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Repensar el rol de primera dama: la invitación de Irina Karamanos a «quebrar» los estereotipos BRAGA Créditos: Foto de Frente Feminista Convergencia Social

Repensar el rol de primera dama: la invitación de Irina Karamanos a «quebrar» los estereotipos

Irina Karamanos, cientista social y actual presidenta nacional del Frente Feminista de Convergencia Social (CS), «no irrumpe en la escena pública con la intencionalidad de romper estereotipos –según analistas del feminismo–, ella los quiebra porque la generación de mujeres militantes los quebramos hace mucho tiempo”. Para saber cómo ha sido la representación de las primeras damas en la política latinoamericana y cuáles son las expectativas del cargo, conversaron con El Mostrador Braga la doctora en Ciencias Políticas e investigadora sobre mujeres en política en América Latina, Carolina Guerrero, y la militante del señalado Frente Feminista de CS, Camila Arenas.


De profesión cientista social y actual presidenta nacional del Frente Feminista de Convergencia Social (CS), Irina Karamanos ha estado estas últimas semanas en la palestra al ser también la pareja del Presidente electo Gabriel Boric. y por manifestar como una necesidad el repensar, dados los tiempos actuales, el rol de la primera dama de la nación.

Ser primera dama ha sido clásicamente comprendido como un cargo protocolar, asociado a las esposas de los presidentes, y además con el componente de «una tendencia a invisibilizar la trayectoria política de las mujeres y tratar a las primeras damas como simples delegadas del Presidente”, según comenta en esta nota la doctora en ciencias políticas Carolina Guerrero.

En este sentido, el cargo de primera dama es parte de la tradición, un poder simbólico que no está establecido bajo ninguna ley, pero que existe en la mayoría de los países con regímenes presidencialistas. Sus orígenes se localizan en Estados Unidos, desde donde se popularizó hacia América Latina. Sin embargo, el origen real de la “first lady” no se conoce con exactitud, así como tampoco los roles que esta mujer debe cumplir.

La militante del Frente Feminista de Convergencia Social, Camila Arenas, señala en esta conversación con El Mostrador Braga que “es importante recalcar que Irina no irrumpe en la escena pública con la intencionalidad de romper estereotipos, ella los quiebra porque la generación de mujeres militantes los quebramos hace mucho tiempo”.

La figura histórica de las primeras damas en Chile

“Compañía oficial del Presidente en eventos protocolares”, “primera mujer de la república”, “encargada de roles sociales”, “siempre sonriente a pesar de las crisis”, son algunas de las representaciones que han asignadas típicamente a la figura conocida como “primera dama”, pero lo cierto es que estas son parte de un imaginario construido por las elites políticas y que ha sido transmitido de esta forma casi incuestionablemente de generación en generación.

Así lo asegura la investigadora en primeras damas en América Latina, Carolina Guerrero: “En una investigación que realizamos con Ignacio Arana, evidenciamos que las primeras damas pueden tener una gran influencia como miembros de la élite política. Su participación en el Gobierno influye en la percepción y desempeño de este.  Descubrimos que los analistas y los medios de comunicación, así como los políticos rivales, solían describir a las ex primeras damas que se presentaban a elecciones como sustitutas de un presidente masculino saliente o anterior. Los críticos insinuaron que estas mujeres carecían de independencia”.

“Sin embargo, en un artículo de próxima aparición, argumentamos que no es así. Que hay primeras damas que tienen una trayectoria política previa al momento de asumir el cargo y otras que no. Las mujeres que habían sido elegidas previamente para un cargo político tendían a utilizar el papel de primera dama como plataforma para mejorar sus carreras, ya que, como políticas, era más probable que se presentaran de nuevo a las elecciones, y que lo hicieran tan pronto como dejaran el Poder Ejecutivo”, manifiesta.

Pero los tiempos han cambiado y esta clásica figura ha entrado en cuestión entre la opinión pública. El Gobierno del recién electo Presidente Gabriel Boric se ha declarado como uno feminista y paritario, por tanto, estos nuevos aires serán parte de toda su planificación y el cargo de primera dama no será la excepción. “No dependemos de nuestras parejas ni trabajamos al alero de ellos sino con ellos, esa diferencia es muy significativa, somos pareja, somos compañeros parte de proyectos colectivos”, dice la militante del Frente Feminista, Camila Arenas, para introducir su opinión sobre la reivindicación de género en los vínculos afectivos y la reinvención que tendrá este rol, según las conversaciones que se han generado al interior del partido.

“Irina no es menos militante que Gabriel ni es menos importante que él en su gestión, de hecho, tiene una encargatura muy crucial. Es parte del comité central, de la elaboración y de las decisiones más importantes que se toman en el partido, ella es parte de ese espacio y, sin entrar en nada personal de su vida, es una profesional que estudió en Alemania, que ha tenido trabajos muy interesantes que siempre han estado ligados a lo político sin ningún tipo de pitutos, ella no proviene de ninguna familia de políticos ni de familias aristócratas tradicionales chilenas, por lo tanto, es una militante de base que, a propósito de su capacidad de liderazgo, ha tenido distintos cargos en los espacios donde ha trabajado políticamente”, explica.

Este sería uno de los puntos clave que hoy hacen tan relevante la figura de Irina Karamanos, la pareja del presidente y que, con 32 años, cuenta con una destacada formación tanto académica como política y que, pese a ser la “novia del Presidente”, ha hecho pasar por alto tan puntual detalle.

Ajustada a los tiempos

En el contexto chileno, las primeras damas se han encargado de cumplir tareas relacionadas con las fundaciones de la Presidencia, dirigiendo y acompañando programas sociales de distinta naturaleza. En este sentido, ¿este tipo de tareas podrían estar relacionadas con los estereotipos de género?

En la opinión de Guerrero, “hay sesgos de género en ciertas labores o programas liderados por las primeras damas, pero no todas han sido así, algunas han trabajado en temas no tradicionales, como Hillary Clinton, por ejemplo, que estuvo a cargo de la reforma de salud”, indica, al tiempo que aclara que “las primeras damas no necesariamente por ser mujeres van a promover una agenda pro-mujer”.

En este sentido, Arenas opina que “lo importante es salir de la lógica de que se entrega a las esposas de los presidentes una lista de tareas con las que deben cumplir, por tanto, la transformación que se pretende alcanzar tiene que ver justamente con eso, con que no se asuma que estas mujeres son un complemento, sino que tienen la posibilidad de abordar políticamente ese rol e ir más allá del estereotipo de esta mujer que acompaña, sino más bien de una persona que trabaja en gestión política y tiene poder de decisión”.

Escenario que parece viable para Carolina Guerrero, puesto que “como el cargo no está regulado legalmente en ningún país, existe espacio para realizar cambios graduales más acordes con los nuevos tiempos. Algunas primeras damas en Latinoamérica y Estados Unidos han resignificado y repensado el cargo, dándole un sello personal”.

El sello personal de Irina viene dado por su experiencia profesional y participación clave en la fundación del partido Convergencia Social. “Fue una de las firmas de fundación del partido y fue electa encargada nacional y parte del comité central del Frente Feminista de CS, por lo tanto, tiene un cargo muy relevante en nuestro partido. Además, es una de las precursoras de ‘Abre caminos’, programa impulsado por el partido que se encarga de la promoción de mujeres y disidencias en política para que estén en dirigencias políticas”, expone Arenas.

Y destaca que “lo primero es que ella es una militante activa que tiene un cargo que no fue otorgado por ser la pareja de Gabriel y, más que eso, su desempeño en política no tiene nada que ver con la pareja que tenga actualmente o que haya tenido antes, eso es muy relevante. Es una militante activa que va a seguir trabajando activamente como elaboradora de políticas desde su propio ejercicio y eso es muy significativo”.

Expectantes al cambio y las tareas infaltables

Sobre las posibilidades de resignificación del cargo, Guerrero comenta que en otros países se han dado casos excepcionales en que las primeras damas han mantenido sus trabajos. “La actual primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, sigue trabajando como profesora. Es un cargo político con mucho simbolismo y, por lo tanto, no es rígido, ha ido cambiando y puede seguir cambiando en el tiempo, dentro de los límites de acción ya existentes”.

Pese a esto e independientemente de los nuevos aires que la feminista líder de Convergencia Social traiga al mandato de Boric, existen estándares en la región que deberá cumplir, pues “las similitudes con América Latina respecto del rol de la primera dama son grandes. Si bien existen matices en cuanto a recursos, atribuciones y actividades que tienen, hay características comunes que permiten compararlas. Además, hay instancias de coordinación regional, por ejemplo, en la Cumbre de las Américas, Cumbre de Primeras Damas o visitas oficiales, que permiten un actuar conjunto de las primeras damas y aprender de las buenas prácticas que ocurren en otros países. Esos espacios de intercambio son muy importantes, porque no solo permiten conocer otras políticas públicas, sino que también son espacios que permiten movilizar cambios y un actuar conjunto en temáticas comunes”, finaliza.

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