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Los 20 mayores multimillonarios de Rusia esconden sus riquezas fuera del alcance de Putin


Alisher Usmanov, la persona más rica de Rusia, el año pasado transfirió el control de la mayor parte de su fortuna de US$20.000 millones a un holding con domicilio en las Islas Vírgenes británicas, un conjunto de más de sesenta islas ubicado a 5.600 millas (9.000 kilómetros) de Moscú.

La compañía, USM Holdings, controla el activo más valioso del multimillonario, Metalloinvest Holding Co., el mayor productor de mineral de hierro de Rusia, a través de dos subsidiarias con sede en Chipre, USM Steel Mining Group Ltd. y USM Investments Ltd., según el informe anual de Metalloinvest.

“Las offshore son la principal herramienta de los hombres de negocios rusos para proteger sus activos de las autoridades estatales, los rivales y todo tipo de tiburones”, dijo en entrevista telefónica Valery Tutykhin, abogado de John Tiner Partners, estudio legal de Ginebra que se especializa en gestión de patrimonio.

Las veinte personas más ricas de Rusia –que poseen un patrimonio total de más de US$227.000 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg- controlan una parte de su fortuna a través de holdings registrados fuera de su país de origen.

Los multimillonarios, la mayoría de los cuales amasaron su fortuna durante el clima económico violento e impredecible de la era poscomunista, utilizan entidades para administrar, conservar y ocultar su patrimonio, táctica que provocó la ira del presidente ruso Vladimir Putin.

Vekselberg, Lisin

Viktor Vekselberg, de 56 años, posee la mayor parte de su fortuna de US$14.800 millones a través de Renova Holdings, con sede en las Bahamas. Entre los activos de la compañía figura una participación del 7 por ciento en United Co. Rusal, el mayor productor de aluminio del mundo.

Vladimir Lisin, de 56 años, controla su participación del 85 por ciento en la empresa que cotiza en bolsa OAO Novolipetsk Steel, la acería más valiosa de Rusia, a través de un holding domiciliado en Chipre, Fletcher Group Holdings Ltd. Mikhail Fridman, de 49 años, controla sus activos bancarios, minoristas y de telecomunicaciones a través de Alfa Group de Moscú, que es propiedad de CTF Holdings, domiciliada en Gibraltar.

Putin prometió volver a traer al país parte de ese dinero. El año pasado, tomó el control del Servicio Federal de Supervisión Financiera, órgano ejecutivo que tiene por función combatir el lavado de dinero. La Duma del Estado, la cámara baja del parlamento ruso, introdujo una serie de enmiendas en las leyes existentes para extremar el control sobre las transacciones financieras de las compañías.

Durante su campaña del año pasado por un tercer mandato, Putin, de 60 años, dijo estar evaluando un impuesto por única vez a los empresarios que habían adquirido activos del Estado a precios “injustos” en la década de 1990.

En un discurso a la nación pronunciado en diciembre, Putin criticó el sistema legal del país y los elementos que llevaron a acusaciones de acciones indebidas, prometiendo eliminar los factores que convirtieron “las disputas económicas en ajustes de cuentas”.

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