¿Esclavitud en Chile?
Luego de que El Mostrador Braga denunciara la trata de personas en Punta Arenas logrando -por la presión de los medios- que se reabriera el caso cerrado el 2012, otra joven indonesia denunció haber estado en la misma situación.
Este lunes una mujer indonesia en Punta Arenas, identificada como Fendi Marian Kase “escapó”, según sus palabras, de la casa en la que se mantenía ejerciendo labores para un empresario asiático. Según relató, fue traída con engaños a Chile y vivió en condiciones de “esclavitud” durante cinco meses, periodo en el que no se le permitió comunicarse con su familia, ni aprender el idioma español, y en el que pudo comunicarse sólo en malayo y algo de inglés.
A través de un asesora del hogar chilena que tenía contacto con ella -y que se enteró por la prensa del caso de Eva Anggraeni y Laila Nur, quienes también llegaron a la ciudad con engaños- se comunicó con ellas a través de Facebook para informarles que conocía una mujer que estaba pasando por la misma situación que describían en el reportaje que publicó El Mostrador Braga en mayo. Tras ello las mujeres le entregaron en secreto un celular con el cual se estuvieron comunicando durante dos meses. Así ella les contó que quería escapar pero no tenía su pasaporte.
Fendi: Tengo un día libre en el mes, pero no me dejan salir.
Eva: Dónde duermes.
Fendi: Duermo en la casa, no puedo salir.
No tengo mi pasaporte , por eso no puedo escapar
Eva: Puedes ir a la PDI.
Fendi: Quiero esperar para escapar, pero temo.
Hasta que finalmente se decidió escapar sin contarles nada. Sólo una vez en la calle solicitó ayuda a un transeúnte para llamar a Boris Miranda, esposo de Eva Anggraeni, y quien ha impulsado la reapertura de la investigación. Tras ello, fueron a la Policía de Investigaciones quienes se comunicaron con la fiscalía.
Según denuncia Boris Miranda, “yo hice una denuncia a la fiscalía hace tres semanas y el fiscal jefe Fernando Dobson no hizo nada. Me reuní con él la semana pasada para hablar y me dijo ‘esto no puede pasar en Punta Arenas’, pero igual no hizo nada. Ella tuvo que escapar por sus propios medios”.
En tanto Fendi relata, a través de Miranda, que nunca se le dio un pago: “Tuve que arrancar cuando ya no me daban comida ni nunca me pagaron. Yo ya no quería el pago solo pedía un chip para poder llamar a mi familia”.
Fendi, feliz de poder comunicarse con su familia tras cinco meses de encierro
Hoy Fendi declarará con un traductor ante la fiscalía, en la investigación que se cruza con la de Eva y Laila, al ser el “empleador” de Fendi primo del comerciante asiático Pishu Lakhwani, quien está siendo investigado por trata de personas con fines de explotación laboral luego que Eva y Laila escaparan de su casa el 2012, fecha en la cual ya habían denunciado estas prácticas: Eva llegó a trabajar con él en 2008 con 21 años, y Nur, en 2009, con tan sólo 15 años y un pasaporte falso que decía que tenía 23. La investigación la encabeza la fiscal Rina Blanco y fue reabierta en mayo de este año por la presión mediática del caso.
Es por ello que Miranda señaló que solicitará «la remoción de los fiscales del caso, y en particular de la fiscal Wendelyn Nuñez, quien por medio de su asistente, llamaron al hostal donde se encuentra Fendi para impedir que Eva pudiera tener contacto con ella, siendo que es la única persona que puede brindarle contención en estos momentos».
