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Mercado de bonos respalda apuesta de Draghi a superar crisis de deuda en Europa


El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, apuesta a que esta vez es diferente, y los rendimientos de los bonos sugieren que los inversores coinciden.

Conforme el BCE hace un segundo intento de superar una crisis de deuda que lleva tres años mediante la compra de bonos, Draghi exige ahora que los gobiernos se comprometan a un plan de austeridad a cambio de las compras, que esta vez serán de una magnitud ilimitada.

El objetivo es mantener intacto el euro mediante la reducción de los costos crediticios en economías afectadas por la crisis como España y consolidar lo que Draghi calificó de bloque monetario “fragmentado”. Los inversores dieron indicios de que están de acuerdo con su afirmación de que el plan funcionará al llevar el rendimiento del bono español a 10 años al nivel más bajo en ocho semanas.

“Es la primera vez que el BCE parece estar adquiriendo el control de la situación”, dijo Johannes Jooste, estratega en Londres de Merrill Lynch Wealth Management, que administra US$1,8 billones. “La reacción inicial del mercado sugiere que tiene confianza en Draghi”.

El anuncio de Draghi de las Transacciones Monetarias Directas –OMT por la sigla en inglés- se produjo apenas más de un mes después de que éste pusiera en juego su credibilidad al prometer que el BCE haría “lo que haga falta” para revertir las especulaciones sobre una fragmentación de la zona del euro.

La confianza en Draghi tiene sus recompensas. Los inversores que aceptaron la promesa de un plan que hizo el 2 de agosto han tenido un retorno de 4,6 por ciento sobre los bonos españoles y de 5,4 por ciento sobre los bonos italianos. Los valores alemanes dieron a los inversores pérdidas de 0,8 por ciento en el mismo período, según índices de Bank of America Merrill Lynch.

Riesgos económicos Draghi dio a conocer ayer su solución y declaró que los crecientes rendimientos afectaban la capacidad del BCE de canalizar su política monetaria a las 17 economías de la zona y hacían que la región corriera el riesgo de una mayor depresión.

Dijo que el BCE está dispuesto a comprar la cantidad que haga falta de bonos a corto plazo, siempre y cuando los países acepten antes demandas fiscales y de monitoreo, lo que comprende la participación del Fondo Monetario Internacional. En un intento de conseguir el apoyo de los tenedores de bonos privados, el BCE aceptará el mismo riesgo de impago que ellos y detallará sus compras.

“El BCE ha iniciado un proceso que seguramente va a ser un momento decisivo en la crisis del euro”, dijo Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg Bank en Londres. “El BCE hará lo que haga falta para preservar el euro”.

El plan es un intento de rectificar las falencias del Programa de Mercados de Valores –SMP por la sigla en inglés-, a través del cual el BCE compró unos 220.000 millones de euros (US$277.000 millones) de deuda griega, irlandesa, portuguesa, italiana y española.

El programa no imponía condiciones a los gobiernos, y funcionarios del BCE socavaron su peso al calificarlo una y otra vez de limitado y temporario. El resultado fue que los inversores no reforzaron las compras del banco central porque temían que el apoyo oficial fuera efímero y los perjudicara en el orden de reembolsos en el caso de un impago. Italia, que entonces gobernaba el primer ministro Silvio Berlusconi, respondió a la benevolencia del BCE con un retroceso de la reforma presupuestaria.

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