Señor Director:
Siendo rector de un establecimiento educacional del sector, donde se moviliza una población significativa de estudiantes, apoderados y funcionarios, veo con preocupación y lamento profundamente que Valle Grande, ubicado al poniente del kilómetro 16 de la Ruta 5 Norte, sea considerado un “Apéndice olvidado de la comuna de Lampa”, pero resulta contradictorio no reconocer que frente a la coexistencia de un sinfín de empresas de todo tipo (400 aproximadamente), y cuya masa laboral asciende a 25 mil trabajadores, cohabiten con el desarrollo de una urbe moderna y en crecimiento, que ya cuenta con más de 6 mil familias residentes y con una proyección del orden de 20 mil habitantes al cabo de diez años, aún se mantenga sin resolver, requerimientos propios de un sector que se diseñó con el propósito de responder a una demanda de extensión de Santiago hacia el norte, específicamente la provincia de Chacabuco a través de los industriales en primera instancia y posteriormente de las inmobiliarias.
Desde la creación del sistema de transporte público integrado (Transantiago, 2007), el sector de Valle Grande quedó fuera del trazado, debido principalmente al hecho de estar ubicado en una zona suburbana, por lo que sus residentes y trabajadores han debido costear una mayor carga por concepto de movilización hacia y desde este lugar, cuestión que ahora se ve acrecentada con la próxima entrega de la nueva Autopista Urbana entre Américo Vespucio y Lampa y sus respectivos telepeajes, que según los entendidos permitirá accesos más expeditos a los barrios e industrias que la rodean, pero que enfatizará la ya existente problemática en las insuficientes e intransitables vías de Valle Grande, donde diariamente circulan miles de vehículos pequeños, buses y camiones de alto tonelaje.
Por mucho tiempo, las vías principales de Valle Grande industrial han carecido de una debida mantención o reparación, especialmente la Avenida La Montaña, que es la arteria por la que se accede a la mayoría de las empresas y la única vía de acceso y salida de sector residencial hacia y desde la Ruta 5 Norte, sin tener que pasar por la ya congestionada comuna de Quilicura.
Recientemente y después de una década de crecimiento explosivo, la autoridad ha permitido la evaluación ambiental para proyectar el anhelado tren Santiago- Batuco, con esperanzas de que entre en operaciones en cinco años más.
Por otra parte, y a pesar de que la norma que rige a los proyectos urbanos determina que los desarrolladores inmobiliarios deben dotar de terrenos e implementación para satisfacer requerimientos de la población, como es el caso de Bomberos que, utilizando este beneficio, instaló su cuartel en un óptimo edificio, a pesar de ello, el tema de seguridad ciudadana a través de la presencia efectiva y permanente de personal atingente no ha sido resuelta.
Finalmente, y en el deseo que el calificativo “Apéndice olvidado de la comuna de Lampa”, quede como parte de la historia de Valle Grande, sólo se podrá lograr a través de acciones intencionadas o con propósito por parte de la autoridad pertinente, para resolver las deficiencias antes mencionadas.
Alejandro Valdebenito Álvarez
Rector
Colegio Sol del Valle
