Salud
Chile es el país que presenta peores índices de obesidad y sedentarismo en el mundo. Según expertos la poca movilidad, el estrés y la ansiedad producida por la pandemia hicieron que esta situación se enfrentara a un escenario más complejo que antes.
La alimentación no saludable, el sedentarismo y los malos hábitos son las principales causas de porqué Chile es uno de los países con mayores problemas de obesidad en el mundo. A pesar de que los porcentajes ya eran alarmantes antes de la pandemia, en donde un 74% de la población adulta sufría sobrepeso y obesidad, la pandemia puso en un escenario muy complejo esta situación.
Las medidas preventivas para detener los contagios por coronavirus, como el confinamiento y la reducción de movilidad hizo que el sedentarismo se volviera más habitual en los chilenos, según expertos. El estrés y la ansiedad provocada por lo mismo también influyo en la alimentación de las personas.
María José Escaffi, nutrióloga de la Clínica Las Condes afirmó que “nuestro país antes de la pandemia lideraba el ranking de la OCDE en sobrepeso y obesidad. Durante la pandemia ha sido uno de los países que ha tomado medidas más restrictivas en movilidad y gimnasios, por lo que aumentó el sedentarismo. Ahora en pandemia son muy pocos los que están haciendo actividad física”.
Sin embargo, señaló que durante el desarrollo de este año se han visto dos fenómenos. En primer lugar, las personas que se descuidaron y empezaron a comer lo que la emoción le dictaba y, en segundo lugar, las personas que vieron la cuarentena como una opción para empezar a comer más saludable.
La experta advierte que durante la pandemia se ha desembocado un boom de problemas de conductas alimentarias que llevan al peso alto como los atracones y, además, aseguró que las personas están bebiendo más de la cuenta y están durmiendo peor, por lo que el estrés y la ansiedad se han vuelto recurrentes en este tiempo.
A raíz de lo anterior, otra situación preocupante es que durante la pandemia se ha evidenciado una notable repercusión en temas de salud mental que ha preocupado a los profesionales de salud. Estos problemas han repercutido considerablemente en el tema del peso y, por ende, en las enfermedades crónicas, formando así un círculo vicioso.
Otro punto importante es el que señaló la nutricionista Camila Gajardo, quien aseveró que con el “trabajo y asistencia a clases de forma remota, el cierre de gimnasios o centros de actividad física, el aumento de la ansiedad y el confinamiento total; nos vemos inmersos en un círculo vicioso, en donde nuestra ingesta calórica ha aumentado y nuestro gasto calórico ha disminuido”.
Uno de los desafíos más importantes para combatir la obesidad y el sedentarismo en el país es entender la obesidad como una enfermedad grave que puede desarrollar múltiples otros problemas en la salud, por lo que es necesario crear estrategias de solución entorno a esto.
Según Escaffi, los índices de obesidad y sedentarismo pueden disminuir educando a la población de maneta transversal para que sean conscientes y monitores de vida saludable. “La obesidad es la madre de 236 otras enfermedades y entre ellas 13 cánceres. Hemos visto como empeora el coronavirus con la obesidad, cómo las personas tienen más tiempo de estadía en la UCI y más tiempo con ventilación mecánica”, expresó la nutrióloga.
La doctora especialidad en Nutrición y Diabetes de la Universidad Católica, Mariana Boncompte indicó que “probablemente los índices van a emporar el próximo año, aunque esto viene hace varios años, ya que es una tendencia marcada en el país”. Además, afirmó que muchas personas que estaban luchando contra esta enfermedad dejaron de lado este cuidado previamente, por lo que uno debiera esperar que esto signifique un aumento brusco en los niveles de peso.
