Faltan medidas
La mayoría de extranjeros que migran a Chile son mujeres fértiles. El 52,6 por ciento del total de inmigrantes son mujeres versus el 47,4 por ciento de hombres. Con respecto a la edad de quienes llegan al país, las personas entre 20 y 35 años concentran el 43,3 por ciento. El 72% de visas entregadas son a personas que buscan nuevas oportunidades de trabajo, pero ¿qué ocurre cuando un extranjero debe salir a trabajar y tiene hijos? ¿Con quién se pueden dejar los niños?
Chile ha cambiado en los últimos años. Tanto, que hay cosas que se nos han salido de las manos. Hasta el 2016, la cifra de inmigrantes era de 410.988, un 123% más que en el 2002, según información del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior.
Pero la mayoría de extranjeros que migran a Chile son mujeres fértiles. El 52,6 por ciento del total de inmigrantes son mujeres versus el 47,4 por ciento de hombres. Con respecto a la edad de quienes llegan al país, las personas entre 20 y 35 años concentran el 43,3 por ciento.
Considerando las visas solicitadas, la mayoría de quienes migran a Chile lo hacen por temas laborales: el 72% de visas entregadas son a personas que buscan nuevas oportunidades de trabajo, pero ¿qué ocurre cuando un extranjero debe salir a trabajar y tiene hijos? ¿Con quién se pueden dejar los niños, muchos de ellos recién nacido si no cuentan con familiares o cercanos en quién apoyarse?
Independencia es una de las comunas que concentran la mayor cantidad de solicitudes de visa a nivel nacional, según el Servicio de Extranjería y Migración, y su municipalidad es una de las que ha desarrollado más acciones y políticas orientadas a abordar a la migración según un estudio liderado por el Observatorio de Políticas Migratorias. A pesar de esto, el mismo estudio señala que aquellas acciones no dan prioridad a grupos vulnerables como niños y jóvenes ni a trabajadores migrantes (el 7,6 y 2,5 por ciento de las políticas, respectivamente).
El coordinador de la Oficina de Migración e Interculturalidad de la Municipalidad de Independencia, Carlos Muñoz, sostiene que han detectado un aumento de niños hijos de inmigrantes que están en lista de espera en jardines de la comuna. Esto se debe a la gran cantidad de habitantes extranjeros que existen allí y que el número de nacimientos ha incrementado, por lo que los jardines ya no dan abasto para el aumento de la demanda.
«Nos pilló la máquina de la transformación de la sociedad, sostuvo el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, a un reportaje de 24 Horas. «Este fenómeno demográfico fue más rápido que nuestra capacidad de generar una política pública que generara cobertura», agregó.
Y es que en algunos jardines de la comuna, hasta el 80% de los niños son migrantes. Cómo no, si el 17% de la población de Independencia es de otro país.
En los últimos tres años, se han abierto 550 nuevos jardines Junji y se han aumentado en 50 mil los cupos de esas instituciones en nuestro país, pero se necesitan por lo menos 50 mil más para terminar con las listas de espera. Según las misión de esa institución, deben «otorgar educación parvularia pública, gratuita y de calidad», pero en la práctica no lo están logrando.
Las listas de espera van en aumento en las comunas con población más vulnerable y los establecimientos han tenido que priorizar e identificar a los más vulnerables, pese al derecho de los menores a la educación preescolar.
Como los inmigrantes llegan a trabajar, deben ingeniarse con donde tener a sus hijos mientras están en su horario laboral. Algunos, logran llevar a sus hijos a sus puestos de trabajo, pero hay otros que lamentablemente los deben dejar solos, bajo supervisión de algún vecino que controle pero que no necesariamente se haga cargo.
Para poder identificar quiénes cuidan a los niños hijos de inmigrantes mientras sus padres trabajan, la Municipalidad de Independencia aplicará una encuesta dirigida exclusivamente la población migrante, con lo que espera conocer el escenario global de lo que ocurre respecto a este fenómeno.
En Estación Central la demanda también se ha triplicado. Rodrigo Delgado, alcalde de Estación Central, sostuvo a TVN: «Creo que como Estado estamos fallando, creo que como Estado no planificamos bien y no vimos venir lo que ha sucedido en los últimos 10 años con los fenómenos migratorios y obviamente que la infraestructura no da, la capacidad no da para poder recibirlos a todos.
La directora de la agrupación de mujeres inmigrantes Warmipura, Delia Curahua, cuenta que como organización conocen sobre casos de niños que deben quedar sin el cuidado de un adulto mientras sus padres trabajan. Curahua señala que aquellas situaciones se dan principalmente por un tema económico, ya que las madres necesitan salir a trabajar para subsistir en un país ajeno donde no siempre cuentan con redes de apoyo y pagarle a un tercero para el cuidado de los niños no está dentro de sus posibilidades. Tampoco pagar por un jardín infantil.
La comunidad más grande de inmigrantes en Chile es la proveniente de Perú. Sólo en los últimos cinco años, han llegado alrededor de 39 mil peruanos y conforman el 31,7 por ciento del total de los extranjeros en Chile. Sin embargo, también está creciendo la demanda de hijos de venezolanos, haitianos, colombianos y dominicanos.
El presidente del Comité de Refugiados Peruanos en Chile (CRPCH), Rodolfo Noriega, sostiene que como institución han identificado el problema y que efectivamente existen migrantes que dejan en casa a sus hijos sin control parental ni de un adulto responsable, lo que sería una consecuencia de la limitación de recursos con que cuentan.
Noriega explica que las razones son variadas: “Muchos niños llegan sin tener todos sus papeles actualizados porque son caros y no existe ayuda del Consulado del Perú para regularizar la situación, por lo que muchos menores de edad no pueden postular inmediatamente a un jardín”. A pesar de esto, explica que los padres buscan ayuda en terceras personas pertenecientes a la comunidad para el cuidado de los niños cuando son muy pequeños.
Situación diferente es la que viven los hijos de inmigrantes desde que son pre-adolescentes, puesto que, según Noriega, los padres ya consideran que los menores pueden cuidarse solos, por lo que suelen gastar recursos en alguien que los vigile . Incluso, hay madres que trabajan como asesoras del hogar puertas adentro y son los padres quienes quedan al cuidado de los niños, situación que se complica porque trabajan todo el día y llegan en la noche a sus casas.
