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Científicos chilenos optimistas por efectividad de vacuna experimental contra el herpes simple Salud

Científicos chilenos optimistas por efectividad de vacuna experimental contra el herpes simple

Los virus herpes simple 1 y 2, son patógenos que se alojan en las neuronas, permaneciendo allí en estado de latencia y de forma silenciosa durante toda la vida. De hecho, el de tipo 1 afecta aproximadamente a un 70% de la población, mientras que el segundo se estima en un 20%.


Conocido por provocar lesiones en la piel, los virus herpes simple no sólo constituyen un problema estético o molesto para algunas personas que han sufrido el contagio de este patógeno. Su presencia en el organismo, también puede transformarse en una dificultad de salud mayor, generando ceguera y encefalitis -una infección del cerebro-.

“El virus herpes simple 1 es la primera causa de encefalitis viral en adultos, y el de tipo 2, el mayor causal de encefalitis neonatal. Esta patología puede conducir a la muerte y alternativamente, dejar importantes secuelas neurológicas en los infectados, sobretodo recién nacidos”, comenta el doctor Pablo González, académico de la Universidad Católica y científico del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII).

Por otro lado, el virus herpes simple 1 es la primera causa de ceguera infecciosa en países desarrollados. Este problema se denomina queratitis herpética y conduce a un opacamiento gradual de la córnea. El virus también puede infectar otros tejidos oculares incluyendo párpados, conjuntiva y retina.

Preocupados por esta realidad y la inexistencia de vacunas y terapias efectivas, los investigadores del IMII han avanzado exitosamente en el desarrollo de una vacuna experimental contra virus herpes simple y entender cómo esta funciona.

Las pruebas, efectuadas en células del sistema inmune y que son lideradas por González, permiten entender cómo funcionaría la vacuna, la que demostró ser efectiva en modelos animales.

“La vacuna que hemos creado, tanto para el herpes simple-1 como el -2,  consiste en un virus que es mutado y atenuado, esto es, que es inocuo para el individuo que lo recibe. Este virus ha sido modificado para quede atrapado en células inmunes funcionando como un “virus suicida”, incapaz de salir de ellas para infectar otras células. Con ello, no solo no produce enfermedad, sino también al quedar contenido en la célula esta es capaz ahora de detectarlo, destruirlo y presentarlo a numerosas  células del sistema inmune para generar una memoria inmunológica protectora”,  explica el científico.

Atacando al virus silencioso

Los virus herpes simple 1 y 2, son patógenos que se alojan en las neuronas, permaneciendo allí en estado de latencia y de forma silenciosa durante toda la vida. De hecho, el de tipo 1 afecta aproximadamente a un 70% de la población, mientras que el segundo se estima en un 20%.

PabloGonzalez

Pablo González, académico de la Universidad Católica y científico del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII)

Sin embargo, las manifestaciones clínicas solo ocurren en un pequeño porcentaje de las personas, a partir de lo cual se generan molestas llagas y lesiones a las mucosas de la piel, fundamentalmente a nivel oral. “Las lesiones son muy molestas para los afectados pues afectan sobretodo la cara. Además, pueden recurrir en el individuo sin previo aviso”, comenta el doctor González.

Una vez que los virus herpes infectan al individuo se alojan en las neuronas, quedando escondido del sistema inmunológico por periodos extensos. Sin embargo, cuando el virus se encuentra amenazado, este escapa estas células y se manifiesta cercano al sitio inicial de infección en piel y mucosas creando nuevas infecciones en el individuo. Una baja en la vigilancia del sistema inmune, situaciones de estrés o la exposición a rayos UV pueden promover que el virus aflore en los individuos.

Para Pablo González, uno de los grandes problemas de por qué algunos individuos manifiestan patología, es porque su presencia inactiva células claves del sistema inmune. “Desde hace varios años estamos observando cómo actúa el virus. El sitio de refugio son las neuronas sensoriales, ya que ahí éste queda protegido del sistema inmune. Sin embargo, cuando se siente amenazado sale de nuevo y ahí se manifiesta en las mucosas. Pero además  hemos visto que el virus logra destruir a las células inmunes, haciendo que éstas sean incapaces de ejercer una respuesta protectora contra el patógeno. De esta manera, el individuo es incapaz de desarrollar una respuesta inmune antiviral protectora lo que permite recurrencias virales”, señala. La vacuna bloquea manifestaciones patológicas del virus.


Por esta razón, comenta que es fundamental haber avanzado en el conocimiento de los mecanismos de cómo opera el virus y la vacuna con sus particulares efectos. “Esta propiedad de la vacuna experimental provee al sistema inmune de todos los componentes del virus que están asociados con una infección natural, pero de manera segura, pues es atenuado y no destruye las células inmunes del individuo, permitiéndole a este crear una respuesta inmune antiviral potente”, comenta el científico.

Respecto a la estrategia de aplicación, el  Dr. González explica que espera que la vacuna sea terapéutica y preventiva. Esto significa que podría ser aplicada en los individuos una vez se descubra que fueron infectados por este virus. “Esa es nuestra idea. Este mismo método ha sido probado en otras virus similares, como el de varicela zóster”, comenta Pablo González.

Esperanza en estudios clínicos

El científico añade que actualmente se está trabajando para que el virus mutante sea producido en condiciones aptas para ser aplicada en seres humanos, lo que implica que la vacuna debe producirse en células que estén totalmente caracterizadas y libres de contaminantes. “Esto es fundamental para que la vacuna sea segura, lo cual es de vital importancia, pues ante todo, se debe garantizar su inocuidad, elemento clave en cualquier vacuna”, señala el bioquímico.

A raíz de este positivo escenario, González espera que la vacuna siga buen camino, logrando avanzar posteriormente a fases clínicas que, de ser exitosas, podrían  contribuir a combatir con eficacia este problema de salud mundial.

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