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Incendios forestales: educación y acción para proteger nuestros bosques y fauna Sustentabilidad

Incendios forestales: educación y acción para proteger nuestros bosques y fauna

Daniela Adonis
Por : Daniela Adonis Estudiante de Periodismo, Universidad Santo Tomás
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Llega el verano y con ello, la preocupación para las y los habitantes de zonas rurales colindantes con bosques y áreas verdes, las que son un riesgo inminente para incendios y altas temperaturas en nuestro país.


Los incendios forestales, año tras año, son una amenaza latente para el ecosistema chileno. Incluso durante la jornada del 7 de diciembre, los incendios forestales se han hecho sentir desde María Pinto, extendiéndose a Melipilla y a Curacaví, provocando que en Santiago se pueda observar la masa gris de humo que está provocando el inicio de estos graves hechos en la flora y fauna de nuestro país.

Este fin de semana, se solicitó la evacuación del sector Las Mellizas, en Limache. De hecho, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) decretó Alerta Roja en toda la provincia de Marga Marga, que incluye a las comunas de Limache, Olmué, Villa Alemana y Quilpué. Además se mantiene vigente en las comunas de Valparaíso y Santo Domingo.

Es por eso que la conciencia colectiva y las medidas preventivas para evitarlos se transforman en herramientas cruciales para disminuirlos.

Factores peligrosos: ¿qué provoca un incendio forestal?

Pamela Yáñez, agrónoma y docente de la Universidad del Alba (Udalba), comenta que “la falta de conciencia de las personas y acciones que pudiesen ocasionar un incendio forestal” podría ser un motor para provocar un foco de incendio.

A su vez, señala que otros factores podrían ser “el uso de fogatas en áreas de reserva, parques, corredores, cerca o en zonas vulnerables que puedan provocar un incendio forestal; arrojar colillas de cigarro al suelo; uso de cocinillas para la preparación de alimentos sin supervisión y las extensas zonas de monocultivos, pino y eucaliptus, que prenden fácilmente y son de difícil manejo en el control del fuego”.

La agrónoma destaca que “estamos enfrentando primaveras y veranos más secos, con temperaturas más altas e inviernos con déficit de precipitaciones. Todos estos cambios repercuten en los ecosistemas, generando mayores tasas de mortalidad arbórea y episodios de mortalidad que contribuirían con biomasa para los posibles incendios forestales”.

Por lo tanto, recalca que “es necesario realizar labores de despeje de matorrales, limpiar las zonas donde existen árboles o ramas muertas, y reducir la biomasa potencialmente incendiable. Colocar el énfasis en aquellas zonas del país más vulnerables a estos cambios, donde existen extensas plantaciones homogéneas y ecosistemas remanentes fragmentados”.

Pamela Yáñez es enfática en señalar que es “esencial la construcción de zanjas que funcionen como cortafuegos, previniendo la continuidad del incendio a toda la zona de bosques adyacentes”.

Así mismo, manifiesta que “en las áreas de camping es prioritario mantener zonas de fuego seguras para la cocción y asado de alimentos, que estén construidas con material ignífugo y que no se encuentren cerca de las carpas o mobiliario de camping que sea fácilmente incendiable. También es recomendable la prohibición de fogatas recreativas al interior del camping o en áreas aledañas a este”.

La profesional manifiesta que es fundamental educar a la comunidad respecto a evitar generar quema de rastrojos de cultivos, quema de basura en áreas rurales sería importante para evitar siniestros de carácter incendiario. Añade que es importante “mantener vías de evacuación en caso de incendio, generar zonas seguras, despejadas y libres”.

Yáñez indica que “sin duda, una buena organización de la comunidad y el traspaso de la información contribuyen a una mayor respuesta frente a estos episodios de propagación de incendios forestales”.

Recomendaciones clave para la prevención

La académica comenta que entre las recomendaciones para prevenir este tipo de catástrofes se pueden considerar las de “respetar la normativa vigente sobre la prohibición de fuego en ciertas áreas silvestres, uso de cocinillas en áreas habilitadas para ello, mantenerse informado sobre las normativas que regulan las áreas silvestres protegidas, realizar actividades que busquen la sostenibilidad ambiental, reduciendo el número significativo de impactos en la naturaleza, no eliminar colillas de cigarro al suelo, no quemar la basura, llevársela a casa y eliminarla correctamente”.

Pamela Yáñez es enfática en que también es fundamental que existan “reuniones y capacitaciones que permitan el traspaso de la información”, así como también “mantener las áreas más vulnerables debidamente delimitadas y conocidas por toda la comunidad, con caminos de acceso bien señalizados, generar un plan de trabajo y evacuación frente a un potencial incendio forestal, conocer dónde se encuentran los accesos a aguas, conocer la disponibilidad de agua en el sector durante los meses más críticos (temporada de verano), educar a la población sobre los riesgos y daños por incendios forestales, promover el aviso oportuno y temprano de situaciones de fuego y finalmente capacitar a los dueños de los campings y a la comunidad en el correcto uso de extintores”.

La profesional de agronomía manifiesta que en caso de verse involucrado en un incendio forestal, es importante que “primero se realice el aviso oportuno de esta situación a bomberos, a Conaf y carabineros”. Posteriormente, “evacuar la zona si se encuentra en ella y facilitar las vías de acceso a vehículos de bomberos, equipos de Conaf y vehículos de emergencia”.

Los incendios forestales son un desafío que requiere esfuerzos colectivos. La educación, la conciencia pública y la acción coordinada son la clave para proteger nuestros bosques y prevenir la tragedia que representan estos eventos para nuestro entorno natural.

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