Reciente aprobación por parte de Brasil de la idea de sumar a su Ejército unos 240 tanques Leopard 1-A5, equivalente alemán de los Leopard 1-V comprados por Chile a Holanda durante la segunda mitad de los años noventa, abre nuevas dudas respecto de la supuesta obsolescencia de ese material bélico y la necesidad de sumar a nuestro arsenal los más modernos Leopard 2 A4.
Cuando apenas asumía su gobierno, en marzo pasado, la Presidenta Michelle Bachelet anunció la adquisición de 118 tanques Leopard 2 por un valor de 124 millones de dólares. La compra fue finiquitada en los meses finales de gestión del ex Presidente Ricardo Lagos y su ministro de Defensa Jaime Ravinet.
El cierre de la operación parece haber revestido gran importancia para el gobierno saliente del Presidente Lagos, que había autorizado la compra en diciembre del 2005. Sin embargo, en círculos ligados al tema militar se comenta que Ravinet recién logró obtener la autorización del entonces ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre, necesaria para el giro de los fondos requeridos, ya bien entrado el mes de febrero pasado.
Hasta entonces, el ministro Eyzaguirre y el jefe de Presupuesto, Mario Marcel, habían trabado la operación. Obtenida la autorización de Hacienda, el contrato con el gobierno holandés fue finalmente firmado el día 10 de febrero. Sin embargo, los necesarios procedimientos de toma de razón por parte de la Contraloría General de la República, sin los cuales el contrato no tenía carácter oficial, no pudieron ser completados a tiempo, haciendo imposible que el presidente Lagos anunciase oficialmente la compra antes del término de su mandato.
De esta forma, el anuncio de la compra de los Leopard 2 -que originalmente iba a tener lugar durante la ceremonia en que el general Oscar Izurieta asumiría el mando del Ejército, el día 10 de marzo- quedó en manos del nuevo gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Reemplazo de los Leopard 1
La nueva adquisición fue anunciada a fines de marzo, ocasión en que la nueva ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, explicó que la compra apuntaba a reemplazar una parte importante de los Leopard 1V adquiridos con anterioridad en Holanda, los cuales se habrían demostrado "obsoletos". Otras informaciones indican que serán 131 los tanques Leopard 1V los que van a ser reemplazados por los Leopard 2 adquiridos en Alemania.
El Ejército de Chile tiene cerca de 290 de esos tanques, entre ellos 219 adquiridos a Holanda entre 1998 y 1999, y otros 70 comprados a Alemania en el 2000. Oficialmente, tanto el gobierno como el Ejército reconocen solamente la compra a Holanda, pero distintas fuentes en Alemania confirman la adquisición de una partida adicional de Leopard 1 A5 en ese país.
La reciente compra del gobierno de Luiz Inácio "Lula" Da Silva -que ha autorizado la compra de 240 tanques Leopard 1 A5 en Alemania- pone el acento en la discusión que se generó en nuestro país con la decisión de reemplazar ese mismo tipo de tanques. El Ejército chileno ha señalado que esos tanques están obsoletos, pese a que se adquirieron entre los años 1997 y 2000, y que cambiarlos por el más sofisticado y poderoso Leopard 2 A4 resultaría menos oneroso que repararlos y modernizarlos.
Las discrepancias
Los analistas discrepan de esa versión, señalando en cambio que la decisión de cambiar los Leopard 1 es en buena parte resultado de la falta de mantenimiento adecuado de estos tanques, ya que no existirían los técnicos adecuados para hacerle las reparaciones. Además de ser más sofisticados en lo referente a mecánica, los Leopard 1 son también de una complejidad superior en lo que se refiere a equipamiento electrónico. Un aspecto clave de su electrónica es el sistema de dirección de tiro, que en conjunto con un cañón de 105mm giro-estabilizado, les permite adquirir blancos, apuntar y disparar mientras están en marcha.
Según distintas fuentes, al momento de comprar los Leopard 1V el Ejército ya había preparado un grupo de su personal técnico, para que se hiciese cargo del mantenimiento y reparación de los sofisticados elementos de óptica y electrónica que componen el sistema de dirección de tiro de esos tanques. Sin embargo, ese núcleo de personal altamente calificado se fue debilitando con el paso de los años, ya que sus integrantes encontraron una ocupación mucho mejor remunerada con la empresa privada.
A partir de lo anterior, los especialistas coinciden en que los problemas experimentados con los Leopard 1V están más relacionados con las dificultades del Ejército para asimilar la tecnología más avanzada del nuevo material, que con problemas propios de ese material. Y es por eso que subrayan que resulta poco entendible que a siete años de la compra de ese material -que en su momento fue presentado como un gran salto tecnológico por el Ejército-, hoy se diga simplemente que ya no sirven.
Más extraño resulta el argumento de la obsolescencia esgrimido para justificar la compra de los Leopard 2, si se considera a la luz de la adquisición por parte de Brasil de una gran partida del mismo tanque que Chile está dando de baja por "viejo".
La penetrante "chusca"
Entre los problemas experimentados por el Ejército en el despliegue operacional de los tanques Leopard 1V en el norte de Chile -el principal teatro de operaciones del material blindado de esa institución castrense- existe uno muy poco conocido por el público: aquellos relacionados con la "chusca" o polvillo del desierto.
Las características del terreno del desierto de Atacama, el más seco del mundo -es aún más árido que el famoso Sahara- incluyen la presencia de la "chusca", un polvillo muy fino, de una consistencia semejante al talco pero con una gran capacidad abrasiva.
En realidad, la "chusca" es el principal enemigo del material mecanizado en la zona norte. El insidioso polvillo lo invade todo, desde motores y otros componentes mecánicos, incluyendo también sistemas de control y componentes servo-asistidos de sistemas de armas y los sistemas electrónicos asociados a ellas. A modo de ilustración, fuentes cercanas al Ejército comentaron a El Mostrador.cl que la "chusca" es incluso capaz de penetrar al interior de transportes blindados del tipo M-113, mientras estos se encuentran en movimiento y pese a llevar todas sus escotillas cerradas.
En realidad, todo tipo de material mecanizado, tanto de uso civil como militar, es victima de este extraordinariamente fino y muy abrasivo polvillo en la zona del Norte Grande. Sin embargo, los avanzados y sofisticados Leopard 1V habrían resultado particularmente sensibles y vulnerables a su acción, con efectos particularmente dañinos para sus sistemas de dirección de tiro y el sistema giro-estabilizador de su cañón. Inutilizado este último, la gran ventaja de poder disparar mientras el tanque está en marcha, combinando sus superioridades en poder de fuego y movilidad, simplemente se pierde.
El diseño de los Leopard 1
El diseño básico de los Leopard 1 es de los años ’60, pero los que posee el Ejército corresponden a modelos de los años ’70, a los que se les incorporó tecnología de los ’80 y ’90 antes de su compra por parte de Chile.
Muchos especialistas consideran que los Leopard 1V con que cuenta el Ejército en la actualidad son los tanques más modernos en servicio en América Latina. Opinan que, con una modernización que debería ser realizada con el concurso de las empresas especializadas locales y que incluso podría incluir equipos desarrollados por ellas -como el sistema de dirección de tiro-, perfectamente podrían seguir en servicio en forma eficiente y efectiva durante varios años más.
Y la prueba es precisamente la reciente compra, por parte de Brasil, de 240 de estos tanques en Alemania. Los tanques comprados son del modelo A5, que es el equivalente alemán de los V que posee Chile. La diferencia está en la electrónica alemana y holandesa, respectivamente. Ambos modelos representan la versión más avanzada de este tanque -Chile también posee un número de Leopard 1 A5, adquiridos en Alemania entre los años 2000 y 2001- e incorporan elementos del Leopard 2.
La superioridad chilena
Hasta antes de la compra de los 240 tanques Leopard 1 A5 a Alemania, Brasil contaba con un total de 300 tanques, incluyendo Leopard 1 A3 adquiridos a Bélgica y M-60 de origen estadounidense. Todos esos tanques serán reemplazados por Leopard 1 A5, lo que incrementará las capacidades operativas del ejército brasileño, que se estandarizará en un tipo único de tanque de batalla muy efectivo, capaz de mantenerse vigente por muchos años por la vía de modernizaciones de sistemas y munición. La estandarización en un solo tanque también permitirá que Brasil haga ahorros por la día de la reducción de costos del soporte logístico.
Argentina tiene cerca de 400 TAM ó Tanque Argentino Mediano, de producción local pero diseñado con asistencia alemana. El TAM tiene la misma capacidad artillera que el Leopard 1-V -el cañón es en realidad el mismo- pero posee un blindaje muy deficiente, resistente solamente al impacto de armas livianas, producto de su desarrollo a partir de un transporte blindado de tropas.
En esencia, y a pesar de su excelente movilidad, el TAM tiene escasas posibilidades de resistir a un enfrentamiento con un Leopard 1, exceptuando la posibilidad de que el blindado argentino pueda abrir fuego primero y en forma certera. Pero frente a un Leopard 2 las posibilidades de supervivencia de un TAM se tornan nulas.
Perú tiene nominalmente cerca de 300 tanques T-55 rusos en versiones no modernizadas de los años setenta. A mediados de la década pasada, Lima consideró la compra de un número de los más modernos y poderosos T-72, pero ello jamás se concretó. Mientras los T-55 peruanos son tanques absolutamente inferiores a los Leopard 1-V de Chile, la desventaja del vecino del norte se agudiza porque en realidad tiene apenas 37 de esos blindados en condiciones operativas completas.
La situación podría al parecer cambiar, luego de que recientemente el gobierno del Presidente Alan García autorizó la financiación de un programa de recuperación y modernización de parte de la flota de T-55, el que será desarrollado por la industria nacional peruana. Sin embargo, a nivel mundial se considera al T-55 como un tanque definitivamente obsoleto.
Bolivia, en tanto, posee tres decenas de Kurassier de origen austriaco, que es su principal y único blindado de batalla. Aunque está armado con un cañón de 105mm, que es más antiguo e inferior al que llevan los Leopard 1, el Kurassier es en realidad un caza-tanques. Posee un blindaje deficiente, que no ofrece ninguna protección a sus tripulantes, con posibilidades prácticamente nulas de sobrevivir a un enfrentamiento con tanques Leopard 1 o Leopard 2 como los adquiridos por Chile.
En esencia, todos los blindados de los países limítrofes o vecinos de Chile son ya inferiores a los Leopard 1-V. Esa ventaja se profundizará cuando lleguen a fines de este año los Leopard 2 que, además de contar con mayor blindaje, poseen un cañón de 120mm, que es superior a los de 105mm con que están equipados todos los vehículos existentes actualmente en la región.
Sin embargo, la ventaja cualitativa y numérica que actualmente favorece a Chile parece no ser suficiente. Según fuentes cercanas al Ejército, esa institución planea adquirir lotes adicionales de Leopard 2 hasta completar 200 de esos tanques. Y por si eso fuera poco, también planea conservar en servicio a 180 de los Leopard 1 V y A5 que posee en la actualidad. Lo último no deja de ser curioso, dada la supuesta obsolescencia de los últimos tanques.
Contacto:mlopez@elmostrador.cl
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