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Gratuidad y calidad en la educación chilena

Por: Felipe Rosselot, alumno de 3ro medio de la Alianza Francesa, Santiago.


Señor Director:

Le escribo con respecto a la carta de Alejandra Viales Sánchez publicada el 31 de Marzo de 2016 en la edición del periódico “El Mostrador”, en la cual la Directora del Centro de Aprendizaje da su opinión sobre la gratuidad de la educación universal. Tengo que decir que comparto gran parte de sus puntos de vistas.
Me he preguntado muchas veces por qué la educación en Chile es un privilegio. Viví en Francia durante 12 años donde la educación de calidad es gratuita para todos y ésta es considerada como un derecho y no como un bien de consumo. Estoy avergonzado de constatar que en mi país no ocurra lo mismo. Muchos dirán que Chile está influenciado por el sistema económico neoliberal y que la gente rica tiene todo el poder en este país. Pero si es así, tampoco entiendo que quienes tienen mayor poder económico no puedan dar mayores oportunidades a los más pobres para vivir correctamente.
Alejandra Viales señala que “hoy existen muchas nuevas alternativas para ser un profesional, los Institutos y Centros de Formación Técnica habilitan rápidamente al trabajo y son menos costosos”. Tal vez es cierto que hay nuevas alternativas de formación para las personas, pero no debiera ser el costo lo que obligue a elegir una carrera técnica o universitaria. Todo el mundo debería tener las mismas posibilidades de acceso a la formación que desee de acuerdo a sus sueños de realización profesional. Por ejemplo, es inaceptable que una escuela de medicina cueste más de $5.000.000 al año. Lo que es inalcanzable para familias que viven con el sueldo mínimo y que apenas alcanza para movilizarse y comprarse el pan.
Por otra parte sabemos que la educación pública en Chile es de muy baja calidad comparada a la educación privada. Esta desigualdad de aprendizaje está en la base de las desigualdades socio-económicas existentes en Chile y trae entre otras consecuencias entre otros altos niveles de delincuencia. Pero si se implementa la gratuidad en la educación chilena y que sea de buena calidad para todos, las oportunidades mejoraran y la productividad del país aumentaría, mejorando su economía. Entre otras cosas, sin duda la delincuencia también disminuiría.

Entonces me pregunto qué están esperando para que la educación chilena sea gratuita. Me digo que tal vez es porque la gente que tiene el poder en este país tiene miedo a que el pueblo se lo quite. Y comparto lo señalado por Alejandra Viales Sánchez de que hablar de la gratuidad universal resulta hoy como un sueño.

Felipe Rosselot, alumno de 3ro medio de la Alianza Francesa, Santiago.

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