La segunda de a bordo del Regional Santiago, Rebeca Paiba, rechazó que un punto del documento fijado en la última reunión de la orden impusiera la advertencia de «probar con todo el rigor de nuestra institucionalidad gremial, cualquier declaración futura que intente menoscabar la unidad del Colegio Médico de Chile», lo que consideró una amenaza contra la libertad de expresión al interior del gremio.
Tras el débil paro de 45 horas que realizaron los gremios de la salud encabezados por el Colegio Médico, aparecieron las primeras voces disidentes sobre el actuar y resoluciones adoptadas por los dirigentes al interior de esa orden.
Así, la vicepresidenta del Regional Santiago, Rebeca Paiba, envió el 25 de diciembre pasado una dura carta a dirigentes y facultativos en la que critica algunos puntos del acuerdo adoptado por los presidentes de los Consejos Regionales en la reunión efectuada el 21 de diciembre.
En la cita los directivos acordaron realizar una gira prevista entre los días 7 y 15 de enero en las regiones del país, que tiene como finalidad recolectar 5 mil renuncias de médicos. El tour comenzará en Puerto Montt, Osorno y Valdivia.
Paiba criticó específicamente el punto ocho del acuerdo, que señala que «la convención por unanimidad repudia todo intento divisionista al interior de la orden, por lo cual manifiesta su rechazo categórico a las declaraciones del dr. J. Villegas, solicitando perentoriamente al Consejo Regional Concepción clarificar la situación de dicho consejero».
La cita alude al rechazo que manifestó Villegas en momentos en que se llevaba a cabo la última paralización contra el Plan AUGE: el consejero consideró «no ético» utilizar «el dolor de los usuarios para presionar».
El documento redactado por los presidentes gremiales agrega que «asimismo la Convención advierte que se probará con todo el rigor de nuestra institucionalidad gremial, cualquier declaración futura que intente menoscabar la unidad del Colegio Médico de Chile».
«Autoritario y ofensivo»
La vicepresidenta del Regional Santiago señala en su respuesta al acuerdo que «nada me parece más autoritario y ofensivo para un gremio de la importancia de éste que se acuerde la censura en forma amenazante del poder tener y expresar una opinión diferente. Durante muchos años tuvimos mucho de esto: mucho tiempo se ha tomado al país para terminarlo, pero está claro que aún quedan huellas».
«Repudio ese acuerdo, repudio la amenaza, repudio la censura, ya que si no se respetan todas la opiniones, y aun más, si no se respeta el derecho de las minorías a expresar con igual importancia su opinión, todo acuerdo deja de tener la grandeza de lo que significa un acuerdo, más aún si se quiere perseguir y quizás con ello eliminar al que opina diferente», enfatiza.
La dirigenta también rechaza las medidas de presión adoptadas por la cúpula del gremio. «Es imperioso estar dispuestos al diálogo y así al consenso: por medio de paros y renuncias amenazantes eso queda eliminado», dice. «Quiero creer que no estamos en guerra, quiero creer que estamos en un tiempo en que se gana con ideas, se construye con trabajo».
«Quedó un poco fuerte»
El presidente del Colegio Médico, Juan Luis Castro, restó importancia a la misiva, y recalcó que la declaración es una «postura personal» que no interpreta ni al Regional Santiago ni a nadie de la directiva.
«La doctora Paiba tiene que defender a su pareja [Villegas]. El acuerdo fue unánime con todos los presidentes del consejo. Además, la idea está incluso recogida en el código de ética del gremio», remarcó Castro.
Una postura menos tajante tuvo el timonel del Regional Santiago del Colegio Médico, Carlos Villarroel, quien reconoció que el punto de la reprobación a las declaraciones futura de los facultativos será sancionada «quedó fuerte».
«Tendría que haber sido redactado de otra manera, porque quedó un poco fuerte. Desde mi punto de vista le faltó desarrollo a la idea», sentenció.
Otros puntos fijados por la convención de presidentes del Colegio Médico el 21 de diciembre incluyeron elevar el perfil propio del gremio ante la opinión pública, efectuar una evaluación de los primeros seis meses de aplicación del miniAUGE, y otorgar un respaldo unánime de la Convención a la mesa directiva nacional.
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