Señor Director:
La cara de LeBron James lo decía todo. Faltando 4,7 segundos para el final del tiempo reglamentario del primer partido de la final de la NBA, su compañero, “J.R.” Smith, en vez de lanzar al aro, decidió salir de la zona de tiro, ya que pensaba que aún tenían tiempo para ganar el partido. “Para el otro lado”, gritaba desesperado James. Estaban empatados a 107, perdiendo finalmente en tiempo suplementario.
En ese partido, James, la máxima figura del baloncesto estadounidense, marcó 51 puntos -estableciendo una marca inédita en su trayectoria de playoff-. Como siempre, deslumbró talento y elegancia en su juego.
Sin embargo, no fue suficiente para los “Cavs”. Sus rebotes, su empuje y marca permanente no bastaron para ganar el partido ante un Golden State Warriors ordenado, solidario y efectivo en momentos claves.
¿Qué ocurrió? Muchas veces, pareciera que promover el trabajo en equipo es un cliché. Sin embargo, el equipo que trabaja para su estrella no siempre vence ante el equipo donde las estrellas se ponen al servicio del equipo.
En el primer caso, el miedo al fracaso ante la figura destacada del equipo puede generar conductas “evitativas” – entendidas como acciones que se evitan para eludir la confrontación y, en el ejemplo de James, para no eclipsar a la estrella-.
Sin embargo, el fortalecimiento del trabajo en equipo es clave, sobre todo en organizaciones y grupos de trabajo heterogéneos. El propio Michael Jordan dijo alguna vez que “el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos”.
Sin duda, esta sentencia invita a mirar a largo plazo y, más importante aún, a incorporar esa sinergia virtuosa entre integrantes de una organización, como un elemento primordial de éxito organizacional. Claridad y compromiso con el objetivo, tanto en el sentido del trabajo como del buen clima para lograrlo.
Creo que es fundamental mantener viva esa mirada comunitaria, para que no nos ocurra lo mismo que a los “Cavs”, al ver como el tiempo, pese a tener un gran talento individual, se consume inexorablemente rumbo a la derrota.
Úrsula Schulz
Directora Ejecutiva
Fudea U. de Santiago de Chile
