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Sobre encuestas y realidad social

Por: Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega


Señor Director:

Hay diferentes maneras e técnicas para aproximarse a la realidad y escrutarla, indagar sus misterios, detectar sus tendencias. En el ámbito político se ha ido imponiendo, en forma más bien acrítica, una hegemonía de las encuestas, dando generalmente por ciertos e indubitables los datos y guarismos que entregan estos instrumentos acerca de preferencias electorales, opciones de candidatos de toda laya, y adhesiones o desafecciones en relación con los gobernantes. Así, se toman decisiones relevantes ya no inspiradas en un fundamento doctrinario, que ha devenido en casi inexistente, en una visión proyectiva e integradora de la sociedad que se aspira construir, sino en resultados de encuestas cuya confección se desconoce, o bien resulta ser ininteligible.

Más allá de la adecuación técnica que puedan tener estos sondeos, que se exhibe por los encuestadores como garantía de la veracidad y exactitud de sus resultados, pocos indagan sobre su formulación y diseño, las formas de hacer las pregunta, el contenido mismo de estas; todos aspectos que dejan en el instrumento sedimentos ideológicos, visiones de mundo, cuando no intenciones estratégicas que exceden la pura aplicación de una herramienta técnica, pretendidamente científica. Estos estudios finalmente tienden a reemplazar la realidad, determinan la agenda de los medios de comunicación, desencadenan decisiones de todo orden y ofrecen una versión del país que muchas veces alimenta la complacencia y ambición de sectores interesados, aquietando la urgencia de realidades sociales poco aceptables, que ofenden la conciencia moral.

Este fenómeno provoca distanciamiento, desconexión, falta de vínculos entre los dirigentes y la realidad social y existencial de las personas; los primeros discurren parsimoniosamente sobre un país descrito en papeles, mientras que éstas enfrentan cada día la realidad dura y nada edificante de un país lleno de limitaciones, problemas, estrecheces y desigualdades. Por un lado, están los que gestionan una sociedad desde las alturas, ajenos a la cotidianidad general, en medio de amplias facilidades y boato; del otro, personas reales y concretas que luchan con denuedo por tener alguna esperanza. En el origen y desenvolvimiento de este complejo fenómeno político social, las encuestas no son, de ninguna manera, inocentes.

Gustavo Adolfo Cárdenas Ortega
Comunicador Social
Abogado

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