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Depresión estacional: cómo cuidar la salud mental en esta primavera Salud

Depresión estacional: cómo cuidar la salud mental en esta primavera

La primavera no es siempre sinónimo de sol radiante o árboles en flor. Transitar de una estación del año a otra no es agradable para muchas personas; es más, puede impactar significativamente su bienestar y estado anímico. Especialistas explican que es la depresión primaveral y dan recomendaciones para hacer frente al cambio estacional.


La llegada de la primavera, con sus días más largos y el florecimiento de la naturaleza, suele estar asociada a la alegría y la renovación. Sin embargo, para algunas personas, este cambio estacional puede desencadenar un trastorno poco conocido pero significativo: la depresión primaveral.

La Depresión Estacional o Trastorno Afectivo Estacional corresponde a un tipo de depresión que se relaciona directamente con los cambios de estación y que generalmente tiende a iniciar y finalizar en la misma época del año.

Se estima que este estado lo sufren entre el 1% y el 10% de la población a nivel internacional. Está asociado a sensaciones de tristeza, falta de energía y motivación producto de los cambios de estación.  

“Los cambios estacionales conllevan períodos de transición y ajuste que no solo debemos internalizar en nuestras rutinas laborales o sociales, sino también, en nuestros hábitos. En este sentido, la variación de luz solar, así como también los cambios de hora, podrían generar fluctuaciones a nivel neuroquímico”, explica la psicóloga Rocío Amaya, especialista de Mutual de Seguridad.

Causas

Aun cuando se desconoce la causa específica de este trastorno afectivo, diversos estudios apuntan a una multicausalidad de factores que intervendrían directa o indirectamente en la manifestación de sus síntomas. 

Una de las razones que podría explicar una prevalencia de este tipo de trastornos se asocia a la alteración de nuestro ritmo circadiano o “Reloj Biológico”. Esto, ya que los cambios estacionales conllevan períodos de transición y ajuste que no solo debemos internalizar en nuestras rutinas laborales o sociales, sino también, en nuestros hábitos. En este sentido, la variación de luz solar, así como también los cambios de hora, podrían generar fluctuaciones a nivel neuroquímico.  

Otro factor que podría estar involucrado en la relación entre este tipo de trastornos y los cambios estacionales, se asocia a la mayor exposición a situaciones sociales, tales como las fiestas patrias o de fines de año en las cuales las personas tienden a conectar con procesos de inicio y términos de etapas o aniversarios de hitos relevantes en la vida que, muchas veces, pueden reactivar duelos pasados o ansiedad futura generando una suerte de “desconexión emocional” al no ser capaces de involucrarse festivamente en las actividades sociales y de percibir dichos espacios de celebración, como imposición de expectativas emocionales con las cuales no lograrían sintonizar, agudizando aún más la sensación de retraimiento y melancolía. 

Síntomas

Si bien las personas que tienen mayor posibilidad de desencadenar TAE son mujeres y adultos jóvenes con una mayor frecuencia entre 18 a 30 años, es importante considerar que este trastorno puede presentarse en otros segmentos. También pueden verse afectados quienes viven lejos de la línea del Ecuador, porque están expuestos a menos luz solar. Los episodios más severos suelen darse en quienes ya tienen antecedentes de trastorno del ánimo.

La psicóloga y directora del Centro de Atención Psicológica (CAPSI) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), María Carolina Carrera, explica que el TAE se relaciona con la influencia de la luz solar en el organismo, que afecta a la producción de la hormona melatonina y a los ritmos biológicos del cuerpo. A menudo, el invierno se asocia con una mayor incidencia de este trastorno debido a la falta de luz, pero sorprendentemente, la primavera también puede ser un desencadenante.

“El cambio de una estación gris, donde las personas tienen menos actividad física y social, puede crear una presión social en aquellos que luchan contra la depresión. La llegada de la primavera, con mayor luz y actividad social, puede aumentar la presión, ya que las personas que padecen trastornos depresivos pueden sentir una inadecuación entre cómo se sienten y cómo se espera que se sientan”, sostiene la psicóloga.

Sintomas de alerta:

  • Decaimiento durante la mayor parte del día.
  • Pérdida de interés en las actividades habituales.
  • Somnolencia e indiferencia.
  • Dormir más de lo habitual o trastornos del sueño
  • Comer más de lo habitual.
  • Cambios de estado de ánimo, entre otros.
  • Ansiedad generalizada
  • Dificultad para concentrarse
  • Irritabilidad

Cómo enfrentarla

Carrera destaca que el cambio de rutina y actividades desempeña un papel crucial en el manejo de la salud mental durante la primavera. Además, la transición de una estación de hibernación a una de mayor actividad puede ser abrumadora para algunas personas.

En ese sentido, la especialista comparte recomendaciones para hacer frente a la depresión estacional:

– Cambios graduales: realiza cambios en la rutina de manera gradual para adaptarte a las nuevas condiciones estacionales.

– Autocompasión: no te exijas demasiado y permítete sentir y vivir las emociones que surgen durante la primavera.

– Alimentación balanceada: prioriza una alimentación saludable, que incluya una variedad de nutrientes para apoyar tu bienestar emocional.

– Actividad física: aprovecha el buen clima primaveral para realizar ejercicios al aire libre y captar la energía solar, esto puede mejorar tu estado de ánimo.

– Tiempo para el placer: dedica tiempo a actividades que te relajen y te hagan sentir bien, como leer, meditar o practicar hobbies que disfrutes.

– Sentarse cerca de ventanas para acceder a la luz del sol

– Ayuda profesional: si sientes que la depresión estacional está afectando seriamente tu vida, no dudes en buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra.

– Aprender técnicas de relajación.

– Decorar la casa con colores claros.

– Empatía: si estás apoyando a alguien que lucha contra la depresión primaveral, sé empático y comprensivo. Evita presionarlos para que se sientan mejor y en su lugar, ofrece apoyo emocional y sugiere la búsqueda de ayuda profesional si es necesario.

– Apoyar sin ser intrusivo: estar disponible para la persona afectada sin ser intrusivo es fundamental. Ser consciente de los síntomas y brindar apoyo significativo puede marcar la diferencia en su recuperación.

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