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A propósito de la cuasirrenuncia de Pedro Sánchez: las fake news como asunto de Estado Opinión

A propósito de la cuasirrenuncia de Pedro Sánchez: las fake news como asunto de Estado

Pedro Santander
Por : Pedro Santander Director Deep PUCV
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Es una maquinaria del fango que tiene sus períodos de latencia y que, sin ninguna duda, se activará con fuerza y hará mucho daño en las próximas campañas electorales que viviremos como país.


En apenas un minuto, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, convirtió el tema de la desinformación y las fake news en un asunto de Estado.

Ocurrió a fines de abril, cuando sorpresivamente publicó en su cuenta de X una breve carta en la que anunciaba lo siguiente: “Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor”.

¿La razón de su desazón? Se acababa de enterar de que su esposa, Begoña Gómez, podría ser investigada por la justicia española, luego que una organización llamada “Manos Limpias” presentara una acusación contra ella, basada solo y exclusivamente en informaciones publicadas en medios digitales de dudosa reputación. Nada de pruebas objetivas, nada de testigos, nada de documentos o confesiones, solo recortes de prensa para llevar ante la justicia a la esposa del jefe del Ejecutivo español.

Finalmente, y después de cinco días en que tuvo a todo el país en vilo, anunció que “he decidido seguir, con más fuerza”, y agregó que “nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva, que abra paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio. Llevamos demasiado tiempo permitiendo que el fango colonice la vida pública”.

“Fango”: así calificó Sánchez a la desinformación y las fake news que ciertos medios publican sistemáticamente. “Pseudomedios”: así caracterizó el presidente a estos medios digitales que, en el marco de lo que describió como una “sistemática estrategia de acoso y derribo del adversario”, ponen la democracia en peligro. “Maquinaria del fango”: así definió Sánchez la estrecha alianza entre estos pseudomedios y la derecha política del país.

Es quizá esta una de las observaciones más significativas de sus reflexiones. La desinformación, las fake news, los pseudomedios, no actúan en el vacío ni a solas, por el contrario, lo hacen en estrecha alianza con algunas fuerzas políticas establecidas del sistema institucional de partidos. Esa “galaxia digital ultraderechista” que hace “un uso espurio de las redes sociales, está financiada por la ultraderecha”, sostuvo Sánchez sin ambages en su primera entrevista televisiva.

Retrató, además, muy lúcidamente, la dinámica de operar de esta coalición que constituye la maquinaria del fango: primero un “pseudomedio digital” realiza una denuncia que carece de evidencia y esta (des)información es viralizada en las redes sociales como noticia cierta.

Una vez que alcanza visibilidad en la esfera digital, a menudo gracias a la amplificación algorítmica impulsada por bots, algún político con cargo en la institucionalidad democrática la recoge y realiza ante los medios tradicionales una denuncia pública, advirtiendo acerca de la gravedad de esa (des)información. En ese momento, y gracias a la intervención de ese (usualmente) diputado o senador, la fake abandona la galaxia digital, entra al mundo offline y desde ahí queda en posición de pase gol para entrar a tribunales.

En el marco de esa dinámica político-comunicacional de las fake news es que Sánchez no duda en señalar que “uno de los desafíos más importantes que tiene hoy la democracia contemporánea son los bulos y desinformación”.

Si bien en Chile la desinformación (aún) no ha hecho tambalear a un presidente, como sí ocurrió en España en estos días, nuestro panorama desinformativo no es muy distinto. Acabamos de ser testigos, por ejemplo, de cómo diputados de derecha difundieron imágenes de la ministra Camila Vallejo –blanco predilecto de las fake– que tenían más de dos años de antigüedad, como si fueran recientes, para criticarla por su actitud festiva mientras el país estaba de luto nacional. O cómo el senador Manuel José Ossandón (RN) citó un falso tuit del ministro Nicolás Grau sobre el “perro Matapacos”. La dinámica acá es la misma de España, que, a su vez, es la misma de Argentina, Colombia, Estados Unidos, del Reino Unido, etc.

Es una maquinaria del fango que tiene sus períodos de latencia y que, sin ninguna duda, se activará con fuerza y hará mucho daño en las próximas campañas electorales que viviremos como país.

Mientras tanto, todas las iniciativas para regular esta realidad –que, como dice Pedro Sánchez, “no va a parar”– duermen en el Congreso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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