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Día del Niño y el caso de los hermanos que se fugaron por temor a ingresar a un hogar de menores Opinión

Día del Niño y el caso de los hermanos que se fugaron por temor a ingresar a un hogar de menores

Evelyn Vicencio
Por : Evelyn Vicencio Abogada y académica de la Facultad de Derecho de la U. Andrés Bello
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En el año 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó la adopción de un día especial dedicado a resaltar la importancia de la infancia, fomentar y concientizar la necesidad de dar protección y procurar el bienestar de los niños.

Posteriormente, en el año 1959, en el seno de esta misma instancia se efectúo la Declaración de los Derechos del Niño, que años más tarde, en el mes de noviembre de 1989, daría lugar la Convención de los Derechos del Niño, texto que es el soporte básico de los diversos estatutos relativos
a niños, niñas y adolescentes de casi todo el mundo. En Chile, esta Convención está vigente desde el mes de septiembre de 1990.

Sin duda, la Convención ha significado un importante avance en el reconocimiento y garantía de los derechos de los niños en nuestra sociedad, sin embargo, transcurridos más de 30 años desde que entró en vigencia, aún siguen existiendo profundas falencias y deudas pendientes respecto de niños, niñas y adolescentes, especialmente de aquellos que pertenecen a los sectores más vulnerables de la sociedad.

En el año 2021 comenzó a funcionar el Servicio Mejor Niñez que vino a reemplazar a un sobrepasado SENAME. En el marco de esta nueva institucionalidad todo lo relacionado con la protección de niños en situación de vulnerabilidad pasan a ser competencias del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, mientras que los asuntos relativos a la responsabilidad penal juvenil continuarán a cargo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

No han faltado las voces críticas que acusan que Mejor Niñez sigue siendo el desprestigiado SENAME, con un nombre distinto, aunque las falencias que llevaron a vulneraciones de los derechos de los niños en este organismo siguen intactas. Dado lo
anterior, se requiere de una norma constitucional que consagre expresamente los derechos de niños, niñas y adolescentes y que imponga al Estado (legislador, administrador y judicial) tomar todas las medidas necesarias para llevar a la práctica todos las disposiciones de la Convención.

En la medida que no exista un real compromiso político en orden a cumplir las obligaciones contraídas por Chile al momento de firmar la Convención de los Derechos del Niño, seguiremos presenciando actos de vulneración a niños, niñas y adolescentes, como es la internación en espacios carentes de condiciones mínimas para desarrollar sus potencialidades y en donde constantemente son objeto de abusos, o bien, la denegación de terapias y tratamientos psicológicas por parte del Estado o, la tolerancia a la deserción escolar producida estos últimos años, y a los actos de violencia producidos en los colegios.

Recientemente la opinión pública conoció el caso de tres niños, de 5, 8 y 13 años, que escaparon de la casa del familiar que los había acogido, decisión que tomaron por el temor que tuvieron de ser enviados a un “hogar de menores”. Luego de varios días desaparecidos, el 31 de julio fueron encontrados a salvo.

En la celebración del Día del Niño en Chile, el caso de los tres hermanos fugados refleja que como sociedad no hemos podido entregar a estos niños (y a muchos como ellos) el disfrute de un derecho básico: sentirse seguros y sin miedo. Quizás el mejor regalo que podemos hacer a nuestros niños es comprometernos y esforzarnos para que estos derechos sean una realidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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