Publicidad
María Francisca Valenzuela, autora de Maldito amor: “Hay otras feministas que problematizan el amor romántico y es hora que el feminismo desarrolle más esta vereda” BRAGA Créditos: María Francisca Valenzuela vía Instagram

María Francisca Valenzuela, autora de Maldito amor: “Hay otras feministas que problematizan el amor romántico y es hora que el feminismo desarrolle más esta vereda”

Antonia Sepúlveda
Por : Antonia Sepúlveda Periodista en El Mostrador Braga.
Ver Más

Conocida en redes sociales como @franciscalafeminista, Valenzuela es licenciada en sociología, experta en temáticas sobre igualdad de género y derechos de las mujeres y las niñas. Con 10 años de experiencia en el feminismo, luego de sus inicios como activista y tras haber fundado y presidido el Observatorio Contra el Acoso de Chile (OCAC), se dedicó a trabajar como especialista en violencia de género en ONU Mujeres. En paralelo, en 2019 comenzó a incursionar en el mundo de las relaciones sexo-afectivas y los impactos que estas tienen en la vida de las mujeres. Desde entonces, dedica sus redes sociales a compartir reflexiones críticas sobre el amor romántico. “En Chile hay muchas feministas muy potentes, hay muchas mujeres también convencidas de lo mucho que tenemos que seguir avanzando, así que se viene un 8M, espero, igualmente recargado, recordando a todas las mujeres que en ese día especial siempre reflexionemos sobre lo que nos falta, sobre nuestros derechos y obviamente estemos de la vereda de poder cambiar esta realidad”, comentó María Francisca Valenzuela en conversación con El Mostrador Braga.


Debido a su activismo en redes sociales, Francisca reconoció la profunda necesidad de repensar el amor que aprendemos, para así generar estrategias desde el feminismo y construir vínculos amorosos desde la igualdad. Hoy también realiza charlas y talleres con mujeres, en los que rescata la importancia de socializar las experiencias personales románticas como saberes políticos, públicos y como una de las bases para la transformación hacia el amor compañero.

Su primer libro, Maldito amor. Del amor romántico al compañerismo amoroso, de la mano de editorial Planeta, nos introduce en el concepto de amor romántico y lo desmenuza para mostrarnos que “aquella experiencia y sentimiento que siempre se nos ha enseñado como algo tan bueno y lindo, puede ponernos en un lugar de extrema desigualdad”.

Maldito amor es un llamado a todas aquellas mujeres que alguna vez cayeron –o aún están– en una relación dañina, y a quienes tienen dudas respecto a cómo se relacionan, para pensar el amor desde el feminismo. Invita a reflexionar críticamente para proponernos una alternativa de amor que se sustenta en la construcción de un espacio seguro, basado en la reciprocidad, la confianza, la empatía y el buen trato. “Un amor que crea en nuestra libertad y en la posibilidad de ser quienes queramos ser”.

—Como activista y fundadora del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC), y a días de una nueva conmemoración del 8M, ¿qué balance haces en cuanto a los avances de la agenda feminista durante estos últimos años? ¿Qué demandas crees que deberían tener mayor urgencia? 

—Bueno, pienso que es un recordatorio a que las activistas nunca tenemos que bajar los brazos, desafortunadamente, a veces cuando baja un poco la presencia de las feministas, el machismo vuelve a reactivarse, eso sucede y ha sucedido históricamente, no es un escenario inédito ante esta situación, por lo tanto, creo que es un importante recordatorio a todas las mujeres feministas, a todas las activistas, a todas las que trabajamos por la igualdad de género, a que recordemos cuáles son las banderas de lucha que nos han organizado durante los últimos años e históricamente y que todavía los cambios son urgentes. Uno de los temas fundamentales es el empoderamiento económico de las mujeres, en donde todavía tenemos un desafío fundamental en temas de empleo, ingreso, autonomía económica, etc. Es muy importante relevar el tema de los cuidados, la corresponsabilidad, en el fondo, la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es también una forma desproporcionada de trabajo que ha significado que no podamos incorporarnos laboralmente de igual manera.

En Chile hay muchas feministas muy potentes, hay muchas mujeres también convencidas de lo mucho que tenemos que seguir avanzando, así que se viene un 8M, espero, igualmente recargado, recordando a todas las mujeres que en ese día especial siempre reflexionemos sobre lo que nos falta, sobre nuestros derechos y obviamente estemos de la vereda de poder cambiar esta realidad.

—Cuéntame un poco de dónde surge la idea de escribir este libro y sobre todo, esta temática.

—Hablar de la inspiración de Maldito amor se remite mucho la historia personal de las mujeres, y la mía en particular. Creo que es importante destacar que este libro no viene escrito desde la superioridad de la experiencia amorosa, o decir que yo tengo la verdad y la receta, sino que todo lo contrario, viene desde un espacio de crítica feminista que partió por mí misma, por haberme dado cuenta que el feminismo me dio un remesón en la manera en que yo vivía lo romántico, lo amoroso, y cómo sentía que eso me estaba perjudicando en mi desarrollo como mujer. A partir de eso, como toda feminista también, empecé a darme cuenta de que ese desarrollo no era solamente algo mío, sino que era una experiencia muy compartida por otras mujeres, por otras amigas. Me empecé a dar cuenta que lo amoroso era un tema tan fundamental, tan determinante en nuestras vidas, que la manera en la que vivíamos esta experiencia era una contribución directa a la desigualdad por la que tanto lucho. Lo cuento un poco al principio del libro, más o menos terminando mi década de los 20, me empecé a dar cuenta que yo era una adicta al amor, que yo necesitaba de esa emoción romántica, y que en esa necesidad me exponía a situaciones que, sentía, no estaban de la vereda de los derechos de las mujeres o de seguir avanzando en este tema. Así surgió la idea del libro, mi inspiración original es haberme visto yo misma atrapada en algo y decir “me hubiera gustado transmitirme a mí misma este mensaje o haber aprendido cosas que estoy aprendiendo comenzando los 30”. Empecé a escribir tips en Instagram y me di cuenta de que ya no solamente me hacían sentido a mí, sino que le hacían sentido muchísimas mujeres. Tampoco era un tema nuevo, otras feministas lo han abordado y también en Chile hay otras feministas que lo problematizan y es hora que el feminismo desde Chile desarrolle más esta vereda, así que feliz si puedo aportar en esa discusión.

—Y desde esta perspectiva, considerarías, por ejemplo, que quizás las aplicaciones como Tinder o Grindr, cualquiera de estas aplicaciones de citas que existen, ¿vienen un poco a seguir perpetuando este modelo de amor romántico?

—Es importante aclarar que el libro tampoco busca demonizar la idea de vivir el romance o de darte la oportunidad de tener pareja, de querer buscar ser feliz con ellos, sino que lo que critica es la educación que hemos recibido en torno a eso como un objetivo tan determinante en nuestra vida, como algo que nos defina, que dejamos que incluso determine nuestro valor, qué cosas estamos depositando en esas otras personas cuando pensamos lo romántico. Entonces, creo que las aplicaciones de citas en el fondo son una herramienta y que dependiendo de cómo estamos aprendiendo ese romance las vamos a usar, quizás el cómo se están pensando estas aplicaciones puede perfectamente que estén mediadas por ese componente. Por ejemplo, hay aplicaciones como Bumble, en donde la mujer es la que tiene que hablar primero; y en verdad yo no entiendo mucho el por qué, finalmente estamos replicando la lógica de que el hombre propone y la mujer dispone, que es como este modelo bien clásico y machista, claramente todavía se replica este modelo más tradicional y creo que estamos en un plano en donde podemos empezar a hacer un poquito más críticos al respecto. Considero que lo que está bien normalizar es la posibilidad de vivir el amor de múltiples maneras o que se empiece a transparentar el hecho de que una mujer no solo busca encontrar el amor de su vida, sino que también puede querer pasarlo bien. Esa predisposición a creer que las mujeres están buscando pareja para terminar en una relación estable es un juicio o un estereotipo de género súper tradicional, que creo que si las aplicaciones abren el espacio para romper eso, genial 

—Me gusta la propuesta del amor compañero o este compañerismo amoroso, ¿podrías explicar este concepto para la gente que no ha leído aún el libro?

—Las principales reflexiones que hice fueron a partir del tipo de amor que realmente me gustaría construir. Ahora, destaco que esto no es nuevo, las primeras definiciones de compañerismo amoroso las saqué de una columna que escribió Coral Herrera, que fue de las primeras feministas que problematizó en Hispanoamérica el tema del amor romántico, y ella habla específicamente de lo que significa avanzar hacia el compañerismo amoroso. Para mí construir compañerismo amoroso, a diferencia del amor romántico, que está tan mediado por el machismo y otras lógicas de dominación; es romper estas lógicas de competencia de dominación, construyendo desde la libertad, desde la igualdad, con principios basados en la empatía, el respeto, la buena disposición y la admiración mutua; abandonar lógicas que nos hacen desiguales, cuestionar el machismo presente en nuestras relaciones, cuestionar todas las formas de discriminación que nos puedan hacer desiguales en un vínculo sexo afectivo. Eso es el compañerismo amoroso, y también es muy importante el tema de la reciprocidad, el compañerismo amoroso también está muy repleto de responsabilidad afectiva, lo que hago sentir en la otra persona, cómo la hago sentir, si realmente me importa si la otra persona es feliz a mi lado, también me preocupa su vida, sus intereses, respetar sus libertades, y que seamos dos libertades que se juntan. No es como que alguien coloniza la vida del otro o que la otra persona no puede hacer su vida por tener una relación, que también es una lógica muy común del amor romántico. Es decir, de qué manera estamos pensando el amor y cómo el compañerismo amoroso busca también el respeto por esos proyectos tuyos por poder vivir tu vida, pero además construir este proyecto de manera compañera.

Y sobre la responsabilidad afectiva que tú misma nombras, un concepto que se ha tomado las redes sociales. ¿Cómo practicar una responsabilidad afectiva, emocional, con tu pareja?

—Para mí la responsabilidad afectiva tiene que estar presente en todos los vínculos que tú generas en la vida, pero en el mundo sexo afectivo quiere decir que tienes que hacerte cargo de los vínculos sexo afectivos que generas. Cada quien tiene una vivencia emocional distinta y reconocer eso es el primer paso para entender que, por ejemplo, si para ti un encuentro te dio lo mismo, pero a la otra persona no, no quiere decir que el encuentro dé lo mismo, quiere decir que a ti te dió lo mismo, pero la otra persona sí le importa y tú tienes que abrir espacio al reconocimiento de la emoción de la otra persona. Primero, tiene que ver con el reconocimiento emocional, segundo, es hacerte responsable de las emociones que tú puedes generar en otras personas con tus actos, basado en la empatía; yo escucho, entiendo, no invalido, yo te escucho si hay algo por lo que me tengo que disculpar. La responsabilidad afectiva también es una invitación a abandonar el egoísmo.

—¿Cómo re-educar a las nuevas generaciones para implementar estas nuevas formas de amar, y también entender, que el amor de pareja no es el único amor válido en nuestras vidas?

Creo que hablar de educación emocional en educación sexual integral sería maravilloso, y una de las principales cosas en las que hay que reeducar es esta idea de que el amor romántico te soluciona todo y que es el amor más importante, sería genial que se incorporaran en la línea de la educación sexual integral, pero si no, probablemente si hay alguna persona, algún docente que le gustaría explorar estos temas, me gustaría transmitirles el mensaje de que es muy importante que empecemos a romper con esta idea, porque también ponemos exigencias en los vínculos amorosos, que no son reales. Una pareja amorosa no te va a solucionar todo, no te va a responder a todas tus necesidades. Muchas veces la amistad también son amores y no porque no sean románticos no aportan de la misma manera, las amigas te salvan también, a veces personas de tu familia también son grandes amores, porque hay amor, hay sentimientos, hay vivencia de amor, puede que no sea romántica obviamente, pero no por eso va a ser menos legítima. Entonces de qué manera mis redes, mi entorno también, lo entiendo como parte del amor de mi vida, de los amores, del sentimiento amoroso, y puedo entregarle otros niveles desde el reconocimiento, del saber que también les tengo que dar tiempo, que también tengo que cultivar eso. Eso también obviamente va a ayudar a romper las lógicas de dependencia, hay muchos jóvenes que se meten en relaciones tóxicas con niveles de dependencia terribles, donde en realidad están todo el día pegados, se hacen daño, no se separan, se aíslan de sus grupos, de las amistades que tenían, etc. Todavía tenemos estos discursos de “se puso a pololear y no lo vimos nunca más”, por ejemplo, entonces de qué manera el amor jerárquico se puede transformar en algo nocivo, para poder cultivar otros vínculos que también pueden ayudar a nuestro desarrollo como persona y que podemos pensar el amor como una red, que eso lo dice Brigitte Vasallo, esa idea de entender  mi red como parte de mi amor.

—A propósito de todo el drama que ha generado en redes sociales la relación de cierto cantante urbano nacional con una menor de edad, el “amiga date cuenta” se ha vuelto a posicionar dentro del debate, tú misma en el libro hablas sobre por qué esta frase, en realidad, podría ser hasta contraproducente para quienes viven relaciones de abuso, ¿de qué forma podemos apoyar a niñas o mujeres que se encuentran viviendo relaciones tóxicas sin caer en paternalismos ni responsabilizarlas de lo que están viviendo?

Lo menciono en el libro y creo que también viene desde una vivencia personal, el “amiga date cuenta” puede que algunas veces aplica, pero en lo general, las mujeres no son personas que no se dan cuenta, o sea, no es como que están viviendo una burbuja y no se dan cuenta que están viviendo algo malo, dañino. Empecemos a romper esa idea y que muchas veces la gente lo dice una manera muy mala y muy violenta, que es como que las mujeres son tontas. Las mujeres no son tontas, cuando tú te involucras en una relación donde hay desigualdad de poder, como por ejemplo, las diferencias de edad, hay una jerarquía que ejerce cierto grado de desigualdad, poder y control. Si esto tú lo combinas con factores socioeconómicos, como por ejemplo, que la otra persona tiene mucho poder adquisitivo y la otra no, también genera otras variables de desigualdad. Si combinas estas cosas juntas, digamos, es una bomba, que lo único que puede hacer es generar situaciones de dependencia, donde la otra persona probablemente tiene mucho más control cuando se tiene más años, tiene más control sobre una persona que tienes menos experiencia. Yo siempre digo que de alguien más chico no dudo, dudo más de la persona grande, porque hay conciencia, hay brechas y tenemos que saber hacernos cargo en reconocer que eso existe. Ahora, qué pasa con las personas que están viviendo relaciones complejas, que no están logrando salir de estas relaciones; creo que lo primero es abrir espacios de confianza y redes de apoyo que sean lo suficientemente buenas para contener, que no emitan juicios, eso es muy importante, porque si tú empiezas a emitir juicios contra la otra persona, como decirle que “es tonta”, la otra persona va a dejar de contarte. A mí me pasó cuando chica, mi situación era absurdamente dañina, que la gente no entendía y me juzgaba al respecto, y yo me sentía tonta, me hacían sentir tonta. Entonces, prefería callar. Debemos entender que esa persona no está teniendo las herramientas que necesita para salir de esa situación, por lo tanto, no es tu misión resolverle la vida, pero sí estar disponible para orientar y hacerle ver que eso no tiene que ser así, en lugar de emitir un juicio negativo, hay que recalcar la fuerza que hay en su interior. Este tipo de relaciones también rompen tu autoestima, destruyen y juegan con tu seguridad, con herramientas que son básicas para tu autocuidado. Hay que orientar, recordarle que puede denunciar ante servicios, pero jamás forzar, porque esa persona entra en un ciclo y en una ruta muy crítica y compleja. Es importante reforzar que existen derechos que tenemos que resguardar, apoyar en la defensa de nuestros derechos, orientar con las herramientas que existan y siempre mantenerse cerca como red de apoyo, más allá de la decisión que a veces tome esa persona y por muy difícil que nos parezca entenderla, estar cerca. Recordemos que vivimos estadísticas tan terribles como que las mujeres se demoran en promedio 9 años en denunciar una situación de violencia de pareja, entonces teniendo estadísticas de ese tipo, es porque claramente no hay redes que generen esa comprensión, no espacios suficientemente libres de juicio o prejuicios para que las mujeres rompamos estas estadísticas, entonces algo que sin duda tenemos que trabajar.

—El amor propio es un tema que abordas casi en los últimos capítulos, pero que de igual manera se hace presente a lo largo de todo el libro. Las redes sociales se han apoderado de este concepto y mensajes “positivistas tóxicos” respecto del mandato de querernos ¿Qué opinas de eso? ¿Se ha tergiversado el concepto de “amor propio”?

Creo que es relevante hacer esa crítica. Yo pienso que sí, se está tergiversando el concepto de amor propio. Yo sé que la gente está aburrida del tema, pero es importante que lo relevemos, o sea, no es que no sea importante, lo es y mucho, por eso existen, por ejemplo, programas globales de Naciones Unidas que trabajan la autoestima de las niñas como prevención de violencia, entonces, hay relaciones estadísticamente probadas donde estos temas sí significan una herramienta de prevención y de ayuda en la vida de las mujeres. Opino que lo primero, para no caer en el positivismo tóxico, es pensar que esto se trata de una decisión personal e individual. Uno de los principales errores ha sido entender tanto los temas de autoestima y de amor propio como una decisión personal y voluntaria, las frases de amor propio funcionan como eslogan, pero eso no va a arreglar en realidad un problema profundo que existe, la persona tiene que querer realmente, y tampoco puedes obligar a una persona a quererse, aquí lo que hacemos es hacerte ver porqué es algo importante para ti, no te estoy forzando, no te voy a obligar a amarte a ti misma, pero te voy a decir por qué está bueno trabajar tu autoestima porque es una herramienta que puede ser funcional a tu desarrollo en las relaciones personales, en los vínculos sexo afectivos, e incluso en la vida profesional o laboral en la autonomía económica. Hay varios temas con los que se relaciona la autoestima, por lo que es bien interesante romper esa lógica. Segundo, entender que como sociedad tenemos una responsabilidad importante en la manera que estamos educando sobre autoestima y amor propio; los medios de comunicación, las redes sociales, los establecimientos, incluso los modelos educativos que tenemos, tienen responsabilidad en la autoimagen que puedan tener mujeres niñas adolescentes sobre sí mismas. Si existen mujeres y niñas inseguras de su cuerpo es porque existen industrias, medios de comunicación que refuerzan estereotipos nocivos. La inseguridad corporal deriva en una inseguridad, hay mujeres, niñas, que dejan de hacer actividades en su vida solamente porque no logran sentirse bien con cómo se ven, con cómo se presentan ante el mundo, pero también la positividad tóxica es pensar que solamente se trata algo corporal. Reducir el tema del amor propio y autoestima a lo estético, por ejemplo, es otro de los grandes errores, no tiene que ver solo con lo estético o la imagen; es mucho más. También tiene que ver con la valoración social que se le ha dado históricamente a las mujeres y las niñas sobre sus capacidades, si en este mundo, por ejemplo, existen cosas como el mansplaining, donde se invalida la opinión de las mujeres, es importante entender el rol como sociedad que existe en la construcción de la autoestima y del amor propio como eso que impacta en la vida de las mujeres y las niñas. Entender que no es una bandera que puede tomar cualquier persona. 

Publicidad

Tendencias