BRAGA
Mavic Cabrera Balleza es la fundadora y directora ejecutiva de la Global Network of Women Peacebuilders (GNWP). Asimismo representa el Pacto para las Mujeres, la Paz y la Seguridad y la Acción Humanitaria (MPS-AH) del Foro Generación Igualdad, impulsando acciones y recursos para acelerar el logro de la agenda del MPS-AH. Balleza prioriza la adaptación de los planes nacionales de acción centrados en las mujeres, la paz y la seguridad, así como la acción humanitaria con perspectiva de género, para garantizar que respondan a las necesidades de las comunidades locales y los grupos marginados.
¿Cómo ha repercutido la pandemia de COVID-19 en las mujeres, la paz y la seguridad y la acción humanitaria?
La pandemia de COVID-19 ha generado más crisis y conflictos. Ha agravado las causas profundas de los conflictos y las crisis, entre ellos, las desigualdades económicas, la inseguridad alimentaria y la falta de disponibilidad de servicios básicos sociales, como la atención médica y la educación. Y, desde luego, ha acentuado la desigualdad de género, que es una de las causas principales que desencadenan los conflictos. Las medidas de aislamiento impuestas durante la pandemia condujeron a un aumento sin precedentes de la violencia sexual y de género.
La pandemia provocó el estancamiento de la aplicación de los procesos de paz. Se suspendieron los planes de ejecución que exigen la participación de los organismos gubernamentales y las poblaciones locales, así como el uso de los recursos financieros. Se desviaron los fondos asignados a los programas de consolidación de la paz de muchas organizaciones de la sociedad civil para apoyar la respuesta sanitaria y humanitaria de emergencia.
La escasez de instalaciones médicas, vacunas y suministros ante las nuevas variantes de coronavirus demuestra que la pandemia seguirá afectando nuestras vidas, incluidos los esfuerzos de consolidación de la paz y la acción humanitaria.
¿Por qué es un momento crucial para acelerar el cumplimiento de los compromisos relacionados con las mujeres, la paz y la seguridad?
Al inicio de la pandemia, las mujeres y la comunidad de jóvenes que impulsan la consolidación de la paz estuvieron en la primera línea. Fueron las primeras personas en ir a las comunidades afectadas por conflictos, los campamentos de refugiadas y refugiados y los asentamientos para las personas desplazadas internas, con el objetivo de distribuir materiales de socorro e información concreta sobre cómo prevenir la propagación de la COVID-19. Sin embargo, siguen sin recibir el debido reconocimiento, la cantidad suficiente de fondos y son excluidas de los procesos de toma de decisiones. Para empeorar las cosas, son víctimas de ataques y represión por parte de Gobiernos autoritarios y grupos armados, que han aprovechado la crisis sanitaria mundial para adquirir más poder.
Este es un momento crítico para impulsar el cumplimiento de los compromisos del Pacto relacionados con las mujeres, la paz y la seguridad y la acción humanitaria. Para ello, el Pacto debe instar a las personas encargadas de formular políticas, en especial a los Gobiernos, a garantizar la participación de las mujeres y la juventud local en las negociaciones de paz y la ejecución de los acuerdos de paz, y relacionar los procesos formales e informales de paz. El Pacto debe asimismo cuestionar el sistema humanitario establecido desde hace tiempo para rediseñar la respuesta humanitaria, de modo que las poblaciones afectadas por las crisis no sigan siendo beneficiarias sin voz de los bienes y servicios de socorro, sino que estén capacitadas para participar en la toma de decisiones.
El Pacto debe colaborar con los donantes para que revisen sus políticas de financiación. Debemos promover y contribuir a la quintuplicación, como mínimo, de la asistencia directa destinada a las organizaciones locales de mujeres y jóvenes. Sumado a esto, debemos garantizar la financiación de los planes de acción locales y nacionales dirigidos a las mujeres, la paz y la seguridad, así como otros mecanismos nacionales relevantes sobre las mujeres, la paz y la seguridad y la acción humanitaria.
¿Cuáles son los cambios más urgentes que se necesitan en lo que respecta a las mujeres, la paz y la seguridad y la acción humanitaria, y por qué?
Las mujeres y la juventud local tienen una profunda comprensión de la situación de paz y seguridad en sus países, del género y las relaciones de poder y de sus necesidades humanitarias porque viven esta realidad todos los días. Cuando las poblaciones locales pueden definir la agenda humanitaria y de paz y seguridad, esta se vuelve inclusiva, participativa, intersectorial, y fomenta una sólida implicación (de las comunidades locales).
Debemos empoderar a las mujeres y la juventud local para que puedan elaborar y poner en práctica las respuestas humanitarias y los compromisos relacionados con las mujeres, la paz y la seguridad a fin de responder con eficacia a los conflictos violentos, la pandemia y otras crisis humanitarias. Para lograr este objetivo, las personas expertas deben transferir sus habilidades y conocimientos, y compartir sus recursos, de modo que las poblaciones locales puedan llevar adelante sus propias iniciativas. Al igual que el Pacto, debemos honrar la capacidad de acción, el compromiso y la pasión de las comunidades locales, y lograr que los Estados Miembros y la comunidad de donantes proporcionen fondos a los actores locales de una manera transparente y predecible.
¿Qué inspiró a la Global Network of Women Peacebuilders (GNWP) a convertirse en integrante de la Junta del Pacto para las Mujeres, la Paz y la Seguridad y la Acción Humanitaria?
Estamos cansadas, por un lado, de los crecientes niveles de conflicto, inseguridad para las mujeres y las niñas, y el gasto militar mundial y, por otro lado, de los interminables compromisos sin resultados tangibles. Ya transcurrieron veinte años desde que se aprobó la trascendental Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las mujeres, la paz y la seguridad, sin embargo, hemos logrado escasos progresos y estamos sufriendo un desgaste político.
GNWP desea que los Estados Miembros, las Naciones Unidas, las organizaciones regionales, el sector privado y la comunidad de donantes reconozcan, valoren y apoyen a la sociedad civil, incluso a través de la financiación. Queremos que los Gobiernos garanticen nuestra seguridad y protección, puesto que trabajamos juntos para transformar en acciones los compromisos de las últimas décadas. Por eso es importante la composición amplia y única del Pacto. Asegurará una visión del Pacto más inclusiva y audaz, pero realista, en los próximos cinco años.
En su opinión, ¿cuándo el Foro Generación Igualdad alcanza el éxito?
El Foro Generación Igualdad alcanza el éxito cuando la igualdad de género deja de ser un concepto o una política y se convierte en una realidad. Esto sólo será posible si quienes participamos activamente en el Foro salimos de nuestras burbujas, hablamos con las personas en la calle, en las escuelas, en las fábricas y las oficinas, en los supermercados, en los mercados, en las comunidades locales y explicamos lo que significa la igualdad de género. La mayoría de estas personas será probablemente la primera vez que oigan hablar de la igualdad de género, pero este sería nuestro primer indicador de éxito. Posteriormente deberíamos reforzar estas conversaciones iniciales con debates más profundos y acciones colectivas y transformadoras.
Para que esto suceda, como integrantes del Pacto y líderes de las Coaliciones para la Acción, debemos garantizar que las mujeres, las mujeres jóvenes, las niñas y la comunidad LGBTQI+ de todo el mundo, incluidas las personas que viven en situaciones afectadas por conflictos y crisis, tengan una participación significativa en los procesos de toma de decisiones sobre temas prioritarios del Foro Generación Igualdad. Esta es la única manera de asegurar que los resultados del Foro satisfagan sus prioridades y necesidades urgentes. Esto es lo que significa el éxito para mí.
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