Opinión
Recientemente, Unesco recomendó a los educadores prohibir los smartphones en las salas de clases, advirtiendo que sus beneficios educativos desaparecen cuando se utilizan en exceso o sin la orientación de un profesor. La recomendación responde a unos de los principales desafíos que enfrenta el sistema educativo mundial: cómo aprovechar las tecnologías digitales como el machine learning, la inteligencia artificial y realidad virtual, entre otras, en la sala de clases.
Hoy, aprender sobre estas materias en la etapa escolar es tan importante como adquirir el hábito de lectura y entender matemáticas; porque así como los niños y niñas aprenden cómo funciona la electricidad, es necesario que aprendan sobre Ciencias de la Computación para comprender el mundo en el que ya les toca desenvolverse. Es clave entonces, que los docentes y futuros profesores cuenten con la formación adecuada tanto para usarlas para la experiencia de aprendizaje, como para entender sus beneficios, potencialidades y amenazas.
En un reciente estudio desarrollado por Kodea examinamos las condiciones que actualmente enfrentan las diversas escuelas de pedagogía de Chile para preparar a los futuros docentes en Ciencias de la Computación (CC). Entrevistamos a 16 expertos y encuestamos a 93 jefes de carreras de pedagogía del país. Si bien prácticamente el 100% de los jefes de carera encuestados cree que implementar esta línea de formación es fundamental, los estudiantes de pedagogía que se forman en estas disciplinas son altamente limitados.
En la misma línea, existe un altísimo acuerdo de que la enseñanza de estas es necesaria y relevante, y que motivará a los alumnos; sin embargo, no se sabe cómo implementarla en los currículum.
Asimismo, son pocos los que comprenden con claridad la diferencia entre la enseñanza de las CC y el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) para el aprendizaje. Esto es preocupante, ya que las implicancias educativas de Chat GPT son muy diferentes respecto del desarrollo de habilidades básicas como saber enviar un correo electrónico o saber buscar información por internet.
Aunque se implemente un nuevo currículo nacional que incluya contenido digitales, como anunció hace unos meses el Mineduc, los participantes del estudio reconocen que enfrentarán una serie de desafíos para implementarlo; ya que no cuentan con una planta académica que les permita abordar este desafío; también admiten que la burocracia involucrada en la modificación de cursos y líneas de formación en el sistema universitario son altas y finalmente atender que las escuelas de pedagogía enfrentan una variedad de realidades diferentes.
En el lado positivo, si bien no siempre son ideales, la mayoría cuenta con infraestructura mínimas para implementar la formación en CC. Entonces, en qué topamos.
En países que implementan formación en CC de manera sistemática, el Estado no solo fija estándares claros de certificación, sino que también apoya el desarrollo de condiciones para el logro de los objetivos a través de sistemas de becas y subvenciones específicas.
Hacernos cargo de esta carencia formativa ya tiene un avance auspicioso con el anuncio de la autoridad. A esta voluntad de adaptación a la nueva realidad de la sala de clase deben sumarse, con convicción y recursos, todos quienes integran el sistema educativo nacional.
