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“La Educación Sexual Integral es clave desde la infancia para aprender a conocernos y cuidarnos” BRAGA

“La Educación Sexual Integral es clave desde la infancia para aprender a conocernos y cuidarnos”

Ante el proyecto presentado por el diputado republicano, que busca impedir las charlas de educación sexual en las escuelas, diversas agrupaciones se manifestaron en contra de la misiva y defendieron la importancia de la Educación Sexual Integral (ESI) desde la primera infancia. Contribuye al autoconocimiento, autocuidado, establecer relaciones saludables con sus pares, prevenir embarazos, violencia y otros factores, valoraron las y los especialistas. “Chile sigue siendo un país analfabeto emocionalmente y rankeado por la ONU como el país que entrega la peor educación sexual de Latinoamérica”, comentó la psicóloga Constanza del Rosario.


Este martes 23 de mayo, el diputado por el Partido Republicano, Cristóbal Urruticoechea, presentó un proyecto de ley para “prohibir el ingreso a las salas de clases y a las escuelas a personas ajenas a los establecimientos, que lleguen a realizar charlas de educación sexual”, aseguró el diputado.

Con el argumento de querer “liberar a nuestros hijos del sistema educativo enfermo que sexualiza a los niños desde la infancia”, el diputado se refirió a la Educación Sexual Integral (ESI) como una forma de “distorsionar la realidad biológica de los menores”, y acusó “corromper la inocencia”. 

Ante la arremetida, desde distintas agrupaciones de mujeres, feministas y espacios educativos, respondieron reconociendo la importancia de la ESI desde la primera infancia. 

En este sentido, desde la Asociación Chilena de Protección de la Familia (Aprofa), manifestaron que el diputado “entrega información desactualizada y poco objetiva ya que la Educación Integral de la Sexualidad no sexualiza a los niños desde la infancia, como él dice, y tampoco distorsiona la realidad biológica, porque esta siempre debe ir acorde a las etapas de desarrollo de las infancias y adolescencias”.

“La importancia de que la educación sexual exista de manera formal en las escuelas tiene que ver con integrar los planes de estudios con estas temáticas que facilitan la comprensión de la sexualidad de manera amplia e integral, buscando entregar información científicamente precisa, basada en evidencia, gradual, culturalmente relevante y pertinente”, agregaron. Desde la organización, trabajan en la promoción de la ESI en Chile desde hace años, con seminarios y espacios de educación y reflexión. 

“Las niñas y niños como sujetas y sujetos de derecho deben recibir educación sexual y tienen derecho a experimentar vidas libres de violencia, abuso y discriminación y la ESI se transforma en una importante base para que las infancias puedan conocer otros derechos, y también como una herramienta para la prevención de abuso sexual, para el conocimiento del cuerpo y todos los beneficios que esto conlleva”, valoraron. 

Más allá de la genitalidad y el acto sexual propiamente, de acuerdo a lo mencionado por Aprofa, la ESI “entrega valiosa información y principios básicos que guardan relación con el consentimiento, la toma de decisiones, las relaciones interpersonales y el respeto”, entre otros aspectos.

“Todo esto gradualmente y con pertinencia según edad y etapa del desarrollo”, sumaron. 

La primera infancia, el punto de partida

La psicóloga especialista en relaciones de pareja, género, sexualidad e inteligencia emocional, Constanza del Rosario, explicó por qué la ESI debe partir en la primera infancia. 

“Es importante que se haga desde la primera infancia porque todas las personas nacen con un cuerpo sexuado y son seres socioemocionales inmersos en una cultura que necesitan ir aprendiendo de manera paulatina y acorde a su desarrollo neurobiológico, para relacionarse positivamente con su cuerpo-mente y con los demás”, aseguró.

A la par, señaló que la ESI integra no sólo la “sexualidad, afectividad y el género” sino que también es clave para que desde temprana edad las personas “aprendan a conocerse y cuidar de sí mismas, entender que es sano y adecuado en su etapa del desarrollo, comprender sus emociones y cómo establecer relaciones saludables, aceptar e integrar la diversidad”. 

Otro de los aspectos relevantes que subrayó la especialista es que la ESI permite que niños, niñas y adolescentes, de acuerdo a su nivel de desarrollo neurobiológico, aprendan paulatinamente a identificar las señales de peligro, tomar decisiones informadas sobre el sexo y sus relaciones sentimentales, fomentar la corresponsabilidad y la responsabilidad afectiva, fortalecer su autoestima y prevenir  embarazos no deseados y el contagio de ITS, así como también la violencia de género, la discriminación y el abuso sexual.

En relación a quiénes deben impartir las clases de ESI, la psicóloga Constanza del Rosario mencionó que, así como es importante que un docente de matemáticas esté formado para transmitir ese conocimiento, también es fundamental que la ESI sea impartida por profesionales especializados. 

“Hoy en día, la formación docente no cuenta en su malla curricular con asignaturas dirigidas a este fin”, dijo y agregó que por este motivo las y los docentes interesados en esta temática la estudian por fuera de su carrera profesional, en espacios como fundaciones.

Para la profesional, la ESI representa “una necesidad y un valor fundamental que el sistema educativo, en todos sus niveles, debe asumir responsablemente para la construcción de una sociedad sana, equitativa y libre de violencia y discriminación”, y desde la Fundación Relaciones Inteligentes (RING!), de la cual es directora, con el apoyo de Fundación Incidencia y la Secretaría de Género de la Universidad Central invitó a participar de una encuesta que busca reflexionar sobre la ESI en jóvenes de entre 15 y 29 años. 

“Chile sigue siendo un país analfabeto emocionalmente y rankeado por la ONU como el país que entrega la peor educación sexual de Latinoamérica”, añadió. 

El panorama nacional y latinoamericano

Según el estudio de Estado del Arte de la Educación Sexual Integral en Latinoamérica (Flacso, 2021), todos los países de la región cuentan con marcos legales para el abordaje del tema, aunque sólo Argentina cuenta con una ley específica.  

En 2006, el país vecino adoptó la Ley 26.150 y estableció que la integralidad se refiere a los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos. Dicho documento también estableció lineamientos curriculares en cinco ejes: cuidar el cuerpo y la salud, valorar la afectividad, garantizar la equidad de género, respetar la diversidad y ejercer nuestros derechos. A su vez, garantizó los ejes de aprendizajes prioritarios para cada nivel educativo, considerando el rango etario de niños, niñas y adolescentes y su vez la capacitación pública de las y los docentes. 

El 18 de abril de 2023, la Cámara de Diputados de Chile aprobó el Proyecto de Resolución N° 643 que solicita al Presidente de la República enviar un proyecto de ley para establecer una Política Nacional de Educación Sexoafectiva Integral, tal como comprometió en la cuenta pública de 2022. 

El proyecto fue apoyado por más de cien organizaciones feministas, docentes, de estudiantes y profesionales de distintas áreas, quienes firmaron una declaración titulada “Chile necesita Educación Sexual Integral” para apoyar la misiva y denunciar el abandono de la institucionalidad en esta materia.

Actualmente, los colegios tienen la obligación de impartir educación sexual desde la enseñanza media, según consigna la Ley 20.418. Sin embargo, diversas legisladoras y organizaciones señalan que es necesario ampliar estos contenidos, ya que permite la autonomía y responsabilidad de niños, niñas y adolescentes.

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