A exactos tres meses de las elecciones de noviembre y acompañado por su familia y miles de adherentes, Marco Enríquez-Ominami inscribió formalmente su candidatura presidencial en el Servicio Electoral este sábado al mediodía, emitiendo luego un emotivo discurso en el que aseguró que representaba a «todas y todos los emputecidos de Chile» en su segunda aventura por La Moneda.
El presidenciable realizó la inscripción junto a su familia, las directivas de los partidos Progresista y Liberal, representantes de movimientos independientes y candidatos parlamentarios mientras en el exterior la multitud observaba a través de una pantalla gigante instalada en calle Esmeralda.
Tras el rito republicano de rigor el ex diputado que en 2009 abandonó el PS y postuló a la presidencia como independiente, se dirigió a quienes lo respaldaron y ayudaron a construir el partido político con presencia nacional que hoy sustenta su nueva campaña por el sillón presidencial. «Ya es oficial, hemos cumplido con la ley y sí, queremos asamblea constituyente, un cambio en las reglas sin traicionar las tradiciones, sin la necesidad de deshacer todo lo hecho, sin renunciar a lo bueno de Chile, al alma de Chile. Lucharemos por una educación pública, gratuita y de calidad para todos los chilenos, por una salud pública de calidad y garantizada, por pensiones dignas, y una vivienda justa», señaló el candidato.
«Yo les propongo algo distinto, un cambio con responsabilidad, una fuerza tranquila, una fuerza del cambio. Quiero decir también que soy un convencido que tenemos un problema de confianza, que ya no es posible confiar ni en el pato del Banco Estado, ni en el elefantito del Jumbo, ya no confiamos en nadie. Decirle a la Concertación y la Alianza que la confianza no se compra con bonos, que un papá y una mamá no dejan de herencia un bono, dejan de herencia a sus hijos una educación, y es por eso que propongo educación pública gratuita y de calidad. Decirle a la derecha que el crecimiento económico no recupera la confianza, porque no se trata de vivir mejor, se trata de vivir mejor juntos. Este país lo vamos a construir entre todos y vamos a derrotar a quienes quieren bloquear esto. Los invito, desde este lunes, en el margen de la ley, a trabajar por esta gran revolución democrática y hacer de Chile un país normal», añadió.
Enríquez-Ominami se refirió directamente Evelyn Matthei y a Michelle Bachelet, dándoles la bienvenida «al cambio».
«Qué bueno que estén decididas a competir, pero sus coaliciones ya tuvieron su oportunidad, y les quiero decir a los chilenos que nos merecemos un cambio», planteó.
«Decirles a nuestros contendores que Tocopilla los observa. En Tocopilla están pidiendo algo simple, que las termoeléctricas paguen más de 18 mil pesos al mes, en Tocopilla saben que la rebeldía tuvo su fruto, el Gobierno tuvo que respetarlos y hoy todos somos Tocopilla, todos estamos en rebeldía, y por eso vamos a triunfar, porque estamos cansados de todo esto», expuso aludiendo el paro comunal que generó un compromiso del Ejecutivo para disponer de médicos especialistas en esa comuna nortina desde octubre.
«Quiero un país distinto al que tenemos, quiero, creo y sueño un país distinto y sé que eso es posible. Yo no voy a abandonar la insolencia; lo lamento, seguiré siendo igual de imprudente, igual de insolente ante gobiernos insolentes. Algunos me piden que sea más maduro, y con mejor dicción –gracias Karen (Doggenweiler, su esposa) por eso– pero aun así lo voy a decir a la velocidad de un rayo, aquí estamos todas y todos los emputecidos de Chile y que queremos un cambio con alegría, y lo vamos a lograr», enfatizó.
«Insisto con una frase que dije aquí hace 4 años. Creo que desde la historia y del alma de Chile vale la pena pelear. Y lo voy a hacer, voy a pelear, por cada puerta a puerta que hagan mis contendores haré más, cada volante que entregue un vecino, haré más, y termino con la frase con que fui educado desde chico, que conocí por los álbumes de fotos desde el exilio, de este Chile que aprendí a conocer tardíamente, pero que tuve que conquistar. Adelante, adelante, con todas las fuerzas de la historia», expresó Enríquez-Ominami al finalizar su discurso.
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