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El confinamiento deja a las mujeres solas ante el maltrato BRAGA Crédito: EFE

El confinamiento deja a las mujeres solas ante el maltrato

Solas, sin que familiares ni amigos pudieran acompañarlas y con un abogado con el que solo podían hablar por teléfono, así ha sido cómo las mujeres víctimas de violencia machista han tenido que dar el paso de denunciar a sus parejas ante la Policía durante el confinamiento.


Unas circunstancias que han incidido en que las denuncias hayan caído durante el estado de alarma y que la situación haya obligado a las mujeres a seguir atrapadas bajo el mismo techo que su maltratador, en un ambiente de mayor violencia, según han coincidido varias expertas durante el seminario “Violencia contra las mujeres en tiempos de pandemia. Impacto en las familias” organizado por la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF).

Más violencia, menos denuncias en el confinamiento

Las denuncias bajaron un 10 por ciento durante los tres primeros meses del año, marcados por la situación de alerta sanitaria, de acuerdo con los datos del Observatorio de Violencia de Género y Doméstica publicados este lunes por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Sin embargo, la bajada de denuncias no coincide con la situación real de la violencia dentro del hogar, donde las agresiones si que han aumentado durante el estado de alarma, han coincidido las expertas.

Además, pronostican que las denuncias seguirán cayendo en el siguiente trimestre por las trabas que se mantienen en las administraciones a causa de la pandemia: consultas con el médico de familia por teléfono o denuncias en la Comisaria sin acompañamiento.

La psicóloga de la Asociación Consuelo Bergés, Rebeca Martínez Gómez, ha asegurado que han aumentado mucho las llamadas de “mujeres nuevas” de petición de ayuda a este centro de atención a las víctimas de maltrato en las últimas semanas.

Solas, con miedo e inseguridad

“No ha disminuido la violencia aunque se hayan reducido las denuncias”, señala Martínez. Ha relatado cómo las mujeres que se han decidido a contarlo sufren dificultades para trasladar la denuncia “porque tienen que ir solas”.

“Al miedo e inseguridad que ya tienen, le añades que no puede ir acompañado de un familiar o amigo que te arrope; es muy duro estar allí solas“, señala.

Victimización secundaria

Además, las mujeres sufren “cierta presión para exponer rápidamente lo que les había pasado y para terminar cuando antes, lo que impide que se cree un clima de confianza y relajado, que se sienta cómoda para relatar lo que va a denunciar”.

Las maltratadas tampoco pueden estar en ese momento junto a un abogado: “La asistencia letrada a la que tienen derecho ha sido por teléfono en la mayoría de los casos”.

Todo ello ha provocado “un aumento de la victimización secundaria” por las medidas contra la covid, que han incidido asimismo en los regímenes de visitas de los padres separados, denuncia.

Menores testigos de la violencia

“Hay un aumento del incumplimiento de los regímenes de visita de los padres de los menores que se deben marchar con ellos y de los convenios incumplidos de padres que no entregan a menores o que no les recogen, lo que genera incertidumbre en la madre con la que el otro progenitor ha cortado en muchos casos la comunicación”, expone.

En el seminario, la especialista en medicina preventiva y salud publica, Elvira Méndez, ha explicado que “las mujeres que ya sufrían maltrato han visto la violencia intensificada durante el confinamiento; la convivencia forzada ha supuesto que los niños hayan sido testigos de la violencia contra sus madres y que estos menores hayan padecido diferentes grados de desatención”.

Méndez, también directora de la Asociación Salud y Familia, ha coincido en que las maltratadas han usado “los teléfonos de ayuda con profusión para quejarse, para pedir orientación y esto ha venido acompañado de que las denuncias ante la policía disminuyeran durante el confinamiento y la desescalada, donde ha habido acceso más limitado a los abogados”.

“Las víctimas siempre emiten señales de alerta, pero en muchas ocasiones no son escuchadas y se va instalando en sus vida el desaliento y la indefensión“, ha aseverado.

Dos pandemias: el covid y el maltrato

La doctora ha relatado cómo la violencia sexual que sufren muchas mujeres les paraliza, les aisla y les impide reconocer ese tipo de agresiones por la vergüenza que les genera, incluso a sus terapeutas.

Por su parte otra de las panelistas, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, ha destacado que las víctimas de maltrato machista sufren “dos pandemias”, la de la covid y la del maltrato.

Pandemias, que explica, “no solo tiene como víctimas a las mujeres, sino también a sus hijos, que necesitan una atención integral para recuperar identidades perdidas”.

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