El Rimisp (Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural) presentó este martes el proyecto «Nueva Agenda Regional», el cual plantea una serie de diagnósticos que pretenden mostrar que las brechas de desigualdades territoriales en Chile son una realidad presente y que vienen determinadas en gran medida por el lugar donde nacen, viven y trabajan los chilenos.
El proyecto contempla principalmente propuestas de expertos en materia de desarrollo económico, social y de descentralización, centradas específicamente en disminuir las desigualdades territoriales en el país.
El seminario contó con la ponencia inaugural del el ex presidente de la República y presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo, Ricardo Lagos, donde destacó que hacer una Nueva Agenda Regional implica resolver cómo somos capaces de definir una política que permita que las regiones puedan generar igualdad de oportunidades.
«Ahí está la importancia de este seminario, para el debate y para que las conclusiones puedan servir para los distintos proyectos que se abren para el futuro de Chile», subrayó Lagos.
El también presidente de la Fundación Democracia y Desarrollo valoró las propuestas y declaró que son «una contribución a pensar a Chile desde el territorio, es una mirada distinta, da a conocer un Chile mucho más diverso pero, también, por desgracia, mucho más desigual (…) El lugar donde uno nace tiene mucho que ver con qué tipo de vida va a tener, las oportunidades serán distintas dependiendo de ese lugar y obviamente lo que uno desea es un territorio donde no importa donde uno nace y tenga las mismas posibilidades que en otros lugares del país».
Por otra parte, el coordinador del programa Cohesión Territorial para el Desarrollo de Rimisp, Julio Berdegué, enfatizó que «Chile tiene todas las condiciones y todas las capacidades para avanzar y superar esta división y desigualdad del país». Aun así, recalcó que el país enfrenta importantes desafíos a superar, entre los que destacó la problemática del híper centralismo, la falta de una masa crítica de actores regionales con capacidad de incidir en el proceso de desarrollo.
Como miembro del Rimisp, Berdegué propuso que «en el curso del próximo gobierno, que estamos a punto de elegir, debe ponerse en marcha un ciclo largo de desarrollo y cohesión territorial. No es un problema que se puede resolver en el marco de cuatro años, pero lo importante es detonar un proceso que enfrente por primera vez este tema con seriedad».
Berdegué añadió que para superar la desigualdad hay que implementar medidas de descentralización administrativa, planes y programas territoriales especiales y políticas transversales que cuenten, algunas de ellas, con criterios de discriminación positiva territorial. Por otra parte, para superar el desarrollo territorial, el país debe establecer políticas sectoriales focalizadas a reducir las brechas y las diferencias territoriales, expuso.
Asimismo, el subdirector de Gobernabilidad y Desarrollo Territorial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mario Marcel, subrayó que «es de sentido común preocuparse por los resultados de las regiones de gran influencia (Santiago, Concepción y Valparaíso) ya que son los motores importantes para el crecimiento del país (suponen el 72%) pero, un enfoque exclusivo sobre estos centros, ignora o descuida el impacto potencial que pueden tener las políticas que ayudan a las otras regiones (28%) a mejorar su contribución económica». En este sentido, Marcel añadió que el desarrollo territorial contribuye al crecimiento de abajo hacia arriba, eleva la competitividad de la economía y equivale a una política de oferta con menos conflictividad social.
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