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Mujica dicta clase magistral sobre unidad «para seguir avanzando», en la previa de acto de cierre de Guillier Llamó a conservar «la convivencia» y afirmó que «lo que viene no es el paraíso ni el infierno»

Mujica dicta clase magistral sobre unidad «para seguir avanzando», en la previa de acto de cierre de Guillier

«Yo soy uruguayo, pertenezco a una alianza que tiene cuarenta y pico de años y peleamos todos los días, pero mantenemos el cuadro, si el cuadro lo rompemos, sonamos como harpa vieja, pero el cuadro junto nos permite ir avanzando, y algo hemos logrado. Ahí está el dilema, tal vez lo que hemos logrado no es el programa final que tiene nuestro corazón, pero no somos tan pretenciosos, vamos avanzando despacito», sostuvo el ex presidente uruguayo.


El actual senador y ex presidente uruguayo José Mujica, dejó claro desde un comienzo este jueves que su arribo al país para dar su respaldo a la candidatura de Alejandro Guillier tiene que ver con su «inclinación filosófica» hacia el progresismo que representa el postulante de la Nueva Mayoría, pero no para dirigr un discurso en contra de la opción del candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, con quien dijo haber mantenido una buena relación cuando ambos eran mandatarios de sus respectivos países.

«Conocí al señor Piñera y tuve la mejor relación como latinoamericano y como vecino. Mi corazón, mi manera de pensar está siempre con el campo progresista, me considero ciudadano de América Latina y mis sueños trabajan para un mundo que no veré, y ese mundo es que los latinoamericanos vayan construyendo su nación, hemos construido muchos países, nos falta un alero común que nos pueda defender a los débiles en el mundo que va a venir, que va a ser continental», dijo Mujica, agregando luego que «no estoy por ser enemigo de fulano y de mengano, no. No soy enemigo de nadie».

El político uruguayo y líder del Frente Amplio de su país que inspiró la conformación del nuevo referente político chileno, participó en un punto de prensa frente al Palacio de La Moneda, como anticipo al acto de cierre de campaña de Guillier en el Paseo Bulnes que se realizará a partir de las 18:30 horas de hoy.

La puesta en escena de Mujica, pasado el mediodía de hoy, partió de manera accidentada en una mesa al aire libre de un restuarant del Paseo Bulnes. Allí el candidato oficialista posó sonriente para los reporteros gráficos y canales de televisión y para los curiosos que sacaban fotos y grababan videos con sus celulares. Mujica en cambio se veía incómodo en el papel de «rock star». De hecho hasta el apretón de manos que le dio Guillier frente a las cámaras se vio algo forzado y ambos tardaron varios minutos en entablar un diálogo.

La llegada a la mesa de un par de jugos de mango pareció distender el ambiente y minutos más tarde ambos enfilaron hasta el lugar acordado para hablar con los medios.

Tras ser presentado por Guillier, Mujica tuvo el cuidado de medir sus palabras y convirtió la conferencia de prensa en una suerte de ‘clase magistral’ en la que hizo un abierto llamado a los chilenos a «cuidar la política», y a practicar la tolerancia. Valoró especialmente los acuerdos y la necesidad de mantener la unidad para avanzar. Y afirmó que tanto la izquierda como la derecha conservadora se necesitan mutuamente.

[cita tipo=»destaque»]Yo pertenezco a una visión de la historia, por eso estoy acá, pero no le tengo odio a mis adversarios, ¿Porque sabe una cosa? En el fondo los preciso, y ellos también. Si los dejamos solos, el tan conservador se traga todo, no reparte nada y la sociedad se nos hace inhabitable; y si a nosotros nos dejan repartir demasiado, tal vez quedamos fundidos, entonces nos precisamos mutuamente. Seamos adversarios, no enemigos.[/cita]

«Muy probablemente ustedes no son conscientes de que se dan el lujo de tener una elección entre dos ciudadanos calificados, muy distintos cada cual con su carro de ideas, pero valiosos, y eso no es poca cosa en el mundo de hoy», dijo, agregando luego que «no quiero ofender a nadie: cuiden la convivencia, aprendan a tolerarse, luchen por tolerarse. No hay perfecto, lo que viene no es el paraíso ni el infierno en la escalera de la vida por la que hay que luchar para subir escalones, de a poquito».

«¿Es el mundo perfecto? No, nunca lo será. Entonces yo pertenezco a esa cara de cambio de la historia soñando permanentemente con la igualdad. Todos tenemos errores, la cara conservadora cuando se pone muy dura se transforma en fascistoide, que no es lo mismo conservador que fascista; y la cara mía, a la que yo pertenezco, cuando se llena de corazón y de buenas intenciones en demasía, se pone a querer repartir lo que no existe y cae en el infantilismo, frecuentemente, y confunde realidad con sentimiento, y va más delante de lo que se puede», advirtió.

Y concluyó: «El eterno problema de la cara progresista es la unidad, y el eterno peligro y el eterno flagelo, por eso quiéranse un poco más y sepan lo que está en juego, el tiempo lo dirá. Claro, yo soy uruguayo, pertenezco a una alianza que tiene cuarenta y pico de años y peleamos todos los días, pero mantenemos el cuadro, si el cuadro lo rompemos, sonamos como harpa vieja, pero el cuadro junto nos permite ir avanzando, y algo hemos logrado. Ahí está el dilema, tal vez lo que hemos logrado no es el programa final que tiene nuestro corazón, pero no somos tan pretenciosos, vamos avanzando despacito».

A continuación, parte del discurso que pronunció Pepe Mujica:

«Mis felicitaciones al pueblo chileno. Muy probablemente ustedes no son conscientes de que se dan el lujo de tener una elección entre dos ciudadanos calificados, muy distintos cada cual con su carro de ideas, pero valiosos, y eso no es poca cosa en el mundo de hoy.

Conocí al señor Piñera y tuve la mejor relación como latinoamericano y como vecino. Mi corazón, mi manera de pensar está siempre con el campo progresista, me considero ciudadano de América Latina y mis sueños trabajan para un mundo que no veré, y ese mundo es que los latinoamericanos vayan construyendo su nación, hemos construido muchos países, nos falta un alero común que nos pueda defender a los débiles en el mundo que va a venir, que va a ser continental, o no se dan cuenta que Europa hace 50 años y pico está luchando por juntarse, que China es un viejo estado multinacional, que a sus espaldas está la India con muchas naciones y culturas adentro, que Estados Unidos es una potencia universal, con una tierra prometida a sus espaldas, Canadá.

¿Qué vamos a hacer en el futuro los latinoamericanos atomizados en un montón de repúblicas que llegan tarde? Hay que hacerse, no es contra la independencia, es por la independencia, ser alguien.

Y se lo tengo que decir a los chilenos porque Chile tiene una cordillera, una cordillera física y una cordillera cultural, y nosotros, los que hablamos castellano de otra manera con nuestro acento nostálgico, tanguero, los queremos cerca, los necesitamos cerca, porque son nuestros compatriotas.

Y entonces también decirle a las nuevas generaciones: hay que defender la política ¿Por qué? Porque Aristóteles decía que el hombre es un animal político ¿Y por qué es un animal político? Porque es gregario: no puede vivir en soledad, necesita sociedad y la existencia de sociedad, que es imprescindible para nuestra vida, supone conflicto. Siempre va a haber conflicto, y alguien tiene que manejar los conflictos para que persista la sociedad, ese es el papel de la política.

¡Hay de nosotros si tuviéramos que vivir como los felinos! Ni siquiera andaríamos tapados con un cuero, porque si tienes un ataque cardiaco precisas un cardiólogo, te lo da la sociedad; si se te rompe el auto precisas un mecánico y te lo da la sociedad. ¿No te das cuenta que la sociedad es la solidaridad intergeneracional, la acumulación que hicieron generaciones, desde los que descubrieron el fuego a la biología molecular. Todo eso supone la creación de civilizaciones. La política es luchar por el incremento de la civilización… yo sé que después vienen las humanas deformaciones, buscando el peso, el triunfo económico. Los seres humanos a veces somos pavos reales, nos creemos importantes. No hay hombres insustituibles, hay causas insustituibles, los hombres pasamos, las causas quedan.

Por todo esto yo les quiero dar un abrazo y como soy un viejo que ya estoy amortizado, puedo decir algunas cosas, pero no quiero ofender a nadie: cuiden la convivencia, aprendan a tolerarse, luchen por tolerarse. No hay perfecto, lo que viene no es el paraíso ni el infierno en la escalera de la vida por la que hay que luchar para subir escalones, de a poquito.

Yo apoyo todo lo progresista en el mundo, tengo una inclinación filosófica, ¿por qué? Porque me gasté la vida luchando por el reparto, he gastado mi vida tratando de contribuir a tener un mundo un poco más de iguales. Cometí muchos errores, pero en eso andamos y alguna cosita… nos quedaron muchas cosas en el programa, pero logramos que la sirvienta tenga jubilación, logramos que los peones rurales tengan jubilación. No cambiamos el mundo, pero algo hicimos. Y espero, por parentesco en materia de sentir y de pensar estoy acá, pero no estoy por ser enemigo de fulano y de mengano, no, no soy enemigo de nadie, ya estoy cultivando el de irme.

Querido, la historia humana no empezó hoy ni va a terminar hoy. Mi interpretación de la historia de la peripecia humana arriba de la tierra, es que siempre ha existido una cara conservadora de la historia, y una cara de cambio. Como somos petulantes los hombres, decimos izquierda o de derecha. Nos creemos que la Revolución Francesa inventó la historia, los Graco, Epaminondas, o Aśoka en la historia de la India, qué se yo, dirían eran de izquierda o eran progresistas; y siempre hubo los otros, lo que tenían una visión más conservadora, reticente a los cambios, per unos y otros, porque tampoco se puede vivir como el mal de San Vito cambiando a cada rato, nos precisamos mutuamente, y la historia humana es un vaivén permanente hacia un lado y hacia el otro.

Si nos hubiéramos quedado quietos todavía tendríamos unos monarcas y les diríamos ‘sí señor monarca’, pero como hubo gente que luchó por el cambio inventamos las repúblicas, la democracia participativa.

¿Es el mundo perfecto? No, nunca lo será. Entonces yo pertenezco a esa cara de cambio de la historia soñando permanentemente con la igualdad. Todos tenemos errores, la cara conservadora cuando se pone muy dura se transforma en fascistoide, que no es lo mismo conservador que fascista; y la cara mía, a la que yo pertenezco, cuando se llena de corazón y de buenas intenciones en demasía, se pone a querer repartir lo que no existe y cae en el infantilismo, frecuentemente, y confunde realidad con sentimiento, y va más delante de lo que se puede.

Los seres humanos nos movemos adentro de esa dialéctica y dentro de esa exigencia. Por eso, yo pertenezco a una visión de la historia, por eso estoy acá, pero no le tengo odio a mis adversarios, ¿Porque sabe una cosa? En el fondo los preciso, y ellos también. Si los dejamos solos, el tan conservador se traga todo, no reparte nada y la sociedad se nos hace inhabitable; y si a nosotros nos dejan repartir demasiado, tal vez quedamos fundidos, entonces nos precisamos mutuamente. Seamos adversarios, no enemigos.

Los jóvenes son gente en proceso de envejecer, todos los que somos viejos alguna vez fuimos jóvenes, pero creo que los jóvenes se tienen que comprometer con la realidad, con la vida.

A veces uno apuesta a todo o nada, y en general, cuando apuesta a todo o nada, es nada. Claro, cando negociamos dejamps pilchas por el camino, pero también logramos algo. Esa es la contradicción eterna que vamos a tener, pero a los que son medianamente progresistas, o de izquierda, como los quieran llamar, solamente memoria: que recuerden que Hitler llegó al poder, porque los de izquierda se mataban entre ellos en lugar de pelear contra Hitler; que Franco se aburrió y murió en una cama porque en lugar de defender con todo la república española, se dedicaron en gran medida a pelearse entre ellos; que la Revolución Francesa se terminó y vio el bonapartismo el día que la izquierda jacobina se juntó con la derecha.

El eterno problema de la cara progresista es la unidad, y el eterno peligro y el eterno flagelo, por eso quiéranse un poco más y sepan lo que está en juego, el tiempo lo dirá. Claro, yo soy uruguayo, pertenezco a una alianza que tiene cuarenta y pico de años y peleamos todos los días, pero mantenemos el cuadro, si el cuadro lo rompemos, sonamos como harpa vieja, pero el cuadro junto nos permite ir avanzando, y algo hemos logrado. Ahí está el dilema, tal vez lo que hemos logrado no es el programa final que tiene nuestro corazón, pero no somos tan pretenciosos, vamos avanzando despacito.

Creo que cualquier pueblo y ustedes también tienen esos dilemas y los tienen que solventar».

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