El legado de María Luisa Sepúlveda que rompe los estereotipos a través de la composición

Según cifras del proyecto Donne – Women in Music dadas a conocer el año 2018, al menos un 97,7% de las piezas musicales que fueron interpretadas por las principales orquestas del mundo fueron compuestas por hombres, mientras que solo un 2,3% pertenecía a compositoras mujeres.

Estos datos demuestran la brecha de género que existe en el área de la composición, algo que se arrastra desde hace varios años. Sin embargo, en nuestro país destacó una distinguida artista que contra todos los estereotipos de su época se dedicó a ser compositora: María Luisa Sepúlveda. 

Sepúlveda fue una de las primeras mujeres licenciadas en composición en Chile, así como la primera en ser premiada en esta área.

Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de María Luisa Sepúlveda, pionera en la composición y transgresora de su época.  

María Luisa Sepúlveda nació en Chillán el 14 de agosto de 1883, su padre fue Bernardo Sepúlveda Fuentealba y su madre Mercedes Maira. Según antecedentes históricos, la compositora ingresó en 1898 al Conservatorio Nacional de Música en Santiago.

Sepúlveda cursó estudios de canto, violín y composición, y alrededor de 1919 se convirtió en la primera mujer chilena en titularse como compositora. También fue nombrada como profesora de piano en el Conservatorio Nacional, y enseñó armonía y folclor en la Escuela Vocacional de Educación Artística de Santiago.

En el año 1916 María Luisa decidió formar una orquesta compuesta únicamente por mujeres, las integrantes eran profesoras y alumnas del Conservatorio Nacional. La iniciativa fue todo un éxito y de hecho, fue ella misma quién se desempeñó como directora musical. El desempeño de la compositora fue reconocido por la prensa de la época, quien también destacaba que María Luisa se desenvolvía en un espacio que -hasta ese tiempo-, era dominado principalmente por hombres. 

Según investigaciones académicas, María Luisa contaba con amplios recursos musicales, que provenían principalmente de las corrientes contemporáneas. Lo cual se alejaba completamente de la música de salón -asociada a las mujeres-. 

Con su composición Bourrée para piano, obtuvo el primer premio en el concurso musical de revista Zig-Zag, que publicó bajo el seudónimo “Alfonso y Corbalán”. Entre sus escritos más destacados, también se encuentra el Himno a la Moderna Mujer. 

Sin embargo, aun con su destacada trayectoria, durante 1929 fue desvinculada de sus funciones como profesora de piano en el Conservatorio Nacional. De acuerdo a los antecedentes históricos, se le había atribuido un “escaso resultado de su labor” y habría sido el compositor, Domingo Santa Cruz, quien realizó reparos al desempeño de María Luisa. 

‘‘Él fue el que hizo las críticas más negativas de su trabajo. Y no sabemos por qué: como compositora ella manejaba las mismas técnicas que sus pares masculinos, tenía una producción muy abundante, con estrenos permanentes y con obras premiadas”, señaló la musicóloga Fernanda Vera a La Panera. 

María Luisa también se dedicó a la recopilación del folclore y la investigación musical. Así, con la recuperación de diversas canciones populares, creó su Cancionero chileno, escrito para canto y piano. En la misma línea, editó La voz del pasado: pregones santiaguinos antiguos y otros temas folklóricos, que incluyó transcripciones e ilustraciones de la antigua tradición del pregonero.