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En La Moneda insisten en que actuaron con diligencia frente al apulañamiento de 3 mujeres en plena Alameda, escudándose en que tomaron las medidas correspondientes, como el anuncio de la querella. Pero la actitud del Presidente de no pronunciarse en público ha llamado la atención. Sobre todo, porque el Mandatario ha sido veloz para condenar otros hechos de violencia, incluso fuera de las fronteras nacionales como Nicaragua, Venezuela o Siria.
En marzo de este año, tras la agresión que sufrió José Antonio Kast en una universidad de Iquique, el Presidente Sebastián Piñera reaccionó rápidamente y, a través de su cuenta de Twitter, condenó los hechos.
«Condeno absolutamente la cobarde y artera agresión sufrida en Iquique por el ex diputado José Antonio Kast y le expreso mi total solidaridad», escribió el mandatario. En ese mismo tuit, el Jefe de Estado además anunciaba con prontitud que «el Gobierno se querellará contra esos despreciables delincuentes que actúan como míseros matones».
Esa celeridad de Piñera es la que llama la atención, considerando el absoluto silencio que ha mantenido en las últimas horas, tras el episodio donde 3 mujeres fueron apuñaladas por desconocidos durante la marcha por el aborto libre, seguro y gratuito.
El hecho registrado la noche del miércoles abrió un foco sobre la responsabilidad del Ejecutivo. Según las organizadoras, la acción de Carabineros durante los hechos fue “negligente” y no evitaron el cobarde ataque contra las mujeres, y eso es responsabilidad de la autoridad política, vale decir el Gobierno.
Además, se cuestionó el “silencio” del Ejecutivo, tomando en cuenta que se pronunció al respecto sólo vía redes sociales, a través de la ministra de la Mujer, Isabel Plá, y la vocera Cecilia Pérez, pero ambas a título personal.
En La Moneda le bajaron el perfil al tema y recién anunciaron una querella al mediodía. Consideran que con eso es suficiente, señalan fuentes de Palacio. Al mismo tiempo, las autoridades se han esforzado en «blindar» al Presidente, señalando que ha estado atento al episodio en todo momento. Sin embargo, en una actividad que tuvo durante la mañana, en la firma del proyecto de ley que crea el Ministerio de la Familia, el gobernante no hizo alusión alguna al ataque.
Este «doble estándar» de Piñera llama la atención, porque el Mandatario ha sido veloz para condenar otros hechos de violencia, sobre todo cuando ocurren fuera de las fronteras nacionales.
Hace algunas semanas, el Presidente también se refirió a lo sucedido en Nicaragua, escribiendo que “condeno con fuerza e indignación la pérdida de más de 350 vidas ocurridas”. Es más, hizo un emplazamiento al “Presidente Ortega a reanudar la Mesa Nacional de Diálogo”.
El mes pasado, Piñera disparó contra el Gobierno de Nicolás Maduro y “en nombre de Chile valoro que la @OEA_oficial haya aprobado resolución de condena contra Venezuela”, escribió. En abril, incluso, condenó el uso de armas químicas en Siria, que fue atribuido al régimen de Bashar Al Assad, aunque en definitiva no fue comprobado.
