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El fin de los créditos Corfo que deja a la deriva a casi 4 mil familias

Sin bombos ni platillos hace unos días la corporación estatal hizo un reservado anuncio: a partir de 2012 los créditos de pregrado ya no estarán disponibles. La noticia tomó de sorpresa a las familias que veían en esta la única alternativa para que sus hijos estudiaran y que temen que al ya no contar con el Estado como aval ni con los recursos que inyectaba, las instituciones financieras que aún continuaban entregando esta modalidad endurezcan los requisitos y condiciones.


Sin previo aviso y luego de cuatro años de financiar la carrera de medicina de su hijo, a través del Crédito Corfo, Mauricio Diocares se enteró que a partir de 2012 la institución no continuará otorgando líneas de financiamiento a las entidades bancarias para que éstas las ofrezcan a los estudiantes de Educación Superior de pregrado.

La decisión, de la que se enteró la semana pasada a través de la prensa, afecta directamente a su familia, ya que los más de 6 millones de pesos que paga -anualmente- por los estudios de Gonzalo los ha obtenido por medio de Corfo. Es esta institución la que figura como su aval en el crédito que solicita todos los años en Corpbanca, una de las cuatro entidades financieras que aún entregaban dicha alternativa. Sólo el año pasado los bancos contratantes recibieron 20 millones de dólares en líneas de crédito desde la estatal para este fin.

“Pero ahora Corfo dejó de ser aval para todos los usuarios que estábamos hasta el año pasado”, señala. De esta forma, los dos instrumentos que tenía la repartición para financiar estudios de pregrado -la entrega de líneas de crédito a las instituciones financieras para que éstas los entregaran a los estudiantes y ser el aval estatal de las familias- ya no existen.

El primer anuncio que realizó Corfo sobre el cierre de estos créditos, que operaban desde 1997, fue a través de un pequeño inserto en el diario La Segunda, además de un comunicado en la página web de la institución.

Luego, esta semana, fueron enviados correos electrónicos a los 3.800 usuarios que, según datos de la institución dependiente del ministerio de Economía, hasta el año pasado mantenían esta opción. Allí, se explicaban los motivos de la decisión: la sostenida baja de operaciones a partir de 2006, cuando se instauró el Crédito con Aval del Estado (CAE), y que significó un descenso de 23 mil a menos de 4 mil beneficiados en 2011, además de la necesidad de concentrar los recursos estatales en un sistema único. Sobre todo ahora, que la Cámara Baja acaba de aprobar el proyecto de ley que fija en 2% el interés real que pagarán los alumnos que accedan al CAE.

[cita]Desde la banca discrepan. Un ejecutivo encargado del área universitaria de una de las instituciones que hasta 2011 aún entregaban esta alternativa, señala que “hablamos con Matías Acevedo y otras personas sobre el tema, manifestando nuestra preocupación en relación al segmento desprotegido que quedaría si no había Corfo”. Ello, porque según explica “si bien es insustentable que de cara al cliente exista un crédito CAE con 2% de interés frente a un Crédito Corfo de 7,5% -y parece lógico que los recursos de Corfo se destinen al CAE- el problema es que éstos no llegan a todo el mundo. Y esto deja un segmento medio de la población sin atender.[/cita]

Para Diocares el tema “que se hizo entre gallos y medianoche fue un portazo en la cara”, ya que “a partir de ahora tengo que renegociar con el banco para ver qué haremos los próximos tres años”. Su gran temor es que le pidan más requisitos y que le entreguen un crédito de consumo con tasas aún mayores y con plazos menos flexibles. Porque, si bien este crédito “tiene una tasa elevada respecto del Crédito con Aval del Estado -entre 7 y 8% anual- teníamos plazo hasta 15 años y era una opción para los que quedábamos fuera del CAE. Pero Corfo se desentiende repentinamente del tema”.

Para el gerente corporativo de Corfo, Matías Acevedo, estos temores son infundados, ya que “conversamos con las instituciones financieras y está la posibilidad de que renueven créditos con capital propio. Ellos mismos nos dijeron que el crédito Corfo no les daba valor alguno, porque la garantía era difícil de cobrar y el fondo ya lo tenían. En ese contexto, me resultaría difícil de explicar que las instituciones financieras negaran créditos a una persona anteriormente elegible. Porque en la práctica Corfo no le estaba dando valor agregado para rechazar o aceptar estudiantes”.

Y recalca que el CAE define ciertos parámetros para que un estudiante sea elegible. “Si el CAE se entregaba en mejores condiciones ¿por qué preferían Corfo? Porque no eran estudiantes elegibles, porque por ejemplo no tenían puntaje mínimo en la PSU. Entonces teníamos dos instrumentos de políticas públicas inconsistentes”.

Sin embargo, desde la banca discrepan. Un ejecutivo encargado del área universitaria de una de las instituciones que hasta 2011 aún entregaban esta alternativa, señala que “hablamos con Matías Acevedo y otras personas sobre el tema, manifestando nuestra preocupación en relación al segmento desprotegido que quedaría si no había Corfo”. Esto, porque según explica “si bien es insustentable que de cara al cliente exista un crédito CAE con 2% de interés frente a un Crédito Corfo de 7,5% -y parece lógico que los recursos de Corfo se destinen al CAE- el problema es que éstos no llegan a todo el mundo. Y esto deja un segmento medio de la población sin atender. Hay gente que cuando les decimos que no continúa esta opción, queda llorando porque no puede matricular a su hijo. Se afligen mucho, porque es el único medio para pagar. Confiaban y de pronto les dicen que no tienen línea”.

El ejecutivo agrega que “la alternativa que tenemos es darle un crédito de consumo ostensiblemente más caro que un crédito Corfo. Y como no tienes garantías ni líneas del Estado detrás, las exigencias son bastante mayores. Si alguien ganaba un millón de pesos y su hijo debe pagar una arancel mensual de 400 mil pesos es inviable pagarlo para ese cliente, porque hay una familia que mantener detrás”.

En este escenario, adelanta que los requisitos se van a endurecer y se van a acortar los plazos al menos a la mitad, que “con Corfo llegaban a 15 años. Además, en período de estudios sólo se pagaban intereses y al comenzar a trabajar empezabas a pagar el capital, por lo que era un crédito muy blando. Pero como no existen garantías ni recursos Corfo, como banco no tienes garantías y subes las exigencias del crédito. Por eso, apuntaremos a rentas más altas y no estaríamos entregando créditos a contar de los primeros años”.

En su opinión,“esto se debería haber hecho de manera más gradual”, porque habrá muchas familias perjudicadas. Por una parte, aunque tuvieran la posibilidad de acceder al CAE ya se cerraron las postulaciones, y por otro, porque deberán enfrentar condiciones de crédito más duras o incluso existe la posibilidad de que derechamente no lo obtengan.

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