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Fernanda Namur, autora de ‘‘No hay sabor que no me recuerde a ti’’: ‘‘Cuando una mujer cocina es su pega, pero cuando un hombre lo hace es arte’’ BRAGA

Fernanda Namur, autora de ‘‘No hay sabor que no me recuerde a ti’’: ‘‘Cuando una mujer cocina es su pega, pero cuando un hombre lo hace es arte’’

Valentina Paredes
Por : Valentina Paredes Periodista en El Mostrador Braga
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Más de diez cuentos relatados desde diversas narrativas, componen «No hay sabor que no me recuerde a ti», el libro de la psicóloga feminista, Fernanda Namur, más conocida en redes sociales como @lachanchavegana. El texto aborda cómo la comida, un elemento cotidiano de nuestro día a día, es también algo fundamental en la construcción de nuestra propia identidad. En conversación con El Mostrador Braga, la autora explica estas relaciones históricas que las mujeres hemos desarrollado con los alimentos, la que desde siempre se ha visto cuestionada. ‘‘Es distinta la posición de las mujeres con la comida, y no solo desde el concepto de cuando las mujeres comemos, sino cuando somos nosotras las que preparamos’’.


Cuántas veces te has detenido a pensar en la comida que te preparaba tu abuela cuando ibas a visitarle de niña, o en el sabor de ese chocolate que probaste para pasar las penas del primer corazón roto. Muchas veces lo vemos como algo superficial, pero la comida también forma parte importante de nuestra identidad. 

Esa es la principal premisa de No hay sabor que no me recuerde a ti, el nuevo libro de la psicóloga Fernanda Namur, más conocida en redes sociales como @lachanchavegana. El texto, publicado por Editorial Planeta, aborda cómo temas relacionados con el amor libre, migración y estereotipos de género están íntimamente conectados con los alimentos. 

A través de más de diez cuentos y relatos, la autora muestra como la comida puede formar una relación estrecha con los diversos sentimientos que experimentamos en las diversas etapas de nuestra vida: nostalgia, amor, incertidumbre, desamor, entre otros. 

‘‘No es la sopa que te hacía tu abuela o tu vovó, pero es de esas sopas que nunca fallan cuando necesitas reponerte. Hay gente que logra apreciarla por lo maravillosa que es, pero otros solo la recuerdan cuando necesitan sanar’’, escribe Namur entre sus páginas. 

Según cuenta Fernanda Namur en conversación con El Mostrador Braga, su relación con la comida, más allá de verla como una acción básica que debemos realizar en el día a día, siempre la tuvo presente. Lo que la llevó a integrarla en espacios más personales, como el activismo. 

‘‘Siento que desde siempre tuve esa conexión íntima con la comida, lo que también explica un poco el por qué es una pasión que mantengo hasta el día de hoy, por qué es tan importante para mí, por qué veo el activismo detrás de la comida’’. 

Ojos que te juzgan

‘‘Ustedes, ¿a qué le tienen miedo? Se siente ridículo, pero por muchísimo tiempo le tuve miedo a la comida, Un miedo obsesivo que derivaba de un miedo a mi propio cuerpo. Puedo contar con los dedos de una mano los momentos en los que he dejado de pensar en mi cuerpo’’

Así inicia Ana, uno de los relatos que componen el texto y que aborda sobre cómo es vivir con un trastorno de conducta alimentaria (TCA). Según cuenta Namur, aunque los cuentos corresponden a ficción gran parte de ellos tienen pizcas de la propia vida de Fernanda. 

‘‘Hay mucho de mí en los cuentos, es muy difícil escribir de TCA sin haberlo experimentado y efectivamente es algo con lo que uno vive realmente. Al final uno puede pasar por episodios, pero la verdad es que es difícil sanarse en un 100%’’, relata la autora. 

Según opina la escritora, esta relación con la comida que no es sana, es algo que lamentablemente se puede ver en la mayoría de las mujeres. Esto tiene que ver muchas veces con los juicios a los que desde temprana edad se ven expuestas las niñas. 

‘‘Se espera de nosotras que creemos comida, que mantengamos nuestras tradiciones, que alimentemos al resto, pero la forma en la que nosotras comemos siempre va a ser cuestionada. ¿Cuánto comemos? ¿Qué comemos? ¿Qué no comemos?’’, sostiene Namur. 

‘‘Cuando las mujeres comemos, se siente como que tenemos 100 ojos encima, y esos ojos no perdonan nada’’, indica. 

Otro punto que destaca la creadora de contenido, se refiere a la posición que las mujeres también deben asumir en la cocina. Esta figura de madre/abuela/cuidadora, que sí o sí debe cocinar bien y sabroso para alimentar a toda su familia, es una construcción histórica realizada con base en estereotipos de género que ligan a la mujer al ámbito privado, situación contraria con los varones. 

‘‘Es distinta la posición de las mujeres con la comida, y no solo desde el concepto de cuando las mujeres comemos, sino cuando somos nosotras las que preparamos’’, explica Fernanda Namur, ‘‘pasan cosas súper curiosas, porque cuando una mujer cocina es su pega, pero cuando un hombre lo hace es arte. Para la mujer es un deber cocinar, mientras que para un hombre es un talento’’, agrega. 

Fernanda se declara abiertamente como feminista y queer, y espera que de la mano de esta expansión de grupos que abogan por nuevas miradas más inclusivas, pueda haber una evolución del panorama respecto a las mujeres y su relación con los alimentos. 

‘‘Me encantaría conocer al menos a una mujer que tenga una relación 100% sana con la comida. Espero que ahora estas nuevas generaciones de mujeres no sientan esos ojos permanentes, como tipo foco mirándote, cuanto te sirves hasta una manzana, porque una se siente juzgada hasta por comerse una manzana’’.

Escribir desde la intimidad

La cuenta @lachanchavegana, en donde Fernanda sube diversas recetas y tips de cocina, acumula más de 200 mil seguidores. Desde recetas tradicionales convertidas en aptas para quienes no consumen productos de origen animal, hasta preparaciones nuevas e innovadoras, son algunos de los post que ensalzan el feed. 

Aunque este espacio es una de las pasiones que acompañan la vida de Fernanda, la literatura y las letras también son un ingrediente infaltable para ella desde pequeña. ‘‘Siempre me ha gustado muchísimo escribir, es un sueño. Incluso en su momento dije que quería estudiar literatura, porque en verdad mi meta siempre había sido escribir’’, cuenta Fernanda entre risas. 

Su interés por los libros relacionados con fantasía y ficción formaron su personalidad y experiencias.  Según cuenta, libros como Harry Potter o Como agua para chocolate, son lecturas que la llevaron a ella misma aventurarse en este proceso. 

Con esta inspiración decidió escribir su primer libro No hay sabor que no me recuerde a ti, y así mediante relatos de ficción, plasmar cómo la comida puede impactar de diversas maneras la vida de una o muchas personas. 

‘Este libro me permitió escribir desde este aspecto íntimo de la comida, las sensaciones que te provoca, los recuerdos que están asociados, a través de ahí se hace esta mirada personal en cuentos cortos a través de la comida con distintos narradores’’, señala. 

La autora explica que al momento de empezar su proyecto literario, su intención fue construir estos relatos ficticios y desde diversas veredas encarnar lo que la comida puede provocar de manera diaria. Todo esto, acompañado de distintas recetas que nos enseñan no solamente a preparar un platillo, sino el valor emocional qué podemos encontrar detrás de estos. 

‘‘Te asomas en distintas ventanas y en esa ventana, ves un momento de un tiempo. Quería relatar cosas cotidianas. Yo quería mostrar lo que la comida te causa un día a día’’.

Por último, Fernanda Namur explica que este libro fue creado desde la visión de lo que a ella le hubiera gustado leer cuando era menor y ayudarla a comprender cómo funciona el mundo, ‘‘qué es lo que me espera la vida adulta o cómo fueron los amores adolescentes, que en ese momento yo pensaba que eran como todo y después me di cuenta de que no. Escribí un libro para mí y me llevé la grata sorpresa de que otras personas resultaron verse en ella’’.

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