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Cómo informarle a los demás que vas a morir

Cómo informarle a los demás que vas a morir

«Debes saber que pasarán meses en los que te sientes profundamente solo y vulnerable, y necesitarás conservar tu energía. Pero para que la gente esté ahí y te ayude, necesitas decírselo», dice este artículo publicado en la edición en español del diario The New York Times.


* “Cuando me preguntan, esto es lo que respondo: ‘Los médicos me dijeron que no hay nada por hacer; es inoperable e incurable’”, dice Wanda N., de 50 años, quien está en hospicio en su casa en Nueva York, pues sufre cáncer de colon. “Uso las mismas palabras que los médicos usaron para decírmelo”.

Si tienes un diagnóstico terminal, puede que no tengas el tiempo ni la energía para comunicar la noticia con las mismas palabras que usaron los médicos, pero tampoco estás obligado a convertirte en el llorón del pueblo que difunde la noticia. “No sientas la necesidad de anunciar tu situación una y otra vez”, dice Wanda, quien solo se lo ha dicho a unas cuantas personas, entre ellas su padre, su primo y algunas mujeres de su grupo de veteranos del ejército. A algunos se lo dijo en persona; a otros, por teléfono o mensaje de texto.

Aunque todos vamos a morir en algún momento, muy pocos saben cómo hablar de la recta final. “La gente no sabe qué decir”, explica Wanda. “Tienen miedo”. Tienes que estar preparado para enfrentar reacciones extrañas. Algunos se empeñan en creer que hay una solución y te darán consejos de salud que nadie les pidió. (“No comas azúcar”, “Evita el gluten”). Puedes ignorar sus sugerencias, pero reconoce que lo hacen de corazón. Hay gente que se ofrecerá a rezar por ti. “Las oraciones son buenas, pero quizá lo que necesito es alguien que me escuche”, asegura Wanda.

Puede que necesites buscar a un profesional que se comprometa a escucharte, como un trabajador social calificado, un terapeuta o un psiquiatra. A veces la gente que sabe de tu condición —las personas a quienes les hayas dicho también se lo dirán a otras personas— fingirá que la situación no existe. Incluso puede ocurrir algo todavía más extraño: lo olvidarán temporalmente. Wanda, por ejemplo, tiene una apariencia saludable, y en ocasiones la gente omite la realidad de su estado de salud.

Debes saber que pasarán meses en los que te sientes profundamente solo y vulnerable, y necesitarás conservar tu energía. Pero para que la gente esté ahí y te ayude, necesitas decírselo. No esperes que otros se ofrezcan, pero dales la oportunidad de que lo hagan. Wanda recuerda con cariño cuando un amigo, sin que ella se lo pidiera, le compró comida y otro amigo se las llevó a su departamento. “A veces, lo que necesitas son cosas pequeñas: alguien que camine contigo durante cinco minutos afuera del hospital, bajo la luz del sol”.

*Este artículo fue publicado en la edición en español de The New York Times, bajo la autoría de Malia Wollan. Accede a la nota original en este enlace.

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