Publicidad
El Mercurio califica de “injusticia” crítica de Piñera a los medios por responsabilidad en DD.HH y que a la Suprema no le corresponden “evaluaciones histórico morales” En ninguna parte hace un mea culpa por su rol durante la dictadura

El Mercurio califica de “injusticia” crítica de Piñera a los medios por responsabilidad en DD.HH y que a la Suprema no le corresponden “evaluaciones histórico morales”

“¿Habría sido acaso preferible la censura previa para todos, al modo español entre 1938 y 1966? La única alternativa a ese modelo era entonces un esfuerzo incesante por relajar todas las restricciones, hasta llegar –caso al parecer sin precedente histórico- a que, al avanzar la década de 1980, hubiera medios de oposición beligerantemente activos durante el gobierno militar mismo, contribuyendo con eso decisivamente a una transición pacífica y democrática”, expone el decano de los medios de comunicación.


El Mercurio, a través de su editorial, reprocha las declaraciones hechas por el Presidente Sebastián Piñera respecto a la “omisión” que hizo la prensa durante dictadura, afirmando que imputarles responsabilidades “son fáciles de proclamar cuando se ha gozado casi un cuarto de siglo de democracia”. Además, el diario en ninguna parte hace un mea culpa o pide perdón por su rol durante el gobierno militar y cuestiona la reacción del Poder Judicial porque no le corresponde hacer “evaluaciones histórico morales”.

El periódico precisa que el papel de la historia es comprender, a través de las fuentes, las razones y sinrazones de las conductas de los hombres en el tiempo y en ese “análisis frío, en el contexto de la época vivida y no a través del prisma de la mirada actual, poco tiene que ver, por ejemplo, con el emplazamiento de la Asociación Nacional de Magistrados a la Corte Suprema actual, para que pidiera perdón por su actuación durante el gobierno militar”.

En ese sentido, la editorial expone que ni los magistrados ni la Corte actuales son los de entonces y “este gesto supone que los ministros de hoy responsabilizan a sus predecesores, que no pueden ya sostener sus “razones y sinrazones”. Ni en lo intelectual ni en lo jurídico competen a la Corte Suprema evaluaciones histórico-morales que determinen un alcance político presente. Su responsabilidad es la actual que le asignan la Constitución y las leyes: ni una menos, pero tampoco ni una más”.

La editorial de El Mercurio también reprocha los cuestionamientos de Piñera al rol de la prensa en dictadura, mencionando que “imputar a los medios responsabilidades por omisión que son fáciles de proclamar cuando se ha gozado de casi un cuarto de siglo de democracia”.

Y añade que “¿Habría sido acaso preferible la censura previa para todos, al modo español entre 1938 y 1966? La única alternativa a ese modelo era entonces un esfuerzo incesante por relajar todas las restricciones, hasta llegar –caso al parecer sin precedente histórico- a que, al avanzar la década de 1980, hubiera medios de oposición beligerantemente activos durante el gobierno militar mismo, contribuyendo con eso decisivamente a una transición pacífica y democrática”.

Fallido acto republicano de Piñera

El diario también se refiere al fallido acto republicano que está organizando Piñera para conmemorar el Golpe de Estado, afirmando que “el país ha dado grandes pasos para ir dejando atrás la cruenta fractura que comenzó a incubarse a fines de los años 60 y se agudizó en los primeros de la década siguiente, en un clima de odios, enfrentamiento y ruina económica, hasta estallar -cuando el cúmulo de conflictos se tornó insoluble e incontrolable por el sistema político de entonces- en la asunción del poder por los militares y sus derivaciones”.

En ese sentido, destaca los avances que ha tenido la democracia para una “recuperación de la convivencia normal”, citando como ejemplo lo hecho por Patricio Aylwin con la Comisión Rettig, la Mesa de Diálogo y la Comisión Valech, creada por el ex Presidente Ricardo Lagos.

Sin embargo, la editorial cuestiona a Piñera por las “ambiciosas aspiraciones” de organizar un acto republicano significativo en La Moneda que “no fueron acompañadas de una sólida preparación por sus equipos políticos y de asesoría, que era indispensable”.

“No se cuida la alta investidura presidencial –patrimonio del país- al no sondear rigurosamente las intenciones de las autoridades y altos dirigentes de la política. El Gobierno no puede recibir negativas para un propósito elevado como este, y menos puede exponerse a tener que reducir el potencial acto republicano a una ceremonia más y un discurso –por lo demás anticipado ya en sus puntos clave, que tampoco concitaron unidad de pareceres en la propia Alianza-“, explica.

Publicidad

Tendencias