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Niños y niñas inquietos mientras duermen: ¿Cómo apoyar su descanso pleno? Niñez

Niños y niñas inquietos mientras duermen: ¿Cómo apoyar su descanso pleno?

Hasta amanecer con la cabeza en los pies de la cama, los niños y niñas tienden a moverse varias veces mientras duermen. La razón, además de los procesos de crecimiento, se establece que su sueño es más ligero y es necesario ayudarlos a descansar y reponerse, para más días de clases y juegos.  


La inquietud durante el sueño es común en la infancia y puede atribuirse a varias razones biológicas y de crecimiento. El desarrollo neuromuscular, las fases de sueño más ligeras y los sueños vívidos contribuyen a la agitación nocturna, las cuales se presentan ligeramente más común en niños y niñas, debido a diferencias en su desarrollo y a patrones de sueño más activos.

El sueño ligero es una etapa específica que se caracteriza por movimientos ocasionales de las extremidades, como sacudidas o volteretas. Los niños deberían pasar alrededor del 50% de su tiempo en esta etapa del sueño para maximizar sus beneficios para el aprendizaje y la memoria. 

“Durante la infancia, los niños experimentan un rápido desarrollo neuromuscular, proceso de crecimiento, maduración y conexión de los sistemas nervioso y muscular; que puede traducirse en movimientos durante el sueño, como giros y saltos, ya que los músculos están activos incluso durante las fases de sueño más profundas”, detalla Theresa Schnorbach, científica del sueño de Emma.

Otras de las razones se relaciona con los sueños ligeros y vividos. Los infantes pasan más tiempo en las fases de este tipo de sueño debido a su constante desarrollo neuronal, el cual es sensible a ruidos y factores externos, provocando que los movimientos y la actividad cerebral sean más prominentes. 

“Esto puede resultar en giros y vueltas durante la noche; y en casos extremos, afectar su estado de ánimo diario, presentando síntomas como irritabilidad, impulsividad, fatiga, falta de energía y enfermedades inmunológicas”, agrega la especialista.

Como resultado principal del sueño ligero, los niños y niñas viven cotidianamente los sueños vívidos, caracterizados por expresar físicamente, incluso hablando, las emociones y experiencias a través de movimientos mientras duermen; lo cual no es signo de preocupación, sino todo lo contrario, la evidencia de su constante crecimiento. 

La especialista también agrega que otro de los trastornos presente en infantes es el sonambulismo. “Estos comportamientos no deberían ser perjudiciales para la salud, a menos que vayan acompañados de otros síntomas, o si ponen al niño en peligro físico (por ejemplo, haciendo algo peligroso mientras es sonámbulo). Así también, los movimientos excesivos o los “sueños actuados”, pueden ser sintomáticos de un trastorno neurológico o del sueño.

Las alteraciones del funcionamiento diurno son las que diferencian los movimientos benignos durante el sueño de los más preocupantes. Si el pequeño presenta irritabilidad, fatiga o dificultades escolares pueden ser indicios de que ha llegado el momento de consultar a un médico”, enfatiza Schnorbach.

Frente a este proceso natural de crecimiento, es esencial contar con una rutina que permita a los menores un descanso de calidad. “Implementar una rutina relajante antes de dormir puede ayudar a preparar al niño para el descanso. Incluir actividades como lectura tranquila o música suave contribuirá a su relajación”, recomienda Theresa. 

También suma otros tips:

  • Limitar los estímulos electrónicos antes de dormir. Evitar el uso de celulares, tablets u otros dispositivos al menos una hora antes.
  • Ajusta la rutina de sueño para que coincida con los horarios escolares, asegurando un tiempo de sueño. En el caso de niños, un promedio de 10 horas. 
  • Educar a los menores del hogar sobre la importancia del sueño y cómo afecta su bienestar y rendimiento. Fomentar una comunicación abierta puede ayudar a abordar cualquier inquietud que puedan tener.
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