Ante la propuesta de realizar un Censo abreviado de población y vivienda en el 2015, el jefe de Comunicaciones del comando presidencial de Michelle Bachelet, Álvaro Elizalde, sostuvo que «Chile se ha caracterizado, desde hace mucho tiempo, por la confianza y credibilidad de las estadísticas públicas y de las cifras oficiales», asegurando que «en tres años, este gobierno ha destruido el capital de credibilidad institucional construido en décadas».
Asimismo, afirmó que «el mejor Censo de la historia terminó siendo el peor. El daño a la credibilidad de las estadísticas oficiales es enorme, tanto a nivel nacional como internacional».
En la misma línea, indicó que «más que contar personas, el Censo permite obtener una radiografía profunda de la realidad demográfica de Chile y sobre esa información se establecen las prioridades para definir políticas públicas que mejoran la calidad de vida de todos», agregando que «por ello el escándalo del Censo es un hecho gravísimo, por lo cual el próximo gobierno deberá trabajar para restablecer la confianza en las instituciones, cuya credibilidad se ha visto gravemente afectada por la gestión del actual gobierno».
«El próximo gobierno deberá hacerse cargo del enorme daño cometido con el Censo», concluyó Elizalde.
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