDI desde a lo menos el año 2001.

En concreto, se trata de un sistema con una potente simbiosis disciplinaria, de cruce de información multisectorial y multiministerial; tiene como herramienta primordial un software capaz de visualizar en un mapa, de Santiago por ejemplo, información cualitativa y cuantitativa de los diversos tipos de crímenes, victimizaciones y violencia delictual, y todo en colores. Dicho software (en Chile las policías usan fundamentalmente el ArcGIS  de la gigante ESRI) cuadricula cualquier ciudad y entrega análisis de información para el control social. De esta manera, cualquier “área geográfica problema” (comuna, barrio, etc.), mediante una grilla a escala, es susceptible de ser analizada por esta tecnología computarizada y ser catalogada además como “área de riesgo” o “zona caliente”.

En la edición 126 del año 2007 de la revista “Detective” de la PDI se leía: “Como ser de costumbres, el hombre inevitablemente crea patrones de conductas propios para el desarrollo de sus actividades, incluso aquellas ilícitas. Por ello el análisis de este tipo de información, unido a la inteligencia policial, estadísticas y estudio de patrones mediante tecnología de avanzada como es el Sistema de Información Georreferencial (SIG), permiten determinar, orientar y focalizar mejor el combate del fenómeno  delictual.

[cita]Roberto Espósito –pensador biopolítico italiano- diría sin remilgos que esto (nuestro triste sistema escolar) es como la “guerra humanitaria” de los gringos contra Afganistán, donde lanzaban bombas y después casi al mismo tiempo medicamentos.[/cita]

Pues bien ¿se imagina Ud. que junto a los Mapas-SIMCE, el Ministro de Educación Joaquín Lavín tenga en su escritorio Mapas-BULLYING con información georreferencial de las escuelas y liceos de Chile? Apuesto a que los tiene o apuesto a que los vio ya. Si pierdo, pierdo. Pero ya en mayo del año 2010, en la mismísima PDI, en el marco de su programa “No + Bullying”, el fiscal nacional Sabas Chahuán escuchó, junto al ministro Lavín, que el Director General de la PDI, Marcos Vásquez, anunciaba como gran noticia, que su institución policial había desarrollado la primera georreferenciación de la violencia escolar en la Región Metropolitana. Es decir, podría ganar la apuesta e incluso, sin bluf, agregar que dicho Mapa-BULLYING se hizo con la información cuantitativa y cualitativa de las encuestas nacionales de violencia escolar aplicada a más de 30 mil estudiantes y profesores los años 2005 y 2007… por supuesto le agregarán la información del año 2010, más la información de la línea 600 del MINEDUC. ¿Perderé? No creo.

Sería muy oportuno, muy útil, que se le informe a los apoderados cuáles son –además de los resultados del SIMCE- los resultados que la PDI pueda lograr con estos Mapas-BULLYING. Los padres podríamos saber si los liceos en los que están nuestros hijos, además de estar rojos por rendimiento,  están “calientes” por violencia, y así, sacarlos y llevarlos a uno “verde” y “frío”. Buen uso de la tecnología, práctico. Creo que podrán subirlo a Map-City. Sin embargo, pienso que para mejorar el Mapa-Bullying debiese operar el mercado, es decir, debiese de competir la PDI con Carabineros. Por si no sabían, el currículum educacional de Carabineros es por competencias (muy moderno) y para recién poder operar un sistema de georreferenciación, la Academia de Ciencias Policiales exige a todo Carabinero que quiera tomar el curso “Programas informáticos vinculados a la gestión operativo policial” a lo menos 15 años de antigüedad, es decir, un carabinero altamente experimentado ¿Cómo se vería un Mapa-Bullying de la PDI versus uno de Carabineros? Propongo que se agregue como adenda a la ley de Bullying impulsada por el Senado.

Preocupante: el fenómeno de la violencia escolar en democracia transformado en asunto delictual, judicial y criminológico. Además, como lo anunció el Ministro Lavín, las escuelas y liceos ya pueden contar con la novedad del año, el “Reglamento Anti-Bullying” creado por la fundación de abogados Pro-Bono. Se trata en realidad de un reglamento antiguo, que data de Julio del 2008 donde se pasa revista a todas las posibilidades judiciales en cuestión: fue en ese tiempo promocionado como panacea por Rodrigo Bosh, Ingeniero Comercial, presidente de la agrupación de sostenedores de colegios particulares (creo que en segundas ediciones hasta figuró como autor). Ya casi veo la próxima semana al Ministro con los Gerentes Generales de las compañías de seguros de Chile, anunciando la obligatoriedad para las escuelas y liceos de la compra de primas de seguros anti-bullying: ahí si se acaba el problema, por plata, nadie dice que hay bullying. Preocupante y escandaloso.

El bullying renta; porque las tragedias rentan. Se visita a las víctimas, se consuela a padres sumidos en la incomprensión del sinsentido que el suicido de un hijo, de una hija, abre como un abismo. Pero se les consuela con cámaras y con prensa. Renta demasiado el bullying y la tentación es grande, porque el costo es bajo y la espectacularidad es alta.

Verdaderamente la palabra “bullying” señala nuestros atavismos educativos, es un signo más de toda la nueva mitología criminológica y biopolítica que las autoridades de gobierno han recreado para un sistema escolar como el nuestro, digamos competitivo para no decir neoliberalizante.

Walter Funk, hace ya varios años en Alemania, ha demostrado mediante clusters que la violencia escolar está más asociada a procesos sociales que afectan el mundo escolar que a comportamientos de mala conducta individuales de los escolares.

Y este es precisamente el punto: andan buscando y quieren multar a responsables individuales (el niño agresor, el profesor ocultador, el padre irresponsable, el director inoperante) sin pensar que nuestro sistema escolar, creatura de la clase política, es altamente segregador, abiertamente competitivo, y claramente castigador con quien no consigue el éxito escolar; éxito que, para completar el círculo vicioso (o espiral violento), está asociado al capital e ingreso económico familiar. Puede ser que Ud. esté cansado de escuchar esta cantinela, pero haga el siguiente cálculo: considere a los 20 mejores colegios particulares pagados de Santiago, sume la cuota de incorporación más la matrícula más la mensualidad, imagine que tienen dos cursos de 30 alumnos por nivel (son más en realidad) y multiplique. Al año sumarían como ingresos más de 104 millones de dólares.

Ahora, compare con la subvención por alumno que recibe la escuela pública (si quiere suponga que es 40 mil por alumno), súmele el doble que prometió Piñera de aquí a varios años más y saque sus propias conclusiones. Por ello consideramos muy oportuna la conclusión de Ronald Jacobson, en su extraordinario texto “Narrating Characters: The Making of a School Bully” (de Agosto del 2010) respecto a que es la escuela y su ambiente altamente jerarquizador vía competencia quien cultiva la violencia que en ella se manifiesta. Y Roberto Espósito –pensador biopolítico italiano- diría sin remilgos que esto (nuestro triste sistema escolar) es como la “guerra humanitaria” de los gringos contra Afganistán, donde lanzaban bombas y después casi al mismo tiempo medicamentos.

Fuertes críticas internacionales ya han recibido los Mapas-SIMCE -con sus semáforos- en el Congreso Iberoamericano de Educación que se está realizando esta semana en Buenos Aires; uno de las más fuertes fue la hecha por uno de los directores de la misma OEI quien concluyó “no creo que la política de competencia entre centros mejore la calidad de los aprendizajes.” Si supieran que además tenemos Mapas-BULLYING

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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