BRAGA
Daniela López y Francisca Millán, del estudio jurídico AML defensa de mujeres conversan con Antonia “Toti” Orellana sobre la retención del 10% por deudas de pensión alimenticia, acción que marcará un precedente al ser la primera vez que el Estado interviene a favor de lo que a mujeres, niñas y niños les corresponde por derecho. “El estándar de paternidad es bajísimo”, afirman.
Ya se está pagando el segundo retiro del 10% y por segunda vez, los deudores de pensión alimenticia han aparecido con promesas de inversión, negocios redondos y propuestas descabelladas para impedir que, las madres de los hijos e hijas que no han recibido la pensión alimenticia que asegura la ley, hagan uso del derecho a retenerlo para así, cubrir, parcial o totalmente, las deudas.
“Esto le explotó en la cara al poder judicial, que ha naturalizado los estereotipos de género y jamás le había dado prioridad a este tema” explica, aclarando que hasta el momento, prevalece la burocracia y una institucionalidad donde prevalece la libertad del progenitor ante el derecho de niñas, niños y adolescentes a una crianza con corresponsabilidad y a recibir su pensión. Eso queda claro al mirar las demoras que ha tenido este proceso, provocando la necesidad de que se contraten más profesionales, con carácter de urgencia, para abordar la contingencia.
“La ley de pensión de alimentos carece absolutamente de perspectiva de género, porque los pone como una necesidad exclusiva del menor, como si el niño o niña fueran a administrar ese dinero. Lo ve como si la falta de ese dinero impactara directa y exclusivamente en ellos, pero es una precarización a la que las madres son sometidas, ellas como cuidadoras se hacen cargo de esas necesidades”, explican.
Ante la pregunta sobre las características que tendría que tener un modelo donde la principal fuerza para garantizar ese derecho sea la mujer, las abogadas aclararon que hoy en Chile este tema se vive como un “calvario individual”, donde la responsabilidad de que se cumpla esta obligación, recae sobre las mujeres. “El estándar de paternidad es bajísimo”, afirman, agregando que basta con que el padre mantenga con vida a su hijo o hija, para ser considerado buen padre y que esa visión está presente en las instituciones, a la hora de evaluar a los progenitores.
Vinculando esta discusión a temas constitucionales, las abogadas se refieren primero la urgencia de que el principio de igualdad – garantizado actualmente en esta constitución- se cumpla y no esté solo en el papel. También plantean la urgencia de gestar sistemas de cuidados, disponibles para todas y todos, para que no sean las mujeres las únicas en sostener ese trabajo, que hoy, no es reconocido como tal.
