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La preocupante falta de vitamina D en la población chilena Salud

La preocupante falta de vitamina D en la población chilena

Falta de sol en los meses fríos, una dieta desbalanceada y exceso de peso influyen en la falta de vitamina D, la que es vital para el desarrollo de huesos y músculos. Por eso una investigación busca fortificar algunos alimentos de consumo masivo y cotidiano para suplir el déficit.


Se sabe que la vitamina D ayuda a la mineralización ósea y a la salud muscular, ya que evita enfermedades como el raquitismo en la infancia y la osteoporosis en adultos. Por eso la falta de este nutriente preocupa a los profesionales de la salud.

Además, de los suplementos, la manera de obtenerla es a través de la dieta y la exposición a la radiación solar. Sin embargo, el aporte a través de la comida no es superior a un 20 % de los requerimientos de absorción de calcio y fósforo.

En el caso d una exposición al sol controlada, en la que se produce una reacción en el organismo, se recomienda hacerlo fuera de los horarios de mayor riesgo de radiación UV. Según estudios, se necesita tomar sol cerca de 15 minutos en verano, y casi 2 horas en invierno, sobre todo porque la piel está muy cubierta para que entren los rayos solares.

Para evitar deficiencias de vitamina D, países como Estados Unidos y algunas naciones europeas cuentan con productos fortificados con este nutriente, y así ayudar al organismo con una mayor absorción del calcio y del fósforo. Por eso, una investigación liderada por la Carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Católica trabaja también en la fortificación de alimentos de consumo masivo y cotidiano en la familia chilena.

En Chile según la ENS 2016-2017, cerca del 15% de las mujeres en edad fértil y un 20% de los adultos mayores tienen déficit severo de vitamina D en sangre.

Las nutricionistas Carla Leiva y Loreto Rojas, a cargo de la investigación, esperan contribuir a disminuir las alarmantes cifras de déficit en la población, especialmente en el segmento adulto mayor. Chile figura entre los países de Latinoamérica con menor ingesta de Vitamina D, que alcanza a penas el 25% de la recomendación diaria del Instituto de medicina de Estados Unidos (IOM).

Combatiendo el déficit chileno

Esta vitamina se encuentra presente solo en algunos alimentos como pescados grasos (arenque, atún, salmón, sardinas), aceite de hígado de pescado, hígado de pollo y en menor grado, huevos y algunos hongos silvestres. Por lo tanto, las fuentes dietarias de Vitamina D son escasas. Además, según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA), sólo un 17% de los chilenos encuestados cumple con la recomendación de consumir 2 veces a la semana pescados.

Por si eso fuera poco, el aporte de estos alimentos es variable ya que, por ejemplo, el salmón silvestre tiene concentraciones significativamente más altas que los salmones de cultivo.

Países como Finlandia han erradicado el déficit severo de vitamina D en su población, desarrollando políticas que garantizan la fortificación de alimentos de la canasta básica, desde leche hasta harina. Precisamente esta experiencia motivó a académicos y  estudiantes de cuarto año a trabajar en posibles matrices alimentarias a fortificar.

Para Loreto Rojas, esta es una oportunidad para aumentar la disponibilidad de fuentes alimentarias, sobre todo en alimentos que sean se consumo habitual, de bajo costo y que se encuentre disponible para gran parte de la población. «Estamos buscando una matriz alimentaria que permita una buena solubilidad y estabilidad de la vitamina, así como también logre buena aceptabilidad en relación a sus características organolépticas», afirma.

Los adultos mayores de ambos sexos, son algunos de los más afectados, ya que la prevalencia de algún grado de deficiencia de vitamina D se acerca al 50%. Este déficit se acentúa desde Coquimbo hacia el sur, dado que la llegada de los rayos solares disminuye según latitud.

Carla Leiva explica que las consecuencias principales en la salud de este déficit se traducen en problemas óseos como la osteopenia y la osteoporosis, y un mayor riesgo de fracturas.

«La función por excelencia de la vitamina D, consiste en mantener las concentraciones séricas de calcio y fosfatos, contribuyendo a la absorción y retención de calcio en el cuerpo, ayudando a formar y mantener huesos fuertes», sostiene la especialista.

«Asimismo, cumple otras funciones que se están estudiando hace mas de 60 años, como es el fortalecimiento del sistema inmune, la disminución del riesgo a desarrollar resistencia a la insulina, la prevención y combate de la obesidad y disminución de la producción de células cancerígenas en ciertos tipos de cáncer», agrega.

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