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Expertos buscan estimular el interés en ciencias de la computación para los niños con ceguera Inclusión

Expertos buscan estimular el interés en ciencias de la computación para los niños con ceguera

Pese a que muchas de las habilidades que los niños con baja visión o ceguera desarrollan para moverse por el mundo los llevan a ser buenos en el pensamiento computacional, la tecnología no favorecía el acceso temprano a las habilidades básicas de codificación. Hasta ahora.


Un grupo de estudiantes se encuentra reunido en el salón de TI del New College Worcester para demostrar sus habilidades de codificación. Pero en lugar de tocar la pantalla de una tablet o teclear en laptop, muestran una especie de vainas de colores brillantes que conectan a través de delgados cables blancos y luego ajustan los botones y mandos de las vainas.

Estos componentes físicos serán utilizados para crear programas de computadora que pueden contar historias, hacer música e incluso hacer bromas.

Los estudiantes en el New College Worcester son todos ciegos o con visión reducida, y han pasado el año escolar previo en Project Torino, proyecto de investigación que desarrolla el Code Jumper, un lenguaje de programación física que está diseñado para ser inclusivo con los niños de todos los rangos de visión.

«Lo que me gusta sobre Project Torino es que puedes tocar el programa de manera física», comentó Victoria, de 14 años, que asiste a la escuela que cuenta con alrededor de 80 estudiantes.

Construyendo oportunidades

El 22 de enero de 2019, Microsoft anunció sus planes de transferir la investigación y la tecnología detrás de Code Jumper a American Printing House for the Blind, una asociación no lucrativa ubicada en Louisville, Kentucky, que crea y distribuye productos y servicios para gente con ceguera o visión limitada.

En los siguientes cinco años, APH planea ofrecer Code Jumper y los planes de estudio relacionados con este proyecto a estudiantes de todo el mundo, con una audiencia objetivo de estudiantes que están entre los 7 y 11 años.

Los líderes de la organización no lucrativa comentan que la meta no es solo introducir a los niños a la codificación, es también brindarles las habilidades subyacentes que puedan llevarlos a una carrera en ciencias de la computación.

«Esta es una oportunidad para que miles de personas tengan empleos significativos y bien pagados», comentó Larry Skutchan, director de tecnología e investigación de producto para APH.

APH planea lanzar Code Jumper primero en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, y Australia, y luego distribuirlo en todo el mundo.

Tecnología para todos

El impulso por Code Jumper comenzó hace cerca de cuatro años, cuando una investigadora de Microsoft y científico computacional llamada Cecily Morrison comenzó a explorar opciones tecnológicas para su hijo Ronan, que nació ciego.

Morrison se sorprendió al descubrir que muchas de las tecnologías disponibles para Ronan y otros niños ciegos eran bastante engorrosas y más desactualizadas que los smartphones, tablets y otras tecnologías que los niños de hoy utilizan.

“Muchas de estas tecnologías se sentían como algo del pasado”, explicó.

Ella descubrió que el camino más popular para introducir a los niños a la codificación, por lo general llamado codificación de bloque, no era muy accesible porque no podía ser leído de manera sencilla con tecnología de asistencia como un lector de pantalla o una lupa.

«Nos dimos cuenta que en verdad necesitábamos algo físico, algo que pudiera estimular las manos», comentó.

Accaso temprano

Nada de esto sorprendía a los estudiantes del New College Worcester. En las aulas de ciencias de la computación, ellos tenían que realizar tecleo táctil mientras que otros niños en sus clases utilizaban codificación en bloque para escribir programas computacionales básicos.

Otros compartieron sus frustraciones al tratar de aprender habilidades de codificación más complejas como Python o JavaScript sin las bases en sistemas de codificación más simplificados a los que muchos otros estudiantes estaban acostumbrados a utilizar.

Sin embargo, con Code Jumper fueron capaces de experimentar y construir programas de inmediato.

«Me sentí independiente, y eso me gustaba», comentó Daniel, quien a los 11 años ya sabe que quiere seguir una carrera en ciencias de la computación. «Me ha inspirado en crear más código», afirmó.

El acceso temprano a las habilidades básicas de codificación es importante, comentó Jonathan Fogg, jefe de cómputo y TI en el New College Worcester, porque muchos niños con ceguera y baja visión son encaminados a una carrera en ciencias de la computación.

Esto se debería a que muchas de las habilidades que los niños con baja visión desarrollan para moverse por el mundo los hacen buenos en el tipo de pensamiento computacional. Además, ha sido una carrera que es más accesible para personas con ceguera, debido a herramientas como los lectores de pantalla.

Pero a una edad temprana, muchos niños se sienten temerosos de comenzar a jugar con una computadora, en especial si saben que es una máquina costosa y frágil.

«Si no se sienten confiados, no comenzarán a utilizar la computadora porque piensan que la van a romper», mencionó. «Pero una vez que superan esa barrera, lo hacen con éxito. Project Torino refuerza esto, lo pueden romper y pueden hacer estas cosas increíbles», sostuvo.

Imanes, bloques y prueba y error

La idea original era crear un lenguaje de programación física que imitara la codificación de bloque, y que tuviera bloques e imanes reales. Esta idea no funcionó. Los niños alineaban los bloques en fila y no hacían nada más, o se frustraban porque los imanes se caían de la mesa y se perdían.

Así que Morrison, su colaborador Nicolas Villar y otros miembros del equipo, comenzaron a reunirse de manera regular con un pequeño grupo de niños para recibir sus ideas.

Basados en los comentarios de los niños, cambiaron a formas plásticas más grandes que se adaptaran de manera sencilla a las manos de los niños, y crearon superficies que pudieran frotar o apretar para poder reconocerlas e interactuar con ellas.

Con los nuevos diseños, los niños de inmediato comenzaron a explorar maneras de ponerlas juntas y escribir una especie de programas que hicieran sonidos.

Una vez que descubrieron lo que Morrison llamó “la manera infantil de interactuar con las cosas”, comenzaron a trabajar para asegurarse que el sistema también pudiera enseñar a los niños las bases de la codificación, tal como crear una secuencia y qué pasos se necesitan para realizar una depuración.

Los investigadores también crearon una guía detallada para que los profesores que no tuvieran preparación en ciencias de la computación también pudieran ayudar a los niños a desarrollar habilidades de codificación.

Para Villar, el impacto de Code Jumper se ha extendido más allá de este proyecto. “Ha abierto mis ojos sobre diferentes perspectivas, diferentes maneras de ver las cosas o ver el mundo”, comentó.

Grandes planes

A finales de 2017, Villar voló a Kentucky para mostrar a la mesa directiva de American Printing House for the Blind una demostración del proyecto. Craig Meador, presidente de APH y educador de mucho tiempo, comentó que se sintió atraído de inmediato por lo intuitivo e interesante que este sistema podía ser para los niños.

«Si pones esto en un aula, no sólo lo van a utilizar los estudiantes con ceguera, cada estudiante en el aula lo va a querer intentar», comentó. «Desde la perspectiva de un profesor eso es todo lo que habías querido, algo que es inclusivo», afirmó.

El hecho de que sea accesible de manera inmediata para los niños que no tienen experiencia previa en computación es algo importante. En el pasado, los niños con ceguera o baja visión que querían comenzar a codificar primero tenían que aprender otras habilidades computacionales, como teclear y utilizar un lector de pantalla.

Eso hacía más complicado comenzar a una temprana edad, y se corría el riesgo de cerrarles la puerta a un campo que les podría brindar una carrera.

“Creo que la codificación es un campo de igualdad en el que se puede estar”, comentó.

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