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Colegio Saint’s George inaugura edificio 100% sustentable

La eficiencia en el uso de las energías ha permitido que este edificio evite la emisión de 20 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a haber plantado 1.000 árboles en el colegio (cada árbol es capaz de limpiar 20 kg de CO2 al año).


En los últimos días el colegio Saint George’s inauguró su nuevo edificio de Ciencias y Tecnología, que fue bautizado como «Francis Provenzano C.S.C» ,y que promete convertirse en uno de los grandes hitos del establecimiento educacional privado al cumplir 75 años de existencia.

Se trata de una edificación no contaminante y que potencia la instrucción de los alumnos y alumnas en materia de sustentabilidad.

En sus 2.576 metros cuadrados, la nueva infraestructura cuenta con ocho laboratorios para química, física y biología; cuatro talleres de tecnología; una sala multiuso para conferencias; y seis salas de preparación.

Uno de los laboratorios se dedicará exclusivamente a introducir en las ciencias a los más pequeños, desde Prekínder a cuarto año básico.

“Acá vamos a construir robots, vamos a programar, nos gustaría hacer campañas ecológicas, nos han dicho nuestros alumnos. Están sorprendidos con este maravilloso espacio pedagógico. Esperamos que los proyectos tecnológicos aumenten al menos en un 30% respecto del año pasado. Eso sería un gran indicador de logro”, asegura Sebastián Godoy Reyes, jefe Académico de Tecnología del Saint George´s College.

La sustentabilidad del edificio comienza con la decisión de construir en dos pisos para mantener las áreas verdes del colegio. Su diseño puso especial atención en el uso eficiente de la energía. Para este objetivo se utilizó un sistema de bomba de calor para calefaccionar las salas, el que aprovecha la energía disponible en el aire, disminuyendo considerablemente la emisión de CO2 en el ambiente. Se diseñó un envolvente que permitiera apoyar este acondicionamiento térmico y ambiental, con una buena orientación y exposición al sol, el uso de ventanales con termopanel y estructuras metálicas con tensores que permitiesen regular la entrada de sol en invierno y verano a través de vegetación de hoja caduca al sur y una mezcla de hoja caduca y perenne al norte. En los suelos del edificio se utilizó un sistema de aislación que permitiera cortar los puentes térmicos.

Es un edificio abierto para aprovechar al máximo la ventilación natural en vez de sistemas mecánicos o forzados. El agua caliente de todos los laboratorios y talleres es generada 100% por energía solar. Se tuvo especial cuidado en el uso de iluminación de bajo consumo apoyada con el uso de paneles fotovoltaicos en sectores donde la luz debía permanecer prendida durante el día, como son las vitrinas de exposición de trabajos de alumnos/as. Todos estos equipos de calefacción y solares se instalaron en un sector accesible para que los estudiantes puedan observarlos y apoyar sus investigaciones sobre ecología y sustentabilidad.

La eficiencia en el uso de las energías ha permitido que este edificio evite la emisión de 20 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a haber plantado 1.000 árboles en el colegio (cada árbol es capaz de limpiar 20 kg de CO2 al año).

“La posibilidad de experimentar con los fenómenos naturales es esencial para generar aprendizajes significativos en los estudiantes. La ciencia se aprende haciendo, pero también compartiendo ideas y en la discusión con otros. Los laboratorios tienen espacios para la experimentación, además cuentan con notebooks para que los alumnos/as investiguen a través de la web y pizarras digitales que enriquecen los ambientes de aprendizaje. Contamos también con un auditorio para 250 personas donde los alumnos/as podrán interactuar con científicos invitados, plantearles preguntas y aprender de sus experiencias”, indica Patricia Albertini, Jefa Académica de Ciencias del establecimiento.

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