Los hechos vividos tras el terremoto han generado en las personas que residen en zonas afectadas, aquello que los expertos denominan estrés postraumático. Este síndrome afecta directamente a los adultos, sin embargo, incide de manera más significativa en los niños por la etapa de desarrollo en que se encuentran. Entendidos dan recomendaciones para aminorar sus consecuencias.
Aún no hay cifras oficiales sobre número de niños y niñas afectadas por el terremoto del 27 de febrero, pero si se estima que en Chile se encuentran damnificadas más de 2.000.000 de personas, se puede considerar que casi el 60%, vale decir 1.200.000 de los afectados son niñas y niñas.
Estrés post traumático
Diversos expertos han definido que el síndrome de estrés postraumático es un tipo de trastorno de ansiedad que aparece tras la experimentación de un evento estresante, donde el individuo se ve envuelto en hechos que representan un peligro real para su integridad física. Y es aquí donde este síndrome llegaría con más facilidad a los niños y niñas por encontrarse, debido a su etapa en desarrollo, en una situación de mayor vulnerabilidad. Es por ello la indicación de los profesionales sobre extremar el cariño y los cuidados.
Consuelo Contreras, Directora Ejecutiva de Corporación Opción, – institución que trabaja por la defensa y protección de los derechos de niños y niñas-, explica que los padres deben estar atentos a algunos síntomas que pueden presentar sus hijos después de vivir una catástrofe, como dificultades para conciliar o mantener el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultades de concentración, hipervigilancia, y respuestas exageradas de sobresalto.
Ante esto, lo importante, asegura Contreras, es crear un ambiente de confianza que permita que los niños puedan hacer preguntas y se distraigan, desarrollando sus propios intereses: “Lo ideal es que los padres no presionen a sus hijos para hablar si no quieren hacerlo.”
Las otras recomendaciones que los especialistas de Corporación Opción dan a los padres para disminuir los efectos del estrés en los niños son:
1.- Que enseñen a sus hijos -con toda la familia se presente y no individualmente-, algunas medidas para enfrentar un terremoto y sus posteriores réplicas. Y que, además, traten de mantener la calma en momentos de peligro.
2.-Explicar a los niños claramente cuál es la causa de los terremotos, señalándoles que es algo natural y que después de un gran movimiento, se seguirán sintiendo algunos temblores más pequeños.
3.-Es bueno incorporar a los niños -cuando ello sea posible, en las acciones de ayuda a los damnificados, eso los hará sentir bien.
4.-Aún cuando después de un gran terremoto muchas situaciones de la vida diaria se van a alterar, lo importante es normalizar la vida de los niños a la brevedad posible, ya que ello incrementará su confianza.
5.- Tratar de regular la exposición de los niños a los noticiarios de TV o radio y a las imágenes dramáticas del terremoto. Motívelos a interesarse por otros temas y jugar con amigos de su edad.
Para los niños
1. Tu casa y la casa de tus amigos cambió con el terremoto, descubre los cambios e investiga cuáles son los lugares más seguros.
2. Es normal que después de un gran sismo, siga temblando durante un buen tiempo. Cuando esto ocurra, sigue las instrucciones del adulto que está a tu cargo.
3. Ordena tu pieza, para que no tropieces si frente a un nuevo temblor tienes que salir rápido o de noche.
4. Es bueno que compartas con tus padres y amigos tu experiencia y sentimientos acerca del terremoto.
5. Pide a tu familia que te informe de las medidas de seguridad que deberás seguir frente a nuevos temblores.
6. Si estás con mucho miedo, nervioso o estás durmiendo mal, cuéntale a tus papas lo que te está pasando.
7. Dentro de lo posible trata de seguir con tus juegos y reuniéndote con tus amigos.
8. No está mal sentir miedo, habla de estos temores con un adulto cercano de tu familia.
9. Si eres más grande ayuda a los niños más pequeños a seguir las instrucciones de los adultos.
10. Si vives en una zona costera, recuerda que es bueno subir a los cerros después de un temblor de gran magnitud.
