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Bachelet: «Quienes crean que Burgos y Valdés llegaban para cambiar el rumbo de la Presidenta hicieron una lectura equivocada» Mandataria se explica a pocos días del cónclave oficialista

Bachelet: «Quienes crean que Burgos y Valdés llegaban para cambiar el rumbo de la Presidenta hicieron una lectura equivocada»

La jefa de Estado aseguró que tiene dos encuesta: una que ve en los medios y otra cuando sale a terreno. «En la calle, la gente me dice otras cosas. Y claro, una se pregunta si será que invitan sólo a los amigos», se pregunta.


La Presidenta Michelle Bachelet ahondó en una entrevista publicada hoy en La Tercera sobre la hoja de ruta del llamado «segundo tiempo» de su administración anunciado en el cónclave oficialista, que dejó incertidumbres en la Democracia Cristiana.

En esa línea, la mandataria aclaró que «hay un escenario más estrecho desde el punto de vista económico, pero hay cuestiones que nos parecen trascendentales, que no se renuncia».

Por ejemplo, dijo, «no está en cuestión la gratuidad universal en educación. Lo que sí, a lo mejor, no lo vamos a poder cumplir en los seis años que dijimos, sino que demorará un poquito más. Ese es el tipo de ajuste, de realismo, pero la meta se mantiene. Las redefiniciones tienen que ver con algunos elementos que han tomado mucha fuerza hoy, como -por ejemplo- la seguridad ciudadana».

Respecto del concepto ‘realismo sin renuncia’, la jefa de Estado declaró compartir «plenamente» con el escenario que los ministros Rodrigo Valdés y Jorge Burgos tienen, en el sentido de que tenemos que actuar de manera realista».

«Realismo puede querer decir a veces ‘mira, esto que yo había dicho que iba a hacer, no se puede’. Pero tú puedes decir -por ejemplo- ‘mire, vamos a focalizarnos en 20 hospitales y si podemos hacemos más de 20’. Eso es realismo.

En ese sentido, hay mucha interpretación, que no refleja para nada lo que pasó en el cónclave, para nada. Fue una conversación muy abierta, muy franca, con todos, y sin duda puede haber personas con puntos de vista diferentes, porque en la Nueva Mayoría hay matices. Sin embargo, yo diría que el cónclave fue percibido por todos como muy exitoso, en el sentido de que aquí lo que necesitamos es avanzar unidos tras una hoja de ruta común y que estamos todos de acuerdo con aquello», agregó Bachelet.

Sobre la baja popularidad, la Presidenta reconoce que «no hemos sido capaces ni personal ni globalmente como gobierno, tal vez, de explicar de mejor forma de qué manera esos cambios van a ser beneficiosos en sus vidas. Por un lado, ha habido dificultades de comunicación, pero por otro, también de gestión de las reformas. A eso se suma la agudización de un fenómeno que en Chile se da hace ya algunos años, que es una tremenda desconfianza en los líderes políticos, en las instituciones, y que en esta ocasión también me ha afectado a mí».

«Los temas de la política y los negocios hicieron que al final todos seamos sospechosos de cualquier cosa», señaló Bachelet en referencia a lo ocurrido con el caso Caval.

«Yo siempre he dialogado y escuchado. Eso no tiene nada que ver con los resultados de ninguna encuesta. Yo tengo dos encuestas, la que veo en los medios y la de la calle. Y en la calle, la gente me dice otras cosas. Y claro, una se pregunta si será que invitan sólo a los amigos, pero también estoy hablando de actividades en comunas donde los alcaldes no son de la Nueva Mayoría y la gente me pide que siga adelante», prosiguió.

Asimismo, respondió a las críticas de algunos sectores de la Nueva Mayoría que reclamaron por la falta de un análisis económico durante el cónclave de la Nueva Mayoría: «En mi discurso inicial me referí al tema de la economía, pero el objetivo del cónclave no era hacer un seminario sobre economía. No era discutir las siete medidas para evitar el desempleo. Para eso hay otros espacios. El ministro se ha reunido con los partidos, ha sincerado claramente cuál es nuestro diagnóstico. El objetivo del cónclave era definir una hoja de ruta más bien política de los grandes elementos, donde la economía es importante, pero para definir cómo enmarcamos el conjunto de las tareas».

«Imagino que muchos querían que dijera “vamos a retirar tal proyecto de ley y vamos a retirar tal otro”. Sé que hay gente que quiere eso. Hay gente que dijo el año pasado: ‘Presidenta: mate el programa, salve al gobierno’. Hay personas que no quieren que haya cambios en este país, y eso es porque defienden determinados intereses, lo que es legítimo. Pero parece que algunos leyeron sólo la palabra ‘realismo’ y no escucharon el ‘sin renuncia’», insistió Bachelet.

Ante la pregunta de si el ajuste ministerial fue correctamente leído por la opinión pública, la mandataria respondió: «Los presidentes tomamos decisiones cuando creemos que hay momentos políticos o económicos que ameritan tener nuevas personas en esas responsabilidades. Me imagino que fue bien leído en el sentido de que los cuatro ministros del comité político son personas respetadas tanto en la Nueva Mayoría como en el mundo de la oposición y el empresariado. Ahora, si la lectura hubiera sido que los nuevos ministros llegaron para cambiar el rumbo que la Presidenta defina, hubiera sido una lectura equivocada, porque cada vez que tomo decisiones, lo converso con ellos. Todas las decisiones que tomo lo hago escuchando lo que dicen todos mis ministros y, por cierto, los del equipo político».

Consultada por la posibilidad de un «giro al centro», Bachelet dejó en claro: «En inglés hay una expresión que se llama wishful thinking. Yo creo que era lo más parecido a un wishful thinking, pero la verdad es que no quisiera colocarle un apellido, porque nuestro giro es y será siempre ciudadano. Era hacerse cargo de una nueva situación, que no es ni más de izquierda, ni más de centro, ni más de derecha. Es decir, “aquí estamos en una nueva situación política y económica”, entonces cuáles son las tareas más importantes, cómo priorizamos. El ministro Burgos y el ministro Valdés cuentan con toda mi confianza, al igual que los ministros Díaz y Eyzaguirre».

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