BRAGA
Créditos: Foto de Ramón Monroy / Aton Chile
El conglomerado feminista fue inscrito legalmente en Servel el 14 de febrero del año 2020. Luego de casi un año de trayectoria, El pasado 15 de enero el Servicio Electoral aceptó la petición de desistimiento de la formación del primer partido feminista que se constituía luego de décadas en Chile.
Luego del estallido social y el movimiento levantado por Las Tesis, con su intervención “un violador en tu camino”, surge, inspirado por estos contextos, el Partido Alternativa Feminista (PAF). Este se creó a inicios de 2020 con la idea de participar activamente del plebiscito y más tarde del proceso constituyente. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, no querían ser solo un partido instrumental, sino que mantenerse y posicionarse en el tiempo. Estos anhelos, lamentablemente no lograron concretarse.
El 15 de enero del presente año el partido se disolvió oficialmente. “La tarea no fue fácil. El sistema político patriarcal se encargó de ponernos uno y otro obstáculo. La trágica pandemia se apoderó del mundo, de nuestro país y de nuestras vidas. Entre resistir, cuidarnos y cuidar a nuestras personas cercanas, enfrentar pérdidas de toda índole, el tiempo nos fue jugando en contra”, es parte del comunicado de desintegración que realizó el antiguo Partido Alternativa Feminista (PAF).
El conglomerado que buscaba trabajar en la defensa y apoyo a las víctimas de violencia de género, en contra de los femicidios, solidarizar con personas desprovistas de necesidades básicas, contribuir a que se aplique justicia en todos los ámbitos y decir no a la impunidad, fueron parte de las causas que motivaban y movilizaban al PAF.
En la carta abierta, el PAF advierte que algunos de los motivos de su división se relacionan con la pandemia, pero también con la falta de acuerdos. “Todas las dificultades de estos tiempos nos desgastaron inevitablemente las energías y el ánimo. Asimismo, el estrés y la urgencia nos jugaron malas pasadas, imposibilitando que pudiéramos hacer frente adecuadamente a discrepancias, desacuerdos, y a conciliar posiciones internas contrarias”.
“Lamentamos profundamente la disolución del PAF, en particular todas aquellas que hemos dado lo mejor de nosotras para llevar adelante este sueño de formar un partido feminista en Chile. Sabemos que muchas seguiremos en la lucha desde diversas perspectivas y esperamos que más temprano que tarde nos reencontremos luchando por nuestros objetivos”, finaliza la última intervención del partido antes de su desintegración.
