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Romney debe conquistar Brasil para impulsar comercio con América Latina


El plan de Mitt Romney destinado a que la región comercial latinoamericana mejore las perspectivas exportadoras estadounidenses enfrenta un problema persistente: transcurridas dos décadas desde que el presidente Bill Clinton propuso una idea similar, las economías más grandes de la región mantienen la misma desconfianza de siempre.

Establecer acuerdos con las economías más grandes de Sudamérica –Brasil y Argentina- sería difícil después de que los líderes de ambos países se aliaron a Hugo Chávez en 2005 para desbaratar la propuesta estadounidense de crear una zona comercial que abarcara toda la región, según expertos regionales.

“Ya tenemos acuerdos comerciales con gobiernos que quieren tener acuerdos comerciales con nosotros”, dijo en una entrevista telefónica desde Managua, Nicaragua, Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano con sede en Washington. “Aquellos con los que no tenemos acuerdos comerciales no están particularmente interesados o son mercados tan pequeños que de todas maneras no cambiarían mucho la situación”.

Romney, el candidato presidencial republicano, viene promocionando el libre comercio como parte de su plan de creación de empleo. El presidente Barack Obama ha hecho hincapié en la aplicación de las normas comerciales por parte de su administración, incluidos casos que involucran a China. Si bien Obama, de 51 años, firmó el año pasado tres acuerdos comerciales que estaban en consideración desde antes de su presidencia, entre otros con Colombia y Panamá, Romney, de 65 años, ha prometido centrarse más en América Latina.

‘Gran oportunidad’

“Sencillamente, no hemos aprovechado todas las oportunidades que tenemos en América Latina”, dijo Romney en el debate presidencial el 22 de octubre. “De hecho, la economía de América Latina es casi tan grande como la de China. Estamos totalmente concentrados en China. América Latina es una gran oportunidad”.

El producto interno bruto total correspondiente a la región de América Latina y el Caribe en 2011 fue de US$5,8 billones en dólares estadounidenses actuales, según el Banco Mundial. El PIB de China fue de unos US$7,3 billones.

En 1994, la administración Clinton propuso la creación de una zona comercial hemisférica integrada por 34 países y conocida como Área de Libre Comercio de las Américas, o ALCA. La iniciativa fue descartada en 2005 cuando Chávez lideró a decenas de miles de manifestantes que quemaron una efigie del presidente George W. Bush mientras éste asistía a una cumbre regional en Argentina para debatir la zona comercial propuesta. Chávez dijo que el frustrado acuerdo era un intento de Estados Unidos de “anexar” América Latina.

El proyecto de Romney propone partir de los acuerdos de libre comercio que Estados Unidos ya estableció, creando a la vez un acuerdo más amplio –la Zona Económica Reagan- abierto a todos los países “deseosos de respetar las normas”, según un documento subido al sitio de la campaña de Romney en Internet.

Confianza

La referencia a Ronald Reagan tal vez enfrente escepticismo en la región, donde se suele asociar al ex presidente con el apoyo estadounidense a los Contras en Nicaragua y la invasión estadounidense de Grenada en 1983, según Shifter.

“Romney tendría que crear confianza, y probablemente mencionar a Reagan no tenga en América Latina el eco que tiene en el Tea Party”, dijo, refiriéndose al movimiento político estadounidense que apoya a los candidatos republicanos.

Estados Unidos tiene actualmente acuerdos de libre comercio con 10 países latinoamericanos y caribeños: Chile, Colombia, Costa Rica, la República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Perú. Está previsto que un undécimo acuerdo, con Panamá, entre en vigor el 31 de octubre. Las preferencias comerciales establecidas para Ecuador expirarán en 2013, y las relaciones estadounidenses con ese país se han vuelto más tensas por cuestiones como los lazos de Ecuador con Irán y Chávez.

Resultaría difícil incrementar el número de acuerdos comerciales en América Latina debido a la probable oposición de países cuyos líderes pueden ser hostiles a los Estados Unidos, dijo en una entrevista telefónica desde Sao Paulo Rubens Barbosa, embajador de Brasil ante los Estados Unidos desde 1999 hasta 2004.

Bloque del Mercosur

Un acuerdo con el llamado bloque comercial del Mercosur, que incluye a Brasil, Argentina y Venezuela, también representaría un reto porque los latinoamericanos insistirían en que Estados Unidos reduzca las barreras a las importaciones agrícolas, dijo Barbosa, que participó en las malogradas negociaciones por el ALCA.

Estados Unidos presentó una denuncia contra Argentina en agosto ante la Organización Mundial del Comercio en Ginebra por las restricciones a las importaciones procedentes de los Estados Unidos. Diez días más tarde, Argentina replicó, diciendo a la OMC que las restricciones a las importaciones estadounidenses que pesan sobre la carne argentina no estaban justificadas.

El mayor elemento ausente en la política comercial con América Latina es un acuerdo entre Estados Unidos y Brasil. La economía nacional de US$2,5 billones es más grande que el total de los países regionales que tienen pactos de libre comercio con los Estados Unidos.

Un acuerdo con Brasil podría aumentar las exportaciones de productos y servicios de alta tecnología, un área en la que Estados Unidos tiene una ventaja competitiva respecto de China, que también está estableciendo una presencia en la región, dijo en una entrevista telefónica Scott Miller, asesor sénior en política comercial del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales en Washington.

“China está ocupando el espacio que quedó vacío debido a que Estados Unidos decidió descuidar comercialmente a la región”, según Barbosa.

Si bien un acuerdo estadounidense con Brasil podría no surgir en el futuro inmediato de estos países, los expertos en política comercial dicen que Romney de todos modos podría mejorar los vínculos con la región.

“Suele decirse que no pudiendo comerciar con Brasil hay que abandonar la idea de América Latina”, dijo en una entrevista telefónica desde su oficina en Washington Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas, una organización empresarial con sede en Nueva York. “Es una ridiculez”.

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