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El dramático olvido de los estudiantes deudores del crédito Corfo

En medio de la aprobación de los proyectos de ley que reprograman la deuda del crédito solidario y la rebaja del interés del Crédito con Aval del Estado, nadie se acuerda de los encalillados con el crédito estatal que hasta 2006 era la única opción de financiamiento para los alumnos que entraban a centros de estudio ajenos al Consejo de Rectores. Ésto, a pesar de que las tasas de interés que pagan a veces superan el 9% y que algunos ya han cancelado casi tres veces su deuda original. Todo por estudiar una carrera.


En noviembre del año pasado Harlet Jaramillo abrió la puerta de su casa en Estación Central y se encontró con varios carabineros que venían a anotar los bienes que había en el inmueble. Traían una orden de embargo.

La joven de 27 años y mamá de dos niños se asustó. Y supo que la pesadilla que empezaba a vivir tenía su origen en el año 2006, cuando pidió el primero de los tres créditos Corfo en BancoEstado para estudiar Pedagogía en Historia en la Universidad de Las Américas, los que hoy le pasan la cuenta. En total le prestaron poco más de 5 millones de pesos.

Durante los cuatro años que alcanzó a estudiar, ya que quedó embarazada y dejó la Universidad, el papá de Harlet —quien es jubilado y está ciego a raíz de una larga enfermedad— pagaba unos 20 mil pesos mensuales, en UF, por cada crédito. Así, en 2008 ya cancelaba unos 60 mil pesos. El cuarto año se lo costeó ella misma.

En una oportunidad, su padre se atrasó en pagar la cuota mensual lo que implicó un descalabro mayúsculo, que ella asegura derivó en un error del banco “porque yo siempre pagué y tengo todos los comprobantes”. En julio de 2010 le llegaron tres demandas por cada uno de los créditos que hoy la penan, y que la tienen peleando en tribunales para evitar que le quiten las cosas de la casa de su abuelita, donde ella y su familia viven de allegados. Aclarar la situación con el banco no ha sido fácil.

[cita]Reveco asegura que “nosotros como deudores del Crédito Corfo estamos en el absoluto abandono. Nadie nos toma en cuenta, a pesar de que somos abusados hace ya 15 años. Esto es peor que pedir un crédito hipotecario. Yo firmé bajo leyes de ese momento, pero no había alternativa”.[/cita]

Tampoco es la única en esta situación. Son miles los deudores que viven en carne propia las consecuencias de haber optado por esta alternativa, que en términos generales opera como un crédito de consumo, pero con una tasa de interés de entre 7,5% y a veces de más del 9%. En la práctica se traduce en que quienes lo obtienen, deben pagar tres o cuatro veces sus carreras.

Por ejemplo, si un alumno estudió una carrera de 5 años por un arancel anual de $2.500.000, al egresar tendrá una deuda cercana a los 30 millones de pesos, que deberá pagar en 15 años, sin importar el nivel de ingresos que percibe.

Paradojalmente, estos deudores son los grandes ausentes de la discusión y acuerdos alcanzados en torno al tema y que esta semana se tradujeron en la aprobación del proyecto de ley que permitirá a los deudores del Fondo Solidario -que se entrega a los alumnos de las 25 universidades del Consejo de Rectores (Cruch)- reprogramar su deuda y condonar hasta 100% de los intereses penales, además del proyecto que rebaja el interés del CAE, fijándolo en 2%.

El único cambio en torno a los créditos Corfo es su polémico cierre, anunciado discretamente hace una semana y que en la práctica deja a la deriva a 4 mil familias.

Para la diputada María Antonieta Saa (PPD) “los alumnos deudores del Crédito Corfo no tienen absolutamente ningún beneficio. Son los grandes perdedores de estas leyes aprobadas en el Congreso y presentadas por el Gobierno”.

Según explica el senador Jaime Quintana (PPD) este “es un problema que el gobierno fue postergando en medio de la discusión y la obsesión por sacar los temas de la reprogramación y el CAE. Esta fue una de las razones por las que en la discusión en Sala del miércoles, y en las comisiones unidas de Hacienda y Educación, rechazamos algunas indicaciones, porque esperábamos que se abrieran a discutir el tema”.

El parlamentario asegura que el subsecretario de Educación, Fernando Rojas, les “dijo que podrían estudiar el tema, pero algo muy vago. Y este es el momento para encontrar solución a esto”.

La gran estafa

Los endeudados con créditos Corfo son miles. Aunque no existen cifras oficiales -al menos no disponibles- desde Corfo señalan que manejan ciertos datos, los cuales están en proceso de recabar y validar.

Mientras tanto nadie responde a los afectados. Muchos de los cuales se han visto enfrentados a una pesadilla crediticia. Como el caso de Clemente Quintana que tiene su casa y sus bienes con orden de embargo, pese a que su hijo ni siquiera pudo terminar la carrera. También ocurren cosas que a veces rayan en el absurdo, como le pasa a Soledad Delgado que tiene dos créditos Corfo, uno de los cuales debe seguir pagando hasta 2022, pese a que financió sólo un año de sus estudios.

Incluso existen afectados colaterales. En el caso de María Carolina Pozo, el crédito Corfo no afectó sólo a su familia. La cesantía de su papá los dejó en la lista negra de los endeudados, lo que podría costarle la casa a un amigo que aceptó ser su aval. Algo que la joven hoy califica como la peor decisión de su vida.

Actualmente, existe un grupo en Facebook denominado “agrupación de estudiantes estafados por el crédito Corfo” que tiene poco más de 80 miembros. Uno de sus líderes es Alejandro Reveco, quien pidió cinco créditos a BancoEstado para estudiar Ingeniería en Telecomunicaciones en Inacap, los cuales se gestionaban semestralmente. Obtuvo dos millones 800 mil pesos a 15 años con una tasa del 9%. Hoy, ya ha pagado más de 7 millones de pesos, a pesar de lo cual aún tiene pendientes otros tres años para terminar con la deuda.

Reveco y varios de los afectados han tocado diversas puertas. Desde la propia Corfo, el Congreso, cartas al presidente de la República, Superintendencia de Bancos, las entidades bancarias o el Sernac. Pero nadie le ha dado soluciones.

En una carta abierta la agrupación de los estudiantes estafados por el crédito Corfo aseguran ser “los estudiantes más afectados por el actual sistema de financiamiento de la educación superior, pues nuestra única alternativa para acceder a ella fue el endeudamiento directo con la banca privada”.

A pesar de eso, la respuesta siempre es la misma y apunta que, al firmar, ellos aceptaron las condiciones de crédito ofrecidas. Pero, explican, no es su objetivo “poner en duda la legitimidad de los contratos firmados, sino denunciar la inmoralidad y mala fe con la que fue diseñada esta herramienta. Desde nuestro punto de vista el crédito Corfo es la expresión más violenta de abuso hacia los estudiantes de educación superior y uno de los síntomas más evidentes de la decadencia del actual sistema de financiamiento. Nuestra situación actual es de total desamparo, pues los bancos tienen todo el aparataje legal a su favor y Corfo no reconoce ninguna responsabilidad en esta situación”.

Por eso señalan que su solicitud no implica dejar de pagar, sino pagar lo justo y que Corfo reconozca su situación y se haga cargo de los miles de casos existentes en el país.

Reveco asegura que: “nosotros como deudores del Crédito Corfo estamos en el absoluto abandono. Nadie nos toma en cuenta, a pesar de que somos abusados hace ya 15 años. Esto es peor que pedir un crédito hipotecario. Yo firmé bajo leyes de ese momento, pero no había alternativa”.

El 23 de enero pasado recibió un mail de la senadora Ena Von Baer, uno de los parlamentarios a los que han enviado correos solicitando apoyo. La senadora UDI señala su disposición a respaldar “toda iniciativa que permita incluir a quienes se encuentran en este problema y que son deudores CORFO, lamentablemente los proyectos que actualmente se encuentran el Congreso no los incluyen. Pero desde mi posición como Senadora miembro de la Comisión de Educación haré todos los esfuerzos por lograr que el Ejecutivo, debe ser iniciativa del Gobierno, los considere, puesto que son muchas las familias y profesionales agobiados por deudas universitarias que me han hecho saber sus problema”.

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