Los miembros de la comisión externa del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que valuó el Censo 2012, David Bravo y Osvaldo Larrañaga, reafirmaron este lunes su recomendación de realizar un nuevo censo abreviado.
Larrañaga criticó, de paso, las conclusiones de la comisión internacional, ya que «el nuevo informe no se hace cargo de la omisión» de las viviendas no evaluadas, punto a su juicio fundamental para considerar una medición de este tipo.
«Queremos reafirmar totalmente nuestras conclusiones y recomendaciones de agosto pasado», dijo Larrañaga, considerando como «insólito» que la comisión internacional haya desestimado datos relevantes como la alta tasa de omisión.
El economista reiteró que el alto porcentaje de esta tasa, de un 9,3% a nivel nacional, según el informe de la comisión de la que formó parte, es justamente el mayor problema de la medición del 2012, señalando además que es tres veces más alta que el promedio de los tres últimos censos realizados en el país.
La tasa de omisión se calcula comparando la población efectivamente censada con la población proyectada, computada por el censo anterior, más nacimientos y menos defunciones de la década, más una estimación por inmigración neta.
«Se ha dicho en estos días que la tasa de omisión no es tan importante porque al final lo que importa es la representatividad», cuestionó el economista, agregando que «nuestras estimaciones dicen que eso no es así».
«El censo tiene tasas de omisión que son muy distintas según realidades, especialmente a nivel de comunas; hay un grupo significativo de comunas que tiene tasas de omisión por sobre el 15% y otras por sobre el 20%», apuntó.
El economista abundó en que «hay grupos en la población, como los hombres entre 40 y 59 años, y las mujeres y hombres entre 20 y 24, que tienen tasas de omisión mucho más altas que el promedio, de manera que la foto del censo es una foto bastante distorsionada».
Larrañaga consideró «bastante insólitos» los argumentos entregados por la comisión internacional, explicando que «ellos plantean que Chile no tiene buenos datos demográficos, por lo tanto no pueden hacer el cálculo y dejan por tanto el tema de la omisión, que pasa a ser para ellos un no problema».
El equipo de expertos extranjeros, integrado por Griffith Feeney, Roberto Bianchini y Rajendra Singh, entregó su informe el jueves pasado y propuso que los datos de la encuesta nacional del 2012 sean utilizados para políticas sociales, programas de vivienda y empresas comerciales, desechando así la idea de efectuar una nueva medición.
Por su lado, el economista de la Universidad de Chile, David Bravo, fue también crítico con el informe de la comisión internacional, ya que «tenemos la impresión de que no está allí toda la información que se requiere para hacer el salto lógico, desde la información que se utiliza, en análisis de la misma y luego las conclusiones; echamos de menos información».
«Hay que hacer un salto de fe para llegar con los consultores internacionales a las conclusiones que ellos obtienen. No encontramos el reporte de la evidencia, y pensamos que es muy importante que eso quede plasmado», agregó.
Larrañaga y Bravo conformaron la comisión externa del INE que evaluó el Censo 2012 en compañía de los expertos Osvaldo Ferreiro, Isabel Millán, Magda Ruiz y Felipe Zamorano. En agosto pasado entregaron sus conclusiones, proponiendo la realización una nueva medición abreviada.
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