Es una propuesta colectiva de mujeres mayores, resignificando las vejeces femeninas, visibilizando sus problemáticas y realidades. “Una forma que reivindica la vivencia de ser una mujer mayor incluyendo a estas mujeres en la lucha feminista”, explica la psicóloga y fundadora de GeroFeminismo Agnieszka Bozanic, en una conversación con El Mostrador Braga.
“Es una lucha persistente por su vejez, por tu vejez, por mi vejez”. “Es un activismo por las viejas de hoy y el futuro próximo y lejano”. “Ofrece a la mujer la posibilidad de elegir el rumbo de su vida, tomando sus propias decisiones y luchando contra la violencia y la discriminación”. Estas son algunas de las definiciones de activistas pertenecientes a la Red GeroFeminista Latinoamericana, agrupación compuesta por profesionales dedicadas a la gerontología, y que tiene por objetivo reivindicar las vejeces femeninas.
El feminismo tiene variadas ramas pero un mismo objetivo: la igualdad entre géneros y el fin a la violencia. Una de estas subdivisiones que tiene esta lucha es el gerofeminismo. “Ser mujer en este mundo es una experiencia particular. La violencia patriarcal capitalista nos maltrata día a día por su modelo político económico y social que secundariza y precariza la vida de las mujeres, especialmente la de las mayores”, indica el manifiesto de GeroFeminista Latinoamericana.
Gero proviene de la palabra gerontología, es decir, envejecimiento, por lo que al sumar el feminismo, indica esta demanda histórica de las mujeres mayores de 60 años contra las violencias patriarcales, pero, ¿en qué consiste? Para la psicóloga y fundadora de GeroActivismo, Agnieszka Bozanic, es una corriente contrahegemónica que considera la reivindicación de lo que es ser una mujer mayor “exponiendo cuáles son las discriminaciones a las que están enfrentadas, especialmente en la sociedad latinoamericana”.
GeroActivismo y GeroFeminismo son una unión que trabajan en conjunto que poseen tres pilares fundamentales: anticapitalista, intergeneracional e interseccional. Además es “una forma de feminismo que reivindica la vivencia de ser una mujer mayor incluyendo a estas mujeres en la lucha feminista (…) un feminismo con tintes gerontológicos que visibilice las demandas y necesidades particulares de las mujeres mayores”, señalan desde el movimiento Red GeroFeminista Latinoamericana.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), entre 2010 y 2030, la cantidad de personas mayores en esta región se duplicará, de 58,57 millones a 119,67 millones. En tanto ya para el 2050, alcanzará la cifra de 195,87 millones, lo que significa que el 25% de la población de Latinoamérica será adulto mayor, por lo que los Estados deben comenzar a garantizar bienestar para llegar a la vejez digna.
Para Agnieszka lo primero que se debe hacer es enfocar a las personas mayores como parte de los derechos humanos, siendo sujetos de derechos y no como objetos de caridad. Afirma que el proceso constituyente es una oportunidad para “cambiarlo todo”, modificando la visión paternalista y “condescendiente que se tiene en las personas mayores. Hay una mirada muy suscrita de que a las personas mayores hay que cuidarlas”, indicó la psicóloga.
Además, la experta añade que tanto las y los constituyentes como los actuales candidatos al puesto presidencial, no tienen a las y los mayores como un “ítem importante” para una discusión edadista. “Las propuestas no tienen un enfoque gerontológico crítico ni un abordaje intersectorial ni interseccional, porque cuando hablamos de feminismo se piensa en otras demandas, pero no hay otras temáticas acerca de las mujeres mayores. La mirada está suscrita a que las personas mayores hay que cuidarlas”.
Asimismo, indica que se necesita de manera urgente una visibilización de las mujeres mayores, nombrarlas como “niñas, mujeres y mujeres mayores”, para así poder mostrarlas como personas que pertenecen a una sociedad. “El Estado de Chile perpetra estas discriminaciones específicamente en mujeres mayores”, con la falta de políticas públicas, no solo sociales, como la falta de protección; la económica con las pensiones dignas; la salud con el difícil acceso a horas médicas, especialistas y medicamentos, sino también hablar de sexualidad desde un punto intergeneracional.
Además, la especialista agrega que la nueva Constitución debe ser feminista, y dentro de ese concepto se vean las distintas intersecciones que tiene el feminismo. “Pensar cómo derribar el viejismo machista para que finalmente estas mujeres puedan vivir en libertad y dignidad, pensando en que las adultas de hoy seremos las mayores del mañana”, indicó.
Una de las consagraciones que la nueva Constitución debe garantizar son los tratados que se emitieron desde la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, instancia que surgió en 2015, único instrumento interamericano e internacional que protege los derechos de las personas mayores. En el se define la no discriminación por razones de edad, derecho a una vida digna, derecho a la propiedad, reconocimiento como persona ante la ley, derecho a la accesibilidad y movilidad personal, derecho al consentimiento libre e informado sobre su salud, entre otros.
“Es difícil para una generación que no está familiarizada con estos temas. Una generación que muchas veces no se autopercibe como víctimas de violencia psicológica”, por ello, para Agnieszka es importante que las mujeres feministas jóvenes ayuden a contribuir en abrir los espacios para las mayores, pero que ellas tengan el protagonismo.
A nivel latinoamericano existen diversos grupos de mujeres mayores que son parte de grupos feministas que funcionan de manera articulada en la Red GeroFeminista Iberoamericano: “La Revolución de las Viejas” en Argentina, “Las Lideresas de Villaverde” en España o “Matriarcas Australes” en Chile. Esta última se formó en Magallanes, en donde su objetivo es visibilizar con una mirada positiva, feminista y de derechos humanos.
Otro elemento que llevó a mostrar a las mujeres mayores fue la performance que realizó el grupo Las Tesis Senior en 2019, evento que las llevó a rebelarse contra la violencia patriarcal. “Aquí se mostró y dijeron `aquí estoy, las mujeres mayores existen y somos poderosas´, por lo que es muy importante verlo desde una mirada de diferentes edades”, en donde todas las mujeres deben ser parte de esta lucha contra las violencias, las niñas, las mujeres y las mujeres mayores.