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Vehículos compartidos: la apuesta de Uber para reducir tacos y emisiones contaminantes

Vehículos compartidos: la apuesta de Uber para reducir tacos y emisiones contaminantes

«Tal vez el servicio cree un viaje solo para ti, pero otras veces te suma a uno que comenzó hace rato con varias paradas y subidas, como una especie de ruta de autobús instantánea creada a partir de la demanda colectiva de la ciudad», detalla este artículo de The New York Times en español sobre el servicio de UberPool. Leelo aquí.


(*) Un día reciente, un conductor de Uber recogió a una pasajera en Tenderloin, un barrio pobre de San Francisco. Llamémosla Abby, pues su nombre real se perdió en el anonimato de las bases de datos.

Abby necesitaba ir a Noe Valley, un viaje de 25 minutos que normalmente hubiera costado unos 15 dólares. Pero escogió UberPool, el programa de vehículo compartido de la compañía que salió al mercado hace 18 meses, y con esto inició uno de los más épicos viajes del servicio.

A diferencia de un viaje normal de Uber, en el que un solo conductor realiza un recorrido, UberPool da la opción de compartir el recorrido con otras personas. Travis Kalanick, cofundador y director ejecutivo de Uber, lo describe como el futuro de su compañía, y por lo tanto el futuro del transporte en América.

Abre la aplicación, especifica tu destino y, a cambio de un descuento considerable, UberPool te conecta a otros pasajeros que van en la misma dirección. Tal vez el servicio cree un viaje solo para ti, pero otras veces te suma a uno que comenzó hace rato con varias paradas y subidas, como una especie de ruta de autobús instantánea creada a partir de la demanda colectiva de la ciudad.

El viaje que Abby inició, tardaría casi una hora y deambularía más de 160 km por todo San Francisco, con nueve paradas para dejar o recoger pasajeros. Después de que Abby se subió, el conductor recogió a su segundo pasajero, llamémoslo Ben, a unas cuadras de distancia. Ben se bajó después de casi kilómetro y medio. Un par de cuadras más tarde, Carrie se subió. Tal vez para este momento Abby comenzara a desesperarse; afortunadamente, unos seis minutos después, el auto llegó a Noe Valley. Abby se bajó, pero Carrie seguía en el auto, así que el viaje continuó.

Después de menos de dos kilómetros se subió Danny, luego se bajó Carrie. Edward se subió y Danny se bajó. Finalmente, después de unos 55 minutos, el auto llegó al destino de Edward y el viaje concluyó.

En total, Uber cobró 48 dólares por el recorrido, de los cuales 35 eran para el conductor. La compañía había fusionado cinco viajes distintos en uno solo, se ahorró unos 10 km del trayecto y eliminó varios automóviles de las calles. Para los pasajeros, los descuentos equivalen a casi la mitad de la tarifa estándar de Uber. Para el conductor, un viaje de una hora sin tiempos muertos significa entradas constantes de dinero (los conductores de Uber solo ganan dinero cuando hay pasajeros en el auto). Y aunque Uber ganó menos en un único viaje de lo que hubiera hecho en varios, la compañía se benefició al convertirse en un elemento esencial en la vida de las personas.

“Con viajes más ecónomicos, Uber es más barato para más personas en más ciudades que tener auto propio”, comentó Kalanick en una entrevista reciente. “Y cuando Uber es más económico que tener un auto, nos convertimos en un pilar del transporte en esa ciudad”.

UberPool también nos puede obligar a reexaminar lo que pensamos de Uber y su impacto en el mundo.

Desde hace tiempo el servicio de autos ha generado amores y odios. Aunque muchos pasajeros aprecian la manera en la que Uber se ha integrado a las ciudades y ha alterado las relaciones laborales y la planeación urbana, la plataforma también ha inquietado a los legisladores y hasta a sus propios conductores.

UberPool es la apuesta más reciente de la plataforma tecnológica. Si resulta exitosa al reducir el precio y aumentar el volumen, la compañía podría tener un impacto mucho mayor del que nos habíamos imaginado en la movilidad urbana, el trabajo, el ambiente, las economías locales y la infraestructura de transporte nacional. Sus efectos podrían convencer hasta a sus críticos más duros.

Como la mayoría de las iniciativas en Uber, Pool comenzó como un experimento. Desde que inició el programa se han tomado 100 millones de viajes en vehículo compartido y cada mes ocurren diez millones más. La compañía alguna vez motivó la demanda con grandes descuentos, pero el servicio ha crecido más allá de eso; hoy, según Kalanick, UberPool tiene ganancias en muchas de las ciudades en las que opera.

“Tuvimos que perder millones de dólares en algunas ciudades para que funcionara”, comentó. “Pero en este punto ya no es una apuesta en términos financieros; la única pregunta es cuánto más eficiente lo podemos hacer.”

En muchas ciudades, UberPool ahora suma más de la mitad de los viejos tomados en Uber. En los Ángeles, Nueva York, Chicago y San Francisco, más de cien mil personas usan este sistema de transporte cada semana. En China, Uber hace más de 20 millones de viajes en UberPool al mes.

Un representante de Lyft, la principal competencia de Uber en Estados Unidos, dijo que su servicio de vehículo compartido, Lyft Line, también se ha convertido en un negocio sustentable. Alrededor del 30 por ciento de los viajes en Lyft ahora se comparten y en San Francisco y Nueva York, las principales ciudades donde opera esta compañía, la proporción supera el cincuenta por ciento.

Kalanick dijo que era probable que pronto, en las ciudades grandes e incluso en muchos suburbios, la mayoría de los viajes en Uber sean compartidos, lo cual querría decir que un auto llevaría a más de un viajero a la vez.

Sudán Shaheen, codirectora del Centro de Investigaciones sobre el transporte sostenible de la Universidad de California, Berkeley, comenzó un estudio con el Natural Resources Defense Council para determinar el impacto ambiental de los sistemas de vehículo compartido de Uber y Lyft.

Shaheen explicó que su estudio, cuyos resultados deberán presentarse este año, intentará contestar varias preguntas: ¿A cuántos autos sacan de las calles los servicios de vehículo compartido? ¿La gente usa UberPool y Lyft en lugar del transporte público o los usa cuando no hay servicio de autobuses o trenes? ¿Los viajes económicos de Uber motivan a las personas a dejar de usar sus vehículos? ¿Si los viajes en Uber son tan rentables, será más probable que la gente salga de sus casas?

Aunque ese estudio sigue en curso, los primeros datos sugieren que al poner más personas en los asientos, los servicios de vehículo compartido tal vez ya estén reduciendo el tráfico, el uso de gasolina y las emisiones de automóviles.

Uber ha calculado el impacto ambiental de los viajes de UberPool. En los primeros meses de 2016, el servicio ha eliminado 33 millones de kilómetros de viajes en automóvil, lo que equivale a aproximadamente millón y medio de litros de gasolina y a 3800 toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono. Además, al reducir los precios, el programa también expandió el acceso a Uber.

Uber está expandiendo sus operaciones de vehículo compartido y sus alianzas con sistemas de transporte. En Seattle, Toronto y Manila, por ejemplo, la compañía está probando con camionetas espaciosas que siguen rutas fijas durante las horas pico.

Kalanick dijo que los experimentos continuarían, pues reducir el tráfico es parte de la misión de Uber.
“Crecí en Los Ángeles y viví allá casi 30 años. Pasé años de mi vida atascado en el tráfico, pensando en cómo mejorar esto”, relató. “Así que seré feliz a si Uber puede tener algún impacto. Se sentirá como un gran logro”.

* Publicado en la edición en español de The New York Times bajo la autoría de Farhad Manjoo.

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